Capítulo 15

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Aún estaba un tanto agitada por el sueño, todo parecía tan real que cuando desperté mis manos fueron directamente a mi vientre, agarrandolo y aferrándome a él, pude entender que nada ni nadie le haría daño a esa criatura que ya era parte de mi ser, la cual le corría mi misma sangre, la protegería y cuidaría sin ayuda de nadie y algún día me armaria de valor y le contaría quien era el desalmado que tenía por padre, es más si ese ser que algún día llamase a mi puerta diciendo que es su padre, le negaría el derecho a verlo, es posible que sea una persona sin sentimientos y mala madre pero creo que peor actuó el aquella noche.

El sonido de la manivela de la puerta me aviso que el desayuno estaba a punto de entrar, o ¿Quizás sería Vanesa?, deseaba lo segundo, lo último que supe de ella fue por nuestra conversación de WhatsApp, pero me daba un poco de reparo verla así, pensar que su marido la controla, o por lo menos eso me dio a entender ayer en aquellos escasos cinco minutos, la puerta se abrió e hice el pequeño esfuerzo por incorporarme en la cama y arreglarme un poco el pelo dando por hecho que la persona que se encontraría detrás de la puerta era Vanesa, pero no no lo era una auxiliar de enfermería de unos veinte años traía una bandeja, la cual colocó en la mesilla auxiliar gentilmente dándome los buenos días y preguntando que qué tal había pasado la noche, hubiese deseado que quien pronunciase esas palabras junto con una sonrísa fuera ella, me sentía tan bien a su lado como si supiese que no me pasaría nada, la auxiliar me preguntó de nuevo que que tal había pasado la noche pero yo estaba tan perdida en mis pensamientos que ni me di cuenta que la pobre estaba ahí frente mía esperando la respuesta y que la bandeja se encontraba abierta. - eh bien bien, esque este olor a descafeinado me ha dejado un poco descolocada tengo un hambre-. Hice amago de sonreír y no parecer una estúpida que andaba un tanto desilusionada, la chica se marcho dejando la puerta entre abierta y yo me disponía a observar cual sería mi desayuno, el cual esperaba que fuese el último y me diesen de alta porque el hospital estaba bien para trabajar pero eso de estar hospitalizada ya me gustaba menos. En dicha bandeja había una taza de descafeinado con un azucarillo, un vaso de zumo de naranja, dudo si era recien exprimido y un paquetitos de unas  cinco galletas integrales. Suspiré yo me hubiese esperado una tostada con tomate pero es lo que había asi que cogí el zumo y le di un sorbo, mi cara de asco era un poema estaba bastante fuerte y justo en ese momento en el que mi cara era de asco total se abrio la puerta y si era Vanesa viéndome poner esa cara... Casi escupo el zumo, venía de la calle con unos vaqueros ajustados que le estilizaban las piernas y una gabardina que tapaba su camiseta, llevaba las gafas de sol a modo de felpa y... Observe algo raro en su ojo.
-Buenos días madrugadora. - dije mientras le daba un mordisco a una de las galletas para quitarme el mal sabor del zumo.
-buenos días madrugadora ¿esque no está bueno el zumo?
Observé a Vanesa mientras ponía su gabardina en el sillón y se sentaba a mi lado.
-bueno comida de hospital, no esque sea mi favorita, ni la mía ni la de la mayoría de personas a la que le preguntes. -
Ambas nos miramos y soltamos una carcajada
-¿a caso tengo que venir yo para que comas un poquito?  Venga que aún no llevas ni la mitad y ya sabes que en nada estarán aquí para cambiar las sábanas...
-que si que si que soy enfermera y se como va este tema... Bueno soy enfermera y enferma. -
Volvimos a mirarnos y a sonreír a la vez pero esta vez observe con más detenimiento el color de su ojo, al parecer llevaba más maquillaje de la cuenta y eso hacía que aún se notase aún más y además en lo que pude observar en los días en los que conozco a Vanesa esque para trabajar no suele cargarse mucho de maquillaje, suspiré y cogí la taza de café le di un sorbo y la deje en la taza para coger la tercera galleta y mojarla en el café con tal mala suerte que cayó a la taza, cogí una cuchara y me la tomé asi, Vanesa no paraba de reírse. No sabía si sacarle el tema y preguntale que le había pasado, quería saberlo y que supiese que estaba ahí para lo que hiciese falta, pero era un tema demasiado personal el cual yo no sabía como abordar, volví a darle un sorbo al café y me arme de valor.
-¿que tal la noche sin mi en la casa de al lado? - intenté soltar esa pequeña pregunta a modo de broma y a modo de no parecer muy interesada, prefería preguntarle así a preguntarle ¿qué te ha pasado en el ojo? Se de sobra que me pondrá una excusa de me caí en la ducha o tal, era un tema que si ella quería debía de contármelo.
Vanesa miró hacia otro lado agachó la cabeza y casi en un susurro dijo:
-Normal, tu no das mucho ruido-.
Despues miró el reloj he hizo como que se levantaba entonces la agarre del brazo
-ese capullo te pega ¿verdad?-. Sabía que saldría corriendo así que no me quedo de otra que dejarme de tanteos e ir directa al grano.
Vanesa se volvió dos lágrimas corrían por sus mejillas, me miró y me dijo.
-es algo que no te incumbe Malú mejor que estés alejada de este tema-.
Vanesa hizo amago de marcharse la solté y mientras se marchaba para la puerta le grite
-¡MUY BIEN QUEDATELO PARA TI PERO QUE SEPAS QUE SOY TU VECINA DE ENFRENTE QUE SI OIGO O VEO ALGO RARO IRÉ Y DENUNCIARÉ ME OYES DENUNCIARÉ!-
Vanesa regreso hacia mi cogiéndome de los dos brazos con fuerza con lágrimas en los ojos me dijo
-lo negaré todo, no te metas en esto tienes todas las de perder.
Acto seguido se marcho dando un portazo

Encadenada a él -Parte 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora