Trentuno

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Carey había disfrutado de un baño largo y relajante como hace tiempo no hacía, Tom le había preparado la bañera con algunas sales de baño y después tomarían el desayuno en algún restaurante del centro.

— ¿estás ansiosa? — cuestionó Tom tomando su café

— un poco si — sonrió — pero me gusta pasar tiempo juntos, así solitos

— a mi también me gusta tenerte para mi solito — tomo si mano para besarla — pero he de aceptar que extraño mucho a Pia

— esa niña te gano el corazón

— solo hay que verla y tenerla dos segundos en los brazos para amarla — dijo con obviedad

Carey sonrió enternecida, le gustaba que Tom se hubiera tomado tan bien toda su situación, las aceptara y las amara tanto como lo estaba haciendo.

Terminaron su desayuno tranquilamente, decidieron pasear por un parque cercano, tener una cita como una pareja, la ultima vez que hicieron algo así Pia aun estaba en la pancita de la cobriza.

Llegaron a casa de los Burt pasadas las 3 de la tarde, fueron bien recibidos por Celia y Aaron quien a pesar de estar un poco escéptico en esa relación ya que sabía de sobra los sentimientos de su hijo hacia ella decidió no meterse.

— Hola mi amor — dijo una Carey muy sonriente — ¿cómo estás?

— yo estoy muy bien — Matthew bromeo — pero se me hace muy grosero que no preguntes por tu hija

— ¡Matt! — Cay entrecerró los ojos — le estaba hablando a ella

— lo sé, sólo era una broma — dirigió su mirada a Tom quien veía todo de manera seria

— ven acá mi pequeña — tomo a Pia en brazos — ¿como te fue con tu papá?

— se portó de maravilla, no lloro casi nada, cantamos canciones de bebés, paseamos en la mañana y comió como una niña grande — explicó Matt — no sabes lo bien que se porta esta pequeñita

— claro que lo sé — le dio un beso en su cabeza — eres una niña muy buena ¿verdad?

— no es porque sea mi hijo y mi nieta pero si, realmente tienen una conexión especial

Tom seguía observando aquella escena desde un rincón, sonrojándose por los comentarios.

— Tom ... ¿como ves tú a la pequeña? — comentó Celia

— es una niña increíble, no hay ninguna queja sobre ella — sonrió — no es como Burt en la universidad

— espero que no sea como yo en la universidad, si no vamos a tener muchos problemas con usted jovencita — Matt le dio un golpecito en la naricita y todos los demás rieron — Cay ¿podemos hablar unos minutos?

— claro, Tom ¿podrías? — le extendió a Pia

— si, descuida — la tomo en brazos — hola bebecita

— ven Tom, te invitamos un café mientras nos cuentas que ha sido de ti

Celia lo tomo del brazo para que los acompañara a la cocina, Matt la guío hasta la oficina de su padre.

— ¿pasó algo con Pia?

— no, no es una niña increíble como ya dije — le indicó que tomara asiento — pensé que se comportaría de manera extraña porque básicamente soy un desconocido para ella pero no sabes lo feliz que me hizo, de las mejores horas de toda mi vida

— supongo que la sangre llama o eso es lo que dicen — se encogió de hombros — igual suele ser bastante tranquila

— sigo sin poder creer que sea nuestra, que hayamos tenido una hija

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