• Causa y Efecto •

Nove

Era domingo por la tarde, Carey quería tomar una ducha para relajarse, el día siguiente sería su primer día como profesora en la nueva universidad, estaba tan nerviosa que no podía pensar en nada más.

Fue al baño y cuando quizo encender la ducha esta hizo un ruido extraño, escupió un poco de agua y después nada, cerró y abrió de nuevo las llaves pero no salía nada.

— ¡genial! Te tienes que descomponer hoy... justo hoy — bufo

Vio su móvil en el lavamanos, pensó unos minutos antes de llamar a la persona que tenía en mente.

Dos timbres sonaron y la voz con ese acento inglés se escuchó del otro lado de la línea.

— Hola Cay — le dijo cuando este contestó — ¿cómo estás? ¿Todo bien?

— Hola Tom, bien ¿y tú?

— todo bien, estaba pensando en que cenar — su risa se hizo sonar — ¿necesitas algo?

— en realidad si, quería saber si tú ducha funciona bien, algo pasa con la mía y no sale nada de agua — la chica sólo quería averiguar si era un problema general del edificio

— déjame ver, espérame unos segundos en la línea — escucho que Tom respiraba y unos segundos después el agua cayendo — si, funciona bien

— genial, voy a tener que hablar con un plomero — suspiró — gracias Tom

— Oye espera ¿quieres ducharte acá? — dijo sin pensarlo

— ¿Que? No, no, no, no — dijo angustiada Cay — eso sería abusar mucho de tu confianza y no me lo perdonaría, gracias Tom

— Carey, jamás me molestaría en verdad ... supongo que es algo incómodo para ti y entiendo si no quieres

— Yo se, lo agradezco eres una persona muy considerada — sonrió aunque no pudiera verla — ¿de verdad no te molestaría?

— para nada, sube y así también me ayudas a decidir qué cenar

— okay estoy ahí en 10 minutos

El timbre de Tom se escuchó, no tardo ni medio segundo en abrir, Carey se sorprendió al verlo con un pantalón de chandal y su sudadera un tanto vieja pero la favorita del rubio.

— pensé que ya te habías arrepentido — dijo Tom en cuanto Cay pasó

— no encontraba una pijama decente — se ruborizó — todas están rotas o son una playera de algún concierto

— te entiendo — le sonrió — ven, te enseño el baño

La guió hasta su habitación, abrió un poco la boca cuando la dejó pasar, si la sala y el comedor estaban de forma impecable la habitación del inglés era una especie de santuario del orden, todo en su lugar, la puerta del armario estaba entreabierta y se podían ver trajes ordenados por colores y al parecer por especie de estampado, se percató del olor a cítricos que desprendía aquella habitación.

— perdona, soy un poco loco del orden, pero solo en mi casa — señaló su cabeza — acá suele estar más hecho un desastre

— es impresionante — dijo sin dejar de observar todo — cuando sea grande quiero poder hacer esto

La risa peculiar del inglés sonó por toda la estancia.

— doy clases de "Orden y limpieza" los sábados por la mañana... si te interesa, te hago un descuento de vecinos

— ¡oh que amable! — la chica mordió un poco su labio inferior para evitar soltar una risa — lo voy a tomar en cuenta, sin duda

— bueno, ven por acá