• Causa y Efecto •

Ventinove

Carey siempre había tenido un buen cuerpo, sus curvas siempre le habían agradado, no tenía muchos complejos con eso y le gustaba usar ropa que la hiciera sentir cómoda pero al mismo tiempo femenina.

Cuando Pia llegó no le dio mucha importancia y estaba tan ocupada que la verdad no se había detenido a verse al espejo a detalle, sabía que tenía ojeras pero eso lo tenía previsto desde antes del nacimiento de su hija.

— amor ¿necesitas algo de — Tom se interrumpió a el mismo cuando encontró a Carey viéndose al espejo — ¿que pasa?

— no había notado como cambio mi cuerpo — lo observo a través del espejo — esto de aquí no lo tenia y la cicatriz de la cesaría parece que se ve más que cuando la hicieron

— Carey eres preciosa

— no me mientas Tom... no es necesario, veo lo que veo en el espejo

El rubio se acercó, Cay estaba solo en ropa interior ya que acababa de salir de bañarse, dudo en sujetarla de la cintura pero de igual forma lo hizo, la acercó a él lentamente aunque la joven colocó sus brazos en su vientre para que Tom no tuviera que sentir ese "exceso" de piel.

— yo lo único que veo es una hermosa madre — deposito un beso en su frente — eres maravillosa, tu cuerpo dio vida Cay y eso es increíble

— pero

— nada de pero — la interrumpió — eres perfecta tal y como eres ¿le quedó claro señorita?

— no se, puede ser que solo lo digas por decir

Llevo una de sus manos a su barbilla, le dio un cálido beso, las manos de Carey también subieron hasta el cuello del rubio para profundizar un poco más aquella cercanía.

— ¿te apetece hacer algo hoy? — Tom le susurró junto a sus labios — me refiero a una cita, tú y yo

— Tom, sabes que aunque Pia ya esté más grande no me imagino dejándola sola por completo o con alguien

— podríamos ver las habilidades que tiene Ben para cuidar niños — le guiño

— ¿te sonaría muy loco si le pregunto a Matthew? — dijo la cobriza con una mueca — él me dijo hace un par de días que le gustaría tener a Pia al menos un fin de semana

— no, es su padre y tiene el derecho de ... si tú quieres que se quede con él yo no tendría porque meterme

Tom se alejo un poco de ella, si bien solía ser bastante centrado y políticamente correcto no le gustaba mucho la idea de que Carey tuviera que convivir tanto con Matt, se habían gustado por mucho tiempo y ahora que tenían una hija las cosas fácilmente podrían regresar a la "normalidad".

— le llamaré — beso la mejilla de Tom pero continuo viéndose los "defectos"

— ya deja eso — le dijo Tom antes de salir

— cállate — soltó una risita

Carey estaba aterrada, Pia desde que nació sólo había estado en contacto con ella, Tom y las visitas que la pareja Cumberbatch hacía a su apartamento, si bien la reacción que había tenido con Matthew había sido buena no sabía si dejarla una noche con el era la mejor solución.

— ¿quieres que lo dejemos para otro día? — Tom noto lo nerviosa que estaba

— no, no, prefiero hacerlo de una vez — trono sus dedos — me refiero a que es su papá y tiene que convivir con él

— pero tú eres su mamá y se lo que te cuesta separarte de ella

— Tom, si tú y yo estaremos juntos es lógico que Matt quiera tenerla para él y necesito comenzar a hacerme a la idea — sintió el auto estacionarse — aparte tiene a sus padres y mi teléfono

— yo se... eres muy valiente Carey

Tom le ayudo a sacar el portabebé, la bolsa donde llevaban todas sus cosas mientras la cobriza tocaba la puerta.

— ¡Carey! — la recibió Celia — no podía creer cuando Matthew nos contó

— Hola, si, bueno el quería tenerla y teniendo en cuenta que regresará a Italia pronto quería que tuviera su tiempo con ella — dijo aún con duda

— cariño, se que tienes miedo pero créeme que nosotros lo mantendremos vigilado — le guiño, la mujer desvío la vista hacia Tom quien estaba parado detrás de la cobriza — Tom Hiddleston, ¿eres tú?

— Hola Celia — se acercó con Pia — ¿cómo estás?

— hace años que no te veía — lo abrazo — ¿que haces aquí?

Él y la joven compartieron miradas, ¿era el momento de decirles a los abuelos de Pia que estaban juntos?

— yo soy un buen amigo de ...

— es su pareja mamá — interrumpió Matt abriendo un poco más la puerta — Tom y Carey están juntos

— oh ya veo — le regalo una sonrisa — me alegra saber que mi nieta y Cay están en buenas manos

La cobriza sintió como las mejillas se le pusieron rojas, no sabía si la intensión de Matthew había sido del todo buena.

— ¿estás segura? — cuestionó el castaño cuando le entregaron el portabebés — me refiero a que supongo que es complicado separarte de tu hija

— si bueno, necesito comenzar a saber que ella estará bien contigo así que — se encogió de hombros — cualquier cosa no dudes en llamarme ¿si?

Este asintió, después de unos cuantos besos a la pequeña y casi lagrimear en la puerta de la casa Burt, Tom y Carey emprendieron camino dejando a la pequeña.

— explícanos — pidió Aaron

— realmente no se cómo surgió todo pero cuando me enteré de Pia también me enteré de que ellos dos mantenían una relación — Burt saco a la pequeña para tomarla en brazos — la amo, las amo pero no me voy a meter en la vida de Carey

— hijo pero era tu mejor amigo — Celia se acercó para poder observar a su nieta — no crees que eso afecte

— mientras no se meta en decisiones que involucren a mi hija por mi está bien, no te niego que me incomoda un poco verla con él pero tampoco soy quien para meterme

— Matthew eres muy maduro pero si realmente quieres a Carey creo que deberían hablar al respecto — Aaron ya también se encontraba a su lado — esta preciosa muñequita tiene que conocerte y que te involucres más en su vida

— lo sé, por eso mismo estoy pensando seriamente en mudarme de nuevo a Inglaterra

Los ojos de ambos padres se iluminaron, jamás le impedirían a su hijo tomar sus propias decisiones pero haberse ido a Italia los había dejado desconcertados y ahora que su hijo quería volver a su hogar estaban tan felices.

Matthew no tenía idea de absolutamente nada, así que antes de que Carey trajera a la pequeña había visto algunos videos, se había informado, quería estar preparado para todo y el hecho de que la cobriza también estuviera muerta de miedo y que le preparara toda una lista con indicaciones, pegatinas de las mamilas y la leche en bolsitas que había dejado para ella.

— señorita, usted y yo nos vamos a llevar muy bien — beso su cabeza — te amo, me hubiera gustado tanto verte nacer pero al menos ahora ya te tengo conmigo