Trentotto

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Carey estaba terminando de dar la última calificación del semestre, le encantaba estar en las aulas, si bien nunca dejo de enseñar le gustaba más estar de forma presencial a en línea.

Escucho la puerta del salón, frunció el ceño, tenía todos sus alumnos registrados, volteo a ver y se encontró con quien menos esperaba.

— ¡Matt! — le sonrió — ¿que haces aquí?

— bueno, tuve una cita con recursos humanos para ver lo de mi ingreso a la universidad— pasó al aula — ¿recuerdas que tú me ayudaste a ...?

— si, si recuerdo — rodó los ojos divertida — ¿que tal?

— bien, bastante bien de hecho — guiño — me verás seguido por aquí

— me alegro, digo ya sabía que te darían el trabajo pero me da gusto que te sientas bien con este

— ¿que tal si para celebrar vamos a comer? — sugirió el castaño

— amm no se, no creo que sea correcto que tú y...

— oh vamos Cay — la interrumpió— mis padres tienen a Pia y si es por Tom — levantó una ceja — tú y yo fuimos amigos mucho tiempo antes de que ustedes se conocieran

— si me prometes una sola cosa

— lo que tú quieras bonita — levantó su mano derecha — ¿que pasa?

— nada de insinuaciones raras ... hace tiempo no veo a mi amigo, con él que podía hablar de muchas cosas sin tener que insinuar que teníamos otras cosas

Matthew arrugo la nariz, para eso quería estar junto a ella pero termino aceptando, quería que ella se sintiera cómoda mientras estaban juntos y así recuperaría su confianza.

Después de dejar todos los papeles que tenía que dejar en la oficina, los dos amigos salieron a una cafetería cercana a la universidad, Carey decía que tenían los mejores croissants rellenos que había probado en la vida, un par de cafés y otro par de aquellos panes fueron los que los acompañaban.

— dime que si me acompañarás a la próxima casa, por favor — suplicó Matt con un puchero

— ¿para que quieres una casa? Son igual de chicas que un apartamento— la joven sonrió

— porque quiero que Pia tenga un patio trasero, quiero que haya espacio — explicó — ¿que tal que después quiere un perrito?

— ¿le vas a adoptar un perrito? — hizo una mueca graciosa — en serio Matthew tenemos que poner límites

— aún no me lo pide, pero si lo hacen tenlo por seguro — amenazo y ambos rieron — Luka me dijo que ya quiere que llegue el verano para venir a verlas

— los extraño — dijo con un toque de tristeza — se que podemos hablar y vernos por el ordenador pero no se, me gustaba cuando los 4 salíamos o íbamos a tomar un gelato

— eso seguiría de la misma manera si alguien no hubiera huido — la estocada — perdón pero es que fueron unos meses de incertidumbre y realmente me hubiera gustado estar junto a ti, a Luka y Dante también, aunque se que el flaquito sabía

— el flaquito — sonrió — lo siento, te explique porque lo hice, una parte de mi se arrepiente, no por lo que crees si no porque hice que te perdieras parte de la vida de Pia pero ...

— vamos a cambiar de tema porque tú no quieres hablar de eso — le tomo la mano — cuéntame cómo es la universidad así me haré una idea antes de

Carey sonrió un poco agradecida, los dos siguieron hablando de cosas varias, como hacían las cosas en aquella escuela, el clima ... algo que realmente no incomodará a ninguno de los dos.

El castaño se ofreció a llevarlas al apartamento, él no sabía que ya compartía piso con su actual pareja y le sorprendió ver cosas de él por aquel lugar.

— así que ya viven juntos ¿he? — Matthew lo dijo con un toque de burla

— si, ¿para que vivir uno un piso arriba? — ella se encogió de hombros — aparte Pia duerme bastante rápido si está en sus brazos

Matt que traía cargada a la pequeña la vio con los ojos entrecerrados y le susurró "traidora" lo que hizo reír a ambos.

— déjala, ella no sabe de los líos en la que la metí — le guiño — en fin, no te quiero correr pero esta semana entre Pia y las cosas de la escuela he dormido como 5 horas

— okay okay me voy — lleno a su hija de besos como despedida para después entregársela a Carey, a la cual también le dio un par de besos — ¿te veo después?

— si, mándame el día que verás la casa y ahí estaremos

Matthew le guiñó, la cobriza lo acompañó a la puerta y al abrirla se toparon con Tom apunto de abrir la misma.

— ¡Burt! ... que bueno verte — las manos de Tom se hicieron puños — Hola amor

— hola cariño — la cobriza noto el enojo de su novio — vino a dejarnos

— ya veo — le sonrió casi por obligación

— pero ya me voy si es lo que te preocupa — le dio dos golpecitos en el brazo — las veo luego guapas y a ti también

Burt salió con una sonrisa enorme de oreja a oreja, sabia que de alguna forma había ganado esta batalla, ¿pequeña? Si pero era el ganador.

Tom se quedó estático unos segundos al igual que la cobriza, hasta que esta decidió acercarse a él para abrazarlo, Pia también participó en aquella unión.

— ¡celoso! — soltó una risita

— ¿que quieres que piense? — soltó en un bufido— llegó y ese está aquí

— "ese" — se separó un poco para ver su cara aún seria — Tom, ya hablamos de esto, entre él y yo ya no pasa nada

— a ti no te pasa nada... pero a él claro que le pasa Cay

Carey se levanto de puntitas para alcanzar bien su barbilla, le dejo varios besos pequeñitos por la zona lo que hizo sonreír al inglés, la cargo por la cintura y las llevo hasta el sofá.

— te amo a ti Tom, te lo prometo — Pia intento tocarle la barbilla — y ella también te ama mucho

— y yo las amo a ustedes — las rodeó con sus largos brazos — por eso las cuido

— ¡estás loco!

Después de una sesión de abrazos y besos entre los tres, Carey se dispuso a tomar una siesta, lo que dejaba a Pia con Tom solos.

— ¿quieres comer? — le preguntó cómo si de verdad pudiera contestarle con frases largas — creo que si, según tu mami está papilla es tu favorita así que creo que te daré de este frasco

Tomó el frasco de la papilla de pera, luego recordó que tenía que comer también algo más consistente, buscó entre aquellos frascos que Carey hacia y guardaba en la nevera, encontró uno casi vacío, una etiqueta decía pollo y arroz.

— ¿esto te gustará? — le enseñó aquel bote a Pia quien lo veía bastante curiosa — bebé no me veas así — hizo un puchero y está la hizo reír — muy bien, ahora ríete de mi, se cosas necesarias pero me volví tonto cuando dejaste de tomar leche

Pia aplaudió como complaciente con el rubio, este se acercó para darle un beso en la frente, ella aprovechó para tocarle la cara y sonreírle.

— no tienes ni idea de lo mucho que te quiero bebé — toco su nariz con la suya — gracias por llegar a mi vida junto con tu mami

La verdad era que Tom estaba acostumbrándose aún a la mecánica con Pia, ahora ella ya era bastante más activa y podía hacer muchas cosas más, él se sorprendía con cada cosa nueva, pero no ser experto en el tema no le impedía intentar siempre mejorar y aprender.

• Causa y Efecto • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora