• Causa y Efecto •

Quarantatré

— ¿Tom? ¿Todo está bien? — Kam le pasó la mano por la cara — es una gran noticia

— explícame un poco más ¿como que Broadway?

— me mandaron un correo el viernes después de que tú ya te habías ido, me comentaron que vamos a tener unos invitados especiales en la primera función de la obra — explicaba el joven — me parece que son gente importante de Broadway, lo que quieren es ver cómo hiciste tu trabajo acá, como manejaste la obra y después si les parece bien los quieren en Nueva York

— pero eso no es un hecho ¿o si? — frunció el ceño — ¿cuando nos iríamos?

— van a ver todo lo que te digo pero tienen muy buenas referencias de tu trabajo

— nuestro trabajo — Tom corrigió

— nuestro trabajo — Kam se sonrojó — es muy probable que nos den un par de semanas para irnos y empezar a montar todo allá

— ¿yo me tengo que quedar todo el tiempo que esté la obra allá?

— no lo sé, supongo que algunas semanas, un mes o dos quizás — se encogió de hombros — pensé que te daría gusto

— no me mal entiendas, realmente me hace ilusión ir a Broadway, montar una obra por la que trabajamos tanto pero

— Cay y Pia ¿no? — recibió un asentimiento como respuesta — si te soy sincero se me hace una gran oportunidad

Tom se llevo las manos al cabello, estaba frustrado, no necesitaba todo esto tan pronto y con los planes en puerta.

— me siento muy egoísta Kam — dijo por fin — creo que en este momento me interesa mi trabajo pero me importa más estar bien con Carey ... pero tampoco quiero que todo el trabajo y las cosas que tú conseguiste no tengan ninguna recompensa

— Tom, lo hicimos los dos, entiendo la parte de Cay pero pueden casarse cuando vuelvas de Nueva York o antes de irnos

— tengo que hablar de eso con ella — bufo — y tener a Matthew aún más cerca de ella es lo peor de todo esto

— Ben puede cuidarla de ese hombre — soltó una entonación de telenovela

— ¡tonto!

Ambos rieron, la gente del montaje salieron para poder preguntarle algo a Tom, volvieron a la realidad, tenían que lidiar con esa gente.

Unas horas más tarde regreso al apartamento encontrándose con Matthew, lo único que faltaba para hacer este día uno realmente pésimo.

— ¡Hey, Thomas! — saludó con entusiasmo — ¿cómo estás?

— cansado, ¿tú? Que sorpresa verte por aquí

— vino a ver a Pia un rato — Carey se acercó para poder besar a su prometido

— si, lo sé — sonrió para la cobriza — ¿te quedas a comer?

— bueno, si eres tú quien me invitas no puedo negarme — levantó uno de sus hombros — esto dudo que se repita muchas veces

— en efecto Burt, no se va a repetir muchas veces

— ¡amor! — Cay golpeó ligeramente su estómago — no digas esas cosas

— es normal, ¿cómo le va a gustar tenerme en su casa? — Matthew quería ver hasta donde llegaba la paciencia del rubio

— como a él no le gusta verme en la suya, es recíproco cariño — beso su frente

Tom rebusco en la nevera cosas para comenzar a hacer de comer, una lasaña estaría bien para los tres y Pia podría probar un poco de aquella boloñesa que le quedaba tan bien a Hiddleston.

Si bien al principio el ambiente era bastante tenso conforme pasaban los minutos las cosas se fueron calmando, Cay veía la interacción de los dos viejos amigos como algo que podrían recuperar o al menos intentarlo.

— ¿recuerdas a Thomson? — Matt entre risas — era la peor profesora del mundo

— tan estricta con todo — recordó Tom

— te pareces a ella Cay — el castaño contuvo una risa sonora

— ¡oye! Acabas de decir que era la peor — frunció el ceño — ¿que te pasa?

— no la peor en el sentido de mala profesora, era bastante estricta y siempre veía la forma de hacernos sufrir

— ah entonces era la mejor — les enseño la lengua a los dos, quien fue imitada por su pequeña — ven, hasta ella sabe que eso es ser la mejor

— claro cariño, solo deja que tu mami se ponga estricta contigo y veras — le advirtió Matt como si ella comprendiera de que hablaban — no te va a gustar para nada

— a mi no me ha enseñado ese lado obscuro pero temo por mi vida — Tom se cubrió la cara con sus manos

— son un par de exagerados— la cobriza tomo a su hija en brazos — nos vamos, no quiero seguir escuchando como soy un peligro para ustedes

— amor, ven, es broma, sabes que no tememos por nuestra vida

Tom la tomo por la cintura atrayéndola a su cuerpo, comenzó a repartir besos por su mejilla, Pia que seguía en los brazos de su madre sonreía ante esa acción e intentaba ser parte del juego que tenían, el rubio las giro para también poderle dar unos cuantos besos a la pequeña.

Matthew sintió la sangre hervir, estaba intentando no montar una escena pero quería arrebatar a las dos mujeres de su vida de los brazos de aquel que solía ser su amigo, carraspeó en un intento de volverlos a la realidad.

— ya, ya tranquilo — Cay alejo a su novio un poco — en realidad si tengo que ir a cambiar a esta jovencita, ahora vengo

Los dos hombres asintieron, vieron a la cobriza alejarse, de nuevo el silencio incómodo reino el apartamento, el rubio comenzó a recoger todo lo que había en la mesa para comenzar a lavar los platos e intentar ignorar que Matthew estaba ahi.

— ¿comenzaron ya con los planes de la boda? — cuestionó el castaño

La espalda de Tom se tensó, tenían planes pero tampoco podría decirle que quizás se iría unos meses a otro continente y que este aprovechará las oportunidades que la vida le estaba regalando.

— si, ayer comenzamos a ver lugares, Carey quiere una boda pequeña

— nunca hablamos de bodas, me refiero a que no era un tema que se tocara cuando vivíamos en Verona — ¿una puñalada? Quizás — bueno tampoco de bebés y ve ahora

— si, las cosas cambian — Tom se encogió de hombros sin voltear a verlo — tú tienes una hija con ella y yo me casare con Cay

Sonrió, sonrió cuando solo escucho un suspiro como respuesta, Pia no tenía que ser razón de chantaje o alguna forma para que terminaran juntos, Matthew ya lo sabía pero sólo quería tiempo, tiempo con ellas para que quizás la cobriza se diera cuenta de cómo eran las cosas en realidad, que jamás cambiaron y que podrían formar una buena familia juntos con su pequeña.