Cinquantuno

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Carey estaba sentada en la cocina, veía a Tom ir y venir para asegurarse de que nada le faltará, Pia la saco de sus pensamientos al golpear su sillita con la cuchara y mandar a volar un poco de su desayuno.

— amor, no hagas eso — le sonrió complaciente— eso se come, jugaremos con tus muñequitos después

Tom por fin saco la última maleta que tenía en la habitación para colocarse detrás de la cobriza, necesitaba un poco de café, serían unas largas horas de viaje.

— ¿ya estás listo? — susurró Cay

— ¿disculpa? — Tom se acerco un poco más — no escuché, lo siento

— solo me aseguraba de que estuvieras listo — dijo sin ni siquiera mirarlo — ¿lo estás?

— si, ya todo está en las maletas — enroscó su termo — serán unas semanas difíciles

— lo imagino, espero que todo salga increíble

El inglés suspiró, desde el día de la cena no habían hablado mucho al respecto, se sentía raro y definitivamente no quería provocar una pelea pero no veía tampoco esa tranquilidad que tenía antes de que Matthew volviera a su vida diaria.

— no quiero irme si estamos así — le tomo la barbilla para verla directamente a los ojos — no quiero pelear y quiero que entre nosotros esté todo bien, compartiremos nuestra vida para siempre

— Tom yo ...

— quiero irme seguro de tus sentimientos — comenzaban acumularse las lágrimas

— estaré aquí para cuando vuelvas, tú y yo seremos una familia, créeme — limpio las lágrimas de Tom — Matthew va a ser parte de nuestras vidas por Pia pero no tiene porque interponerse entre nosotros

Se levantó de su asiento, tomó la cara de Tom que aún se encontraba llena de lágrimas, lo beso de forma lenta, amorosa, se alejó de él casi sin quererlo.

— te amo — susurro el inglés

— te amo mi amor

Se abrazaron un poco más, Pia aplaudió divertida al ver la escena, le gustaba verlos de forma cariñosa hasta ella sabía que las cosas estaban extrañas.




Sus hermanas y su madre los acompañaron al aeropuerto, no verían a Tom en un par de meses y eso resultaba raro para la familia entera.

— William, prométeme que te cuidarás, comerás bien y por favor duerme ¿si? — Diana le tomó la mano

— tranquila mamá todo va a estar bien, nada malo va a pasar por estar lejos unas semanas — la atrajo para abrazarla y dejar un beso en su frente — te llamaré todos los días

— Kam, haz que este jovencito cumpla con lo que le dije — ahora tenía la mirada fija en el castaño — tú también cuídate cariño

— no te preocupes Diana, yo voy a cuidar de Tom

— ¡esto es tan adorable! — chillo Carey — pero si... cuídense mucho y descansen que no todo es trabajar

— prometo que todo va a salir bien y vamos a visitar algunas cosas de Nueva York — Tom levanto la mano en señal de promesa — ya no se preocupen

La despedida fue un tanto extraña, Pia lloraba sin saber bien porqué, Tom la tomaba en brazos para mecerla un poco pero al parecer ella tampoco quería alejarse de él, sus hermanas se despidieron con abrazos y dos besos para cada uno, ellas sabían que Tom estaría bien, que regresaría a contarle todas las experiencias increíbles que le aguardaban en la gran manzana.

— te voy a extrañar — Carey hizo un puchero — llámame en cuanto llegues

— lo haré hermosa, voy a mantenerte al tanto, cuídate mucho y cuida a Pia, no dejes que se olvide de quien soy — beso la punta de su nariz — por favor

— ella jamás te olvidaría, todo va a estar bien — susurro para Tom — todo va a estar bien

Carey repitió pero para ella misma, necesitaba asegurarse de que eso fuera real, que todo iba a salir realmente bien y que la distancia no sería una molestia para la pareja.

Vio cómo se alejaba para ingresar al control de seguridad, Emma tenia en los brazos a Pia que volvió a llorar, Diana tenía el brazo de Sarah alrededor y la mano de Carey entrelazada, así se fue Tom.

— bueno, ya lloramos lo que teníamos que llorar, ¿quieren ir a comer algo? — sugirió Emma — hay un lugar nuevo donde tienen área de niños, para distraer un poco a Pia

— si, creo que estaría bien que fuéramos a despejarnos un poco ¿no? — Diana vio de reojo a Cay

— claro, vamos, aparte está peque las extraña muchísimo

Todas se dirigieron al lugar antes mencionado por Emma, ninguna se sentía del todo bien, Carey estaba aterrada, si bien había vivido sola y no tenía problema con hacerlo ahora que tenía a su hija pero se acostumbró rápidamente a Tom, a estar con él, vivir cada día a su lado aunque los últimos fueran un poco caóticos, a ella le faltaba algo sin duda.

— ¿como van los planes de boda? — Sarah colocó un poco de azúcar a su café— perdón, creo que no debi preguntar eso ahora

— no, está bien — Cay le sonrió — los planes van lento pero van ... tenemos una lugar reservado, contratamos a alguien para la comida, realmente falta sólo el vestido y Tom quería que viéramos algunos arreglos de flores

— ¡Hey! Pero tienen todo ya — Emma se sorprendió

— si, no queríamos esperar a que volviera y tuviéramos que hacer todo a las prisas, no será una gran fiesta — encogió uno de sus hombros — queremos que sea bastante íntima

— ¿solo vamos a estar los más cercanos? — Sarah volvió a interrogar

— así es, ustedes, los Burt, Kam, Ben con Sophie y creo que también irá Samuel, él siempre me ayudó bastante

— ¿tus padres no estarán cariño? — Diana le tomó la mano — perdona que me entrometa pero pensé que podríamos conocerlos ahí

— no, mamá no iría aunque se lo pidiera y papá bueno, él es caso aparte, quizás si le dijera pero si te soy sincera prefiero que solo seamos nosotros — sonrió incómoda — es mejor que quede todo cómo está

— entiendo, no quise incomodarte o traer recuerdos malos

— Diana, no tienes porque disculparte, entiendo que estás preocupada por el origen de tu futura nuera pero prefiero hacerme análisis a qué una mujer tan linda como tú conozca a mi progenitora

Ella rio haciendo que la tensión del ambiente se relajará, Diana simplemente asintió con una sonrisa, si ella no quería, no la obligaría.




Carey llego a su apartamento, su hija dormía, sus tías la habían cansado muchísimo en el área de juegos y lo agradecía, no tendría que hacer más nada que acostarse y tratar de dormir un poco, no había tenido noticias de la llegada de Tom, supuso que estarían cansados o aún estarían esperando en el aeropuerto.

— ni siquiera ha pasado un día y ya te extraño — dijo hacia un costado, donde siempre dormía Tom — te necesito más de lo que había llegado a imaginar

Volvió a abrazar la almohada como noches antes, el olor a cítricos que tanto le gustaban aún estaban impregnados, esperaba que durara el tiempo que estuviera lejos de ella o se volvería loca.

• Causa y Efecto • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora