Quarantotto

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Carey intentaba alcanzar al castaño, quien caminaba bastante decidido a alejarse lo más que pudiera de su hogar y no armar una escena más grande de la que ya estaba haciendo.

— ¡MATTHEW BURT! — le gritó Cay — ¿quieres con un demonio detenerte?

— ¿Qué? — se giró a ella con la cara roja

— ¿te puedes calmar? ¿Voy a tener que salir corriendo tras de ti cada vez que algo no te parezca? — la cobriza tomó un poco más de proximidad

— ¿que no me parezca? Carey mi hija le acaba de decir papá a otro sujeto — sus manos se volvieron puños — ¿eso te parece poco?

— Matt, en primera no es cualquier sujeto y en segunda es una bebé, acaba de cumplir 1 año, no la puedes culpar — aclaró su garganta — todo el tiempo estoy mostrándole una foto tuya y diciéndole que tú eres su papá ... no es culpa ni de Tom, ni de Pia y tampoco es mi culpa

— si Cay pero él siempre está presente en cosas importantes de mi hija, mi hija — recalcó golpeándose el pecho — yo tendría que haber estado en cada momento memorable, él tiene ese privilegio y también te tiene a ti, la vida que yo había soñado junto a ti ahora Tom la está viviendo ¿como quieres que me ponga? ¿Como quieres que lo interprete?

La joven Davis se quedó enmudecida, no podía decirle ni recriminarle nada, ella había sido quien se alejó, quien no le permitió a Matthew vivir todo aquello que el anhelaba.

— lo siento, de verdad lo siento — Carey con voz entrecortada — es mi culpa que tú te estés perdiendo todo lo importante de Pia, él en ningún momento ha estado en contra de que tú la veas y no tendría porque, soy yo la que huyo sin decirte nada

— ¿te arrepientes? — el castaño ya estaba mucho más cerca de ella — Cay... ¿te arrepientes de irte de Verona?

— si, a veces si, pero es más por el hecho de negarte la oportunidad de ser padre — para este momento las lágrimas ya habían comenzado a salir — de serlo desde el primer minuto

— sabes a que me refiero — le limpio una lágrima

— no se Matt, realmente no lo sé

La cobriza dejó salir todo lo que estaba conteniendo y se soltó a llorar, Matthew la estrechó en sus brazos, quizás hubiera sido mejor no hacer ningún comentario respecto a la posibilidad de estar juntos pero ahora tenía un poco más de esperanza al respecto.

— se que fue difícil para ti tomar esas decisiones pero Cay entiéndeme, yo siempre soñé con un futuro juntos, más cuando me aceptaste esa noche — explicó Matt acariciando su espalda — si me permites decirlo, no me voy a dar por vencido

— Matt — se aferró una poco más a su abdomen

— no me digas nada, simplemente déjame estar cerca, no solo de Pia, sino también de ti

Carey sabía que de ninguna manera podía alejar a Matt, fue su mejor amigo, se sentía cómoda con él y de verdad sentía que estaba quitándole una parte importante de su vida.

Unos minutos más tarde, ya que los dos se tranquilizaron, decidieron regresar a la casa, los ojos de Tom se posaron rápidamente en los de Carey, se acercó para poder abrazarla, sabía que estaba mal.

— mi amor, ¿estás bien? — acariciando su cabello — ¿te hizo algo?

— no Tom, tranquilo, todo está bien — se limpió de nuevo las lágrimas que comenzaban a salir — solo se enojo un poco, es normal quiero suponer

— Pia no entiende que sucede pero Matthew es un adulto, debería entenderlo — le acuno la cara entre sus manos — no puede hacer estas escenas

— Tom, no le digas que hacer — la cobriza se escuchaba molesta — no lo tomes en mal, simplemente no hagamos un escándalo más grande ¿si? Deja que las cosas se calmen y volveré a hablar con él

Tom se alejo unos pasos, quería cuestionarle un montón de cosas pero decidió que no era ni el lugar ni el momento para hacerlo, así que simplemente asintió y de nuevo se dirigió al patio para conversar con Ben.

Después del altercado la fiesta se volvió un poco extraña, la pareja casi ni se dirigía la palabra, Matthew podría asesinar al rubio con solo mirarlo, las familias se notaban incómodas aunque trataran de fingir que no.

— siento mucho volver a hacer un desastre de una fiesta familiar — se disculpó Cay con Celia

— ¡hey! Cariño, no, no, mi hijo tiene que entender muchas cosas todavía pero todo está bien, ahora lleven a dormir a esa muñequita que se cae de sueño — le señalo con la mirada, Tom la tenía en brazos y está se restregaba los ojos con sus manitas — se divirtió mucho con su nueva amiga

— lo sé, fue un día muy lindo para ella, me alegra que aún no se entere bien de las cosas — sonrió casi sin ganas — gracias por todo

— sabes que cuentas con nosotros para lo que sea — se abrazaron — descansen y por favor, si lo amas tanto habla con él no lo dejes así

Cay asintió, sabía a qué se refería, se despidió de la gente que aún quedaba ahí para después partir a su hogar en completo silencio.

Pia se quedó dormida con el movimiento del auto así que solo llegar al apartamento Carey se encargó de cambiarla y acostarla en su camita mientras Tom simplemente se cambió, lavó sus dientes y se acosto para poder leer un poco.

— ¿podemos hablar? — dijo casi en un susurro — Tom ...

— no te molestes Cay, todo está bien — sin despegar la vista de su libro — no necesitas explicarme nada

— pero quiero hacerlo — tomó asiento en la orilla de la cama — no quiero que pienses cosas que no, te amo Tom, no lo dudes jamás

El rubio bajo un poco el libro para verla directo a los ojos, claro que estaba arrepentida pero tampoco sabía de que.

— ¿que hablaste con Matt? — cuestionó sin rodeos

— sobre lo qué pasó con Pia, le dije que si tenía que perseguirlo siempre que algo no le gustara y que no es tu culpa que ella lo haya dicho — se encogió de hombros — es una bebé, yo le enseño fotografías de él, le explico pero claro que no va a entenderlo

— ¿segura que solo fue sobre eso?

— me pregunto si me arrepentía de irme de Verona — desvió la mirada — si es a lo que te refieres

— ¿te arrepientes? De dejar toda tu vida y comenzar una nueva acá ... ¿tan malo es?

— Tom, yo nunca dije eso — se acercó para abrazarlo del torso — es una mezcla de culpa y arrepentimiento, le quite la posibilidad a Matt pero no por lo nuestro, si es lo que te preocupa, no, no me arrepiento de estar contigo y menos comprometernos

Tom se quedo en silencio ahora haciendo círculos en el brazo de su prometida, a ella le creía, en ella confiaba pero ahora que estaba más cerca el alejarse, estar en otro continente y no poder controlar de cierta manera la situación le daba miedo.

— amor, yo se que todo esto es un desastre y me disculpo — continuo Cay — pero hasta que Pia no sea mayor yo no voy a poder controlar ciertas situaciones

— ¿sabes? Sentí muy lindo cuando ella me dijo papá— confesó con una sonrisa ya en el rostro — sabía que Burt se enojaría, era obvio pero yo la amo como si fuera mi propia hija

— y ella a ti, es obvio que te asocie con esa palabra por mucho que yo intente otros métodos — le beso la barbilla — para ella tú representas eso

— solo prométeme una sola cosa ¿si?

— dime ...

— no te enamores de él nuevamente, por favor

— amor

— Carey — se acomodó un poco para sujetarla del rostro — solo ... dime que no lo harás

— no lo haré amor, no podría

Comenzaron un beso que terminó en la unión de sus cuerpos, Tom necesitaba sentirla suya ese día más que nunca, saber que su amor aún estaba con él, que al que deseaba era a él y no a su viejo amor.

• Causa y Efecto • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora