Encadenada a él -Parte 1-

capítulo 34

*Narra Malú
Acababa de besar a Vanesa por segunda vez, esta vez ella me siguió el beso, rozando con sus dedos mi cuello, para mí duró una eternidad; cuando nos separamos ambas nos quedamos en silencio, sin saber muy bien que decir, pero el brillo en sus ojos y sus mejillas rojas podían hablar perfectamente, acaricié su flequillo y sonrei.
-Vanesa yo, no sé si...te has molestado ni si quiera yo ...-
Vanesa me volvió a callar con un beso, acababa de confirmar que ambas sentíamos lo mismo, pero Vanesa estaba en un proceso de divorcio y yo no quería dar lugar a  malos entendidos.
Y yo...que siempre me había atraído el sexo masculino y jamás se me había pasado por la cabeza el que una mujer fuese la que ocupase mi corazón, pero esque Vanesa fue metiéndose en él poco a poco y sin darme cuenta. Suspiré
Vanesa me miró estaba segura de que ella también tenía un montón de sentimientos encontrados en ese mismo instante, pero esque me había besado dos veces seguidas.
- Malú yo no sé que puede salir de esto pero, quiero intentarlo, créeme es la primera vez que me pasa algo así, pero quiero estar contigo, pienso divorciarme y me encantaría vivir lejos de aquí-
-Vanesa ¿Estas hablando enserio? De verdad que quieres que empecemos una relación-.
Trague saliva cuando una enfermera interrumpió ese momento tuve que marcharme ya que había estado ausente más tiempo de lo normal, le lance un beso desde la puerta.

*Narra Vanesa
Jamás había estado tan segura de lo que acaba de hacer y de decir, observaba como la enfermera me tomaba la temperatura y la tensión y de reojo el osito que me había regalado, siempre había estado ahí al otro lado y si yo estaba bien a día de hoy era gracias a ella.
Cuando la enfermera terminó sus quehaceres, asomó mi madre por la puerta.
-Que buena cara tienes te brillan los ojos-. Si, mi madre era muy observadora y también muy tozuda ya que solo fue a casa para ducharse y regreso de nuevo al hospital, creo que me tenía un poco mimada y en estos momentos más.
Me puse roja -Yo mamá estoy normal-.
-¿anda y este regalo?- dijo mi madre cogiendo el osito de peluche.
-Ah eso ha sido Malú que se ha escapado un momento a verme-.
A mi madre se le escapó un suspiro
-Mira que es buena es chica, se ha preocupado mucho por ti-.
-Si, mamá yo le tengo mucho cariño, por cierto mamá ¿Te importa si me duermo un ratito antes de que traigan la comida?-
La verdad esque como mi madre me siguiese tirando de la lengua, acabaría por soltar lo que acaba de pasar hace escasos minutos en esa habitación, así que decidí dormir un poco antes de que llegase la hora de comer.
Supuse que esa misma tarde me darían de alta, lo que no sabía era que hacer cuando saliese del hospital, por un momento pensé en hacer las maletas e irme del piso que compartía con Manuel, pero no tenía claro si volver a casa de mis padres o que hacer, me esperaba un largo proceso de divorcio estaba segura de que Manuel no me pondría las cosas fáciles, la suerte que tenía era que no teníamos hijos en común.
Me quede dormida tras darle varias vueltas a la cabeza pero sin sacar ninguna conclusión al respecto.
El zarandeo de mi madre me despertó al parecer ya era la hora de comer, efectivamente una bandeja se situaba a la derecha de la cama, había un cuenco de sopa, de segundo pollo con  judías y de postre una mandarina, odiaba la comida del hospital que normalmente era sin sal. Mi madre me ayudo a incorporarme en la cama, mientras trataba de desperezarme, me había sentado bien la minisiesta, cogí los cubiertos y saboree la primera cucharada de sopa que aún se conservaba caliente, mi madre sacó del bolso un bocadillo de jamón se sentó a mi lado ambas seguimos almorzando, no pude evitar reírme mientras veía lo cabezota que podía llegar a ser mi madre.
Entonces me miró -que sepas que no te volveré a dejar sola nunca más, si quieres cuando salgas de aquí venirte una temporada a casa, sabes que ahí estaremos tu padre y yo-.
Termine de tomarme el cuenco de sopa mientras escuchaba las palabras de mi madre, creo que debía contarle lo que me pasaba así que suspiré y la mire directamente a los ojos.
- mamá ahora mismo lo que tengo claro es que me gustaría cambiar de aires, y por supuesto divorciarme lo antes posible de mi marido, no creo que esté mucho tiempo en los calabozos y conociendole como le conozco estoy segura de que insistirá en que retomemos nuestra relacion-. Trague saliva para proseguir - y hablando de relaciones mamá, Malú y yo-.
- Malú y tú sois pareja lo sé, ese brillo en los ojos cada vez que la miras te delata hija, yo solo quiero que seas feliz y si lo eres me alegraré por tí; respecto a Manuel vamos a intentar que el proceso de divorcio empiece lo antes posible y así serás libre de una vez por todas-.
Mi madre soltó el bocadillo en el sillón y me abrazó, casi como cuando era niña, yo me sentí aliviada al saber que aprobaba mi relación con Malú.
-Gracias mamá- le dije al oido