Tredici

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Le separaba un día, solo un día y volvería a casa, estaban parados frente a un teatro.

— ¿te gusta? — cuestionó Kam — se que primero tenemos que ver  al elenco pero bueno nada perdemos con hablar con las personas y tener varias opciones

— si, ¿puedes ponerte en contacto con ellos para saber cuánto nos costaría una temporada? Y tener opciones — dijo Tom viendo en dirección del recinto

— es lo que acabo de decir

— ah, si, entonces hazlo — le sonrío — tal vez yo no esté acá para la reunión pero sé que tú eres el adecuado para esto

— si, claro, sólo porque quieres irte a Londres, sino el señor perfección tendría que estar revisando cada detalle

— Kam, ¿quien te dijo a ti que yo no iba a estar pendiente de todo? — alzó una de sus cejas — me vas a tener que informar de cada paso que des, me entendiste

— ¡si, señor! — se colocó en posición de firmes — bueno, tenemos que comenzar a caminar, tenemos un par de audiciones en una academia cerca de acá y ya que estás aquí todavía quien mejor para decidir si son aptos para alguno de los papeles

— entonces vamos que si son para papeles protagónicos si me gustaría mucho estar presente

— después de ti jefe

Ambos rieron y comenzaron a caminar por la acera en dirección a la academia, Tom recordaba aquellos viejos tiempos cuando iba a clases de actuación.



Después de clases Carey fue a su cita con la doctora, rutina nada más y asegurarse de que todo estuviera en orden mes con mes.

— para tu próxima cita sabremos que es — dijo una sonriente doctora — ¿quieres saber o prefieres la sorpresa?

— no se, creo que si quiero saber y así estar preparada para lo que sea — dijo Cay limpiándose el gel — ¿usted se entero?

— no, el papá quería que fuera sorpresa así que hay que complacerlo de vez en cuando — levantó uno de sus hombros resignada

— lo pensaré mientras pasa este mes — tamborileo sus dedos en el escritorio de la doctora — ¿algo más que deba saber?

— no Cay, todo va muy bien, sigue con tus prenatales y comiendo bien — sonrío — los antojos son normales, uno de vez en cuando está bien pero procuraremos que no subas tanto para que no sea dañino para ti y el bebé

— está bien, entonces ... ¿eso sería todo?

— eso sería todo, puedes ir a casa a descansar

Tan pronto dijo eso ella se despidió y dirigió sus pasos al que ahora era su hogar.

Al llegar no encontró a Samuel en su sitio, no le parecía extraño a veces una señora ya mayor le pedía ir a la tienda o por su medicina, subió hasta el piso donde vivía Tom, quería abrir un poco las ventanas y que se ventilara el lugar, el bolso de la chica había decidido perder las llaves en ese justo momento, un ruido la alertó, provenía del apartamento "vacío".

— ¿Tom? — se cuestionó antes de encontrar las llaves — ¿habrá llegado antes? — para ella misma

Abrió lentamente la puerta, sino era Tom entonces se encontraría con alguien más, no tardó en ver una silueta de un hombre pero no era Tom, cerró la puerta con delicadeza y llamó al dueño del lugar.

— Tom, Hola, ¿estás ocupado? — dijo rápido la chica

— Hola Cay, no todo bien, ¿qué pasa?

• Causa y Efecto • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora