La maleta de Tom estaba ya puesta en la entrada, la había hecho sin querer hacerla realmente, solo sería una semana donde la obra tendría su fin y ellos tenían que estar presentes.
— te voy a extrañar mucho — dijo abrazando a a Carey ya recostados en la cama
— amor, solo son unos días — lo beso — aparte tu mami ya me dijo que vaya o ella vendrá por mi
— si, le dijo a Sarah que mañana mismo pasara por ustedes y las llevara a comer a casa — se acurruco de un modo más cómodo — mi madre adora a Pia
— igual que tus hermanas
— ¿has pensado en tener otro? — aclaró su garganta
— ¿que? — Cay abrió los ojos en señal de sorpresa — no, no, al menos ahora no, mi bebé está muy pequeña para tener un hermanito
— pero quizás en un futuro
— puede ser ... la verdad es que en mis planes inmediatos no estaba tener a Pia y bueno aquí está, no te puedo asegurar nada pero — frunció el ceño — ¿tú quieres bebés?
— tener a Pia no estaba en mis planes inmediatos
— ¡tarado! — le golpeó el abdomen — ya en serio
— si, bueno, me gustaría ahora que te tengo a ti — le guiño — me gustaría darle un hermanito o una hermanita a la pequeña, claro cuando tú estés lista y si también deseas tener un hijo conmigo
— ¿por qué no quisiera tener uno contigo?
— no se — se encogió de hombros — quizás solo no te convenzo de padre
— eres maravilloso con Pia, has cambiado más pañales que yo, te levantas por las noches, la bañas, le das de comer y aparte siempre siempre estás ahí para ella, sea lo que sea tú la haces reír, la calmas, se duerme enseguida en tus brazos — bostezo — creo que tienes magia para eso — ambos sonrieron — esa niña está loca por ti, te lo garantizo, ya me estás demostrando que serías un padre increíble
Tom le lleno de besos la cara, esas palabras le habían llegado al corazón, estaba tan enamorando de ellas y no dudaba en expresarlo.
Tom se había ido, Carey terminó de vestir a Pia cuando la puerta se escuchó, esa era Sarah quien venía por las dos, su madre insistió tanto en que tenían que pasar más tiempo juntas y ahora que no estaba el inglés era buen momento para hacer un fin de semana de chicas.
— Hola guapas — dijo Sarah — ¿cómo está la pequeña?
— ella siempre está muy bien
— me imagino, Tom nos cuenta que se porta de maravilla — le extendió los brazos y la nena lo aceptó — ¿vienes con la tía Sarah? — volteó a ver a Carey— ¿te incomoda si me adjudico ese título?
— ¿que? No, por favor ustedes la adoran — le guiño — voy por el bolso y nos vamos
— aquí esperamos a mami
En poco tiempo estuvieran listas, llegaron a la casa de Diana en cuestión de minutos donde ya las esperaban ansiosas por la llegada de la más pequeña.
— oh mira que grande eres — Emma comentó alegremente — pero ¿cuánto tiempo pasó? Hola Cay
— hola Emma — le dio dos besos — creo que si pasó un par de semanas
— eres la bebé mas linda del mundo — dijo Diana mientras salía de la estancia — son un par de lindas
— oh basta, me la voy a creer — la cobriza se sonrojo — de ella no tengo dudas pero
— lo eres, mi hermano está babeando por ti así que comienza a creerlo
Sarah canturreó con una gran sonrisa en la cara, las cinco pasaron al comedor, Diana y Emma se habían lucido con la comida que las esperaba, Pia ahora que era más grande podía seguir tomando su leche materna por medio de su mamila y así todas podrían comer al mismo tiempo.
La charla con ellas fue amena, si bien sentía extraño no estar con Tom ya no le incomodaba estar en presencia de su familia.
— voy a traer el pastel y seguimos conversando — anuncio Diana levantándose de la mesa
— yo le ayudo
Carey dejo a Pia en brazos de Emma quien la recibió encantada, Diana se encargaba ya de cortar rebanadas de aquel delicioso pastel a los que tenía acostumbrados a sus hijos.
— ¿puedes pasarme los platitos que están en la barra? — cuestionó la mujer
— claro, Tom no exageraba cuando decía que este era el mejor pastel del mundo — sonrió acomodando los platitos
— le encanta desde que era muy pequeño, si me permites hacerle uno a Pia cuando cumpla un año estaré encantada
— ¡claro que si! — dijo Cay entusiasmada — sería un honor
Diana sonrió complacida, tenía ganas de preguntarle algo desde que llegó pero no quería parecer entrometida, la joven se quedó en silencio unos segundos hasta que fue ella misma quien sacó el tema a relucir.
— ¿le contó ya Tom sobre Matthew?
— si cariño, me dijo lo que había sucedido, ¿te sientes mejor ahora?
— en parte si, me quite un peso de encima, si seguía postergando esto sería Pia quien llegaría a decirle a Matthew "hola soy tu hija!" — dejo salir una risita — ahora el que me preocupa es Tom
— ¿Tom? — frunció el ceño — ¿por qué?
— Matt se mudara a Inglaterra de nuevo, probablemente en la universidad donde yo doy clases lo contraten y bueno — aclaro la garganta — Tom me comentó que estaba un poco celoso al respecto
— bueno eso es normal, esta enamorado de ti y sabe que la unión qué hay entre ustedes es grande
— pero sólo tendré contacto con él por la niña — se encogió de hombros — espero que realmente esto no afecte a nuestra relación
— si ambos se demuestran el mismo amor que han demostrado hasta ahora no creo que Tom tenga problemas cariño — analizo un poco la situación — bueno, contigo dudo que tenga problemas, Matthew ya es tema aparte
Ambas mujeres rieron, en efecto, Diana tenía toda la razón, Tom no desconfiaba de su novia sino que desconfiaba de aquel que había sido su mejor amigo años atrás.
Salieron para disponerse a comer el postre acompañado de un buen café, la pequeña Pia estaba encantada con todas las caras que sus tías le hacían, era como tener una muñequita de carne y hueso solo para ellas.
Regresaron ya bastante entrada la noche, cuando abrió la puerta de su apartamento la loción de Tom le llenó las fosas nasales, se había ido esta mañana y ya lo estaba extrañando, cambio a su hija por una pijama, le dio de comer y mientras ella se quedaba dormida.
Se tiro a la cama después de dejarla en su cunita y su celular vibro anunciando un nuevo mensaje.
"Las extraño mucho y solo llevo unas horas fuera de casa, espero que la hayan pasado muy bien, las amo."
Sonrió, contestó solo con un par de emojis, estaba muy cansada y necesitaba fundirse en sus sábanas blancas.
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• Causa y Efecto •
FanfictionA toda acción corresponde una reacción, es lo que dice la tercera ley de Newton y eso a Carey le quedaba claro. Una noche de copas le había jugado una mala pasada y ahora tenía que afrontar las consecuencias. Gracias @Jokii22 por la portada