Observé como salía de la ducha quitándose el albornoz y secándose el pelo, me miró como estaba quieta e inerte en la cama abrazada a mis piernas, trataba de quitarle importancia a lo que hace escasos segundos acababa de pasar a esa bofetada que aún quería dolerme, suspiré y me levante cuando me di cuenta que me estaba mirando, yendo rápidamente hacia el baño.
Me desnude y entré en la ducha, abriendo el grifo del agua y dejando que esta cayese sobre mi cuerpo, empape la esponja en gel al parecer era de frutos rojos y comencé a darme por mi cuerpo, trate de olvidar lo sucedido, quitarle importancia y decirme a mi misma que no lo volvería hacer más.
Salí de la ducha algo más relajada embuelta en el albornoz el ya estaba vestido, se levantó cogiendo una de las maletas.
-Te espero en la cafetería del hotel, no tardes. -
Lo note un tanto distante, me termine de secar bien y me puse unos pantalones vaqueros con una camisa y unas zapatillas, me fui al baño y me cepille el pelo recogiendomelo en una cola alta, observé que no dejaba nada en la habitación y baje en busca de Manuel.
Manuel estaba sentado en la cafetería mirando el periódico del día y con cortado en la mesa, miraba el reloj en repetidas ocasiones, hasta que Vanesa apareció por la puerta.
-Has tardado un poco no te parece, vamos pide algo rápido que debemos ir al aeropuerto nuestro vuelo no tardará en salir-. Siguió con la mirada puerta en el periódico, esperando a que nos levantasemos de allí.
Me apresuré a pedir una manchada y un croasant, mi desayuno transcurrió en silencio mientras yo alternaba el café con el dulce, jamás pensé que nuestro primer desayuno como marido y mujer fuese así, silencioso...Me imaginaba a el llevándome el desayuno a la cama y una bandeja con dulces, fruta, zumo de naranja, café y a el jugando a darme la comida mientras me besaba.
Hace un año
Me encontraba trabajando en el hospital ya llevaba como unas dos semanas y me había adaptado de maravilla, mis compañeros me lo hicieron todo más fácil y poco a poco me iba adaptando al trasiego de turnos. Era una tarde tranquila de otoño, y también la tarde era tranquila en planta trabajaba con niños de cuatro a catorce años, me encantaba trabajar con ellos. Estaba merendando cuando me llegó un mensaje a mi móvil, era de Manuel quería que nos viésemos esta noche después del trabajo, suspire y cogí el teléfono para escribirle estaba demasiado cansada para decirle que si a esa cita, me apetecía llegar a casa, ducharme con agua calentita y acurrucarme en el sofá hasta quedarme dormida.
Volvió a contestarme me dijo que no pasaba nada que lo entendía y pusimos fin a la conversación ya que yo tenía que seguir trabajando, era la hora de preparar la medicación y rellenar varios informes hasta completar mi turno.
Llegue a casa tarde había un tráfico insoportable y se formaron varios atascos, cerré la puerta saludando a mis padres, aún vivía con ellos, quería tener algo de dinero ahorrado para poder independizarme en un pequeño pisito frente a la playa. Entre a mi habitación cogiendo el pijama y mi ropa interior para adentrarme en el baño y llenar la bañera, me apetecía darme un baño con espuma y dejar pasar las horas mientras no pensaba en nada. Me sumergi en el agua caliente y me enjabone el cuerpo, sumergi también mi cabeza y la saque quitando los restos de espuma de mis ojos, pensé en Manuel en que apenas llevabamos días conociéndonos y era muy atento conmigo, no me contestó el mensaje de esta tarde, esperaba que no se hubiese molestado.
Salí de la bañera secandome con el albornoz por todo el cuerpo y acto seguido me puse una toalla a modo de turbante en el pelo.
En ese momento la voz de mi madre interrumpió mi tranquilidad.
-Vanesa hija, a cenar. -
Me apresuré a cambiarme y a secarme el pelo con una toalla para llegar hasta la cocina por si tenía que ayudar en algo, observé que de primero habia ensalada y que después había brócoli con pure de patatas.
Le di dos besos a mi madre, y después me puse a poner la mesa y ayudarla en lo que me pidiese.
-¿que tal el día? - me preguntó ya sentandonos a la mesa.
- Genial mamá, aprendo mucho de los pequeñajos, y son incluso más buenos que los mayores. -
Terminamos la cena viendo la televisión después de que mi padre contase algunas cosas del trabajo y demás, ayude a mi madre a recoger la cocina y a ordenar un poco el salón y decidí retirarme pronto a dormir.
Me tire en la cama tapandome con la sabana y no recuerdo más ya que caí profundamente dormida.
A la mañana siguente mi madre llamó a la puerta de mi habitación, al parecer había llegado un mensajero con un desayuno para mi. Abrió la puerta y me dejó la bandeja encima de la mesilla de noche.
-Vanesa han mandando esto para ti, lleva una nota que te aproveche hija. -
Entre abrí los ojos y pude ver una bandeja enorme con donuts, café zumo de naranja, y un bol de frutas del bosque con yogourt, al lado había una nota.
Me incorpore en la cama mirando a mi madre que estaba esperando a que leyese la nota delante de ella.
-mamá... Por favor. -
Ella entendió enseguida el mensaje y se marcho rápidamente.
Cogi la bandeja y la puse sobre mis piernas, abriendo la nota que contenía en uno de sus lados.
"Espero que esté desayuno te de fuerzas para afrontar el día, lástima que no podamos disfrutarlo juntos, espero verte este finde si puedes. Manuel"
¿Como había descubierto mi dirección? Supongo que en algún callejero de la cuidad.
Me encogí de hombros mordiendome la lengua y me dispuse a devorar tales manjares no sin antes mandarle una foto a Ana para que se muriese de envidia.Acabé el desayuno mientras el pedía la cuenta y pagaba.
Nos dirigimos hacia el aeropuerto en taxi, íbamos todo el camino en silencio un silencio bastante incómodo.
A las dos en punto estábamos volando rumbo a Canarias quizás la luna de miel seria un nuevo comienzo, en mi cabeza no paraba de resonar aquella bofetada y por mucho que tratase de olvidarla, no podía.
Me había quedado dormida cuando, me desperto habíamos llegado a nuestro destino.
Después de recoger el equipaje nos dirigimos al hotel, abría los ojos de par en par aquello era muy distinto y el clima era perfecto.
Llegamos al hotel dejamos las maletas y dimos una vuelta por la zona, yo me cambié de pantalón hacia bástate calor y decidí ponerme unos cortos con unas sandalias.
A lo que el me miró y me dijo que iba enseñando demasiado.
Me encogí de hombros y no le hice caso pensaba que estaba de broma, hasta que me cogió del brazo y me obligó a entrar a la habitación para ponerme un pantalón largo.
Me cambié para no darle más importancia al asunto, cinco minutos más tarde me estaba pidiendo perdón por lo sucedido, me compro una rosa y me ofreció llevarme esa noche a cenar.
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Encadenada a él -Parte 1-
FanfictionVanesa es una enfermera que se enamora inocentemente de un chico que la sabe manejar a su antojo, pero la relación no es tan bonita como aparentan cuando están con amigos y familiares. Cuando peor lo están pasando aparece Malú compañera de trabajo...