capitulo 31

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*Narra Manuel

Llegué a casa de Ana llamando al timbre insistentemente, hasta que por fin me abrió.

-¿Qué pasa Manuel? ¿Le ha pasado algo a Vanesa?, ¿estás bien? Te noto algo angustiado-.

Abri la puerta y antes de que pudiese escuchar la primera pregunta empujé a Ana apartandola de mi camino, y me dirigí hacia el salón de la casa -¿Donde coño esta Vanesa?, ¿Está aquí verdad?-. Pregunte sin apartar la vista del salón buscando donde podía estar, para luego seguir recorriendo parte de la casa.

-para para Vanesa no está aquí, es más hace semanas que no se nada de ella, por favor tranquilizate y dime que es lo que pasa y donde está Vanesa, me estas empezando a preocupar-.

Ana se dirigío hacía mí intentado tranquilizarme, me di por vencido, sabiendo que Vanesa no se encontrontraba allí  y salí de aquella casa sin darle respuesta alguna y dando un fuerte portazo.
¿Donde podría haberse metido? Miré inquieto el reloj eran más de las tres de la tarde así que decidí entrar en un bar que había en frente de casa de Ana para comer algo, lo primero que pedí fue una cerveza y me la tome del tirón, después pedí otra y un trozo de tortilla de patatas, mientras saboreaba la segunda cerveza pensé donde podría encontrarse Vanesa y el porqué de su marcha, creo que perdí la cuenta de las cervezas que había pedido cuando una idea pasó por mi mente, estaba seguro de que Vanesa se encontraría allí. Pedí la cuenta y me dirigí hacia la moto, y la cogí para dirigirme hacia mi destino.

*Narra Vanesa.

La verdad esque el hecho de que Malú, Jennifer y Miriam se uniesen a la comida hizo que no estuviese todo el rato tan alerta, y también que llevaba bastante tiempo sin ir a comer a casa de mis padres, en los últimos meses apenas salíamos de casa, nos estábamos riendo porque mi madre empezó a contar anécdotas de cuando era niña cuando sonó el timbre...ahora si que me volví a poner en alerta, mi corazón casi se me sale del pecho, mi madre me cogió de la mano, mientras mi hermano se dirigia hacia la puerta, mismo ritual, miró por la mirilla y si esta vez se trataba de Manuel, abrió la puerta y Manuel entró alterado.

-joder reunion familiar y a mi no me habéis llamado.- Manuel se dirigia hacia mí cuando mi hermano trató de pararlo agarrándole del brazo.

-Manuel vete o llamo a la guardia civil, apestas a cerveza-.

Manuel le dio un puñetazo a mi hermano, rápidamente Antonio y mí padre fueron ayudarle.
Yo estaba muerta de miedo, pero también estaba avergonzada, jamás pensé que Manuel pudiese pegarle a mi hermano, pero cuando bebía, perdía el norte.

-Manuel vete, no causes más problemas, no quiero saber nada de tí- O lo decía o me quedaba tranquila, me daba igual lo que me pudiese hacer, pero no podía soportar la idea de que se metiese con mi familia.

-Y una mierda ¿me oyes? Tu te vienes para casa- mi padre y mi hermano intentaron sujetar a Manuel y si Malú había sido la más lista de todas ya que aprovecho el barullo de la pelea para meterse en el baño y llamar a la guardia civil, así que en cuestión de minutos Manuel saldría esposado por esa puerta rumbo a los calabozos.

Pero no, todo no era tan bonito, todo no podía ser tan fácil ya que Manuel empujo a mi padre y a mi hermano hacia el suelo y se dirigio hacia mi, quería llevarme a toda costa a casa.

-Vamos Vanesa, si sabes que en nada se me pasa la borrachera dame una oportunidad-.

A la vez que el iba acercándose más hacia donde yo me encontraba yo me iba alejando más, llegando a subir las escaleras, volví a temblar de miedo, y volvieron a venir a mi recuerdos, tantas veces le había perdonado, pero ya no ya no le perdonaría una más.
Segui subiendo las escaleras y el aceleró el paso y me cogió de los brazos, intenté a toda costa librarme de él pero caí rodando escaleras abajo....

Encadenada a él -Parte 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora