Epílogo

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Todo estaba listo para la fiesta de tres años de Pia, Carey no entendía en donde habían quedado todo ese tiempo, su pequeña estaba creciendo a pasos agigantados, parecía que apenas hace unos meses había dado a luz, ahora caminaba sola, comía sola, tenía más libertad al moverse y era una pequeña señorita que tenía encantados a todos.

— ¡mami! — Pia se abrazó a la pierna de Carey — Papi tiene patel

— ¿de verdad? — la cobriza sonrió — ¿te gusta comer pastel?

— ¡Chi! — asintió contenta — ¿pelo comer pedacito?

— sabes que tienes que esperar a que lleguen tus amiguitas y tu primito — Cay se agacho para estar a su altura — aparte señorita, usted todavía tiene que vestirse, ¿que es esta pijama?

Pia sonrió y salió corriendo, Celia la encontró en el camino, la tomó en brazos y la llevó a su habitación para poder darle un pequeño baño y vestirla.

— mamá quería ayudarte con la comida — Matthew entró a la cocina — me dijo que no la dejaste en lo absoluto

— lo siento, quería tener todo listo en la noche pero de verdad que no me da tiempo y me canso tan rápido, me desespero un poco

— ya te dije que puedes pedir ayuda, no estás sola y lo sabes — el castaño le beso la cíen — ¿quieres que termine con esto para que tú vayas a cambiarte?

— ¿podrías? — un puchero se formó en su boca

— sabes que si, ve, tienes que verte aún más hermosa — le guiño — esa pancita se tiene que lucir, no sabía que te veías tan bien embarazada

— ¡adulador! — sonrió — pero esta misma pancita es la que no me deja moverme y hacer lo que quiero de manera rápida

— ¿te quejabas tanto con Pia? — cuestionó abrumado

— un poco, pero con ella tú no tenías que aguantarme — sonrió — tuviste tu ventaja

— es lo que gane por tu huida — se encogió de hombros — ahora por favor ve a cambiarte

— ¡odioso!

Carey subió lentamente las escaleras, este nuevo embarazo la estaba acabando y no entendía bien porque, entró a su habitación, tomó aquel vestido de flores que previamente había elegido para ese día, el bebé comenzó a moverse antes de poder ponérselo.

— yo se, te gustaría estar acostado o acostada escuchando los dibujitos que ve tu hermana, pero hoy es su día — le hablo a su barriguita— ayudémonos  ¿si?

Logró colocarse su vestido, las sandalias eran todo un tema, se maquilló un poco, nada exagerado y ató su cabello en una coleta alta, se sentó un rato en su cama como recuperando un poco el aliento cuando escuchó aquella vocecita que la hacía sonreír.

— mami, mila — entró corriendo a la habitación con su jumpsuit de corazoncitos

— ¡eres la princesa más hermosa del mundo! — la abrazo — tu tío Luka eligió bien tu atuendo

— Chi tío Uka — sonrió — ¿pelo subil al columpio?

— si, vamos a que te subas al columpio

Le tomó la mano para bajar, ya estaba todo en orden, lo último que dejo en manos de Matthew ya estaba listo y solo faltaba que los invitados comenzaran a llegar.

— ¿puedes tomar asiento? — le cuestionó Matthew— te ves tan cansada

— lo estoy — bostezo — aún ni empieza y ya estoy que me caigo de sueño

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