* Narra Vanesa
Salí de la habitación de Malú presa del miedo, sin querer reconocer que las palabras que había pronunciado Malú eran lo que necesitaba escuchar y que hacía apenas ventucuatro horas que hubiese dado lo que fuera porque ella saliese en mi busca.
Pero luego recordé lo dulce, lo amable que estuvo ayer, sobre todo la última parte en la que ambos hicimos el amor y fue algo bonito, para mí fue como mi noche de bodas esa que... Se empaño justo en el momento más bonito y delicado.
Manuel quería un hijo a toda costa y por las buenas o por las malas lo iba a conseguir, y lo peor esque casi siempre era por las malas así que después de verlo tan cariñoso anoche quizás se estaba arrepintiendo de sus actos y estaba cambiando.
Después de dar aquel portazo de hablarle como le hable a Malú busque con la mirada un baño que, al ser posible apenas tuviese WCs porque lo que realmente quería, en ese preciso instante era llorar, no quería hacerlo delante de ella, no quería que me viese débil, quería darle a entender que todo estaba bien y que ella solo debía de preocuparse del transcurso de su Embarazo al fin y al cabo apenas nos conocíamos de apenas días.
Cerré la puerta de aquel baño, baje la tapa del water y me senté comenzando a llorar, mis lágrimas empañaban mis ojos cada vez que recordaba lo sucedido, ninguno de mis familiares, ni Ana ni Joaquín que eran mis mejores amigos sabían nada de la situación por la que estába pasando, ya que él se encargaba de que ambos fuésemos. El matrimonio perfecto.
Si, había que fingir sonrisas ante los demás, abrazos que no sentíamos ninguno de los dos besos y caricias de dos enamorados que ya no lo están, mis padres le querían muchísimo desde el primer momento supo meterselos en el bolsillo, con palabras amables siendo el perfecto yerno, así que si les decía algo probablemente no me creerian ya que estaba segura de que Manuel llegaría desmintiendo lo que conté y tendría consecuencias nefastas para mi. Más de una vez estuve a punto de coger el teléfono a escondidas o poner una excusa y marcharme a casa de mis padres o de Ana, pero el miedo me paralizaba y también las consecuencias, cada vez que lo pensaba un escalofrío recorría mi cuerpo y casi me echaba a temblar, y ¿me hacía daño? ¿Y si no era un simple moratón e iba a peor?, ¿y si se metía con mi familia?, no podía permitirlo. Podía parecer sumisa y estúpida por estar con él, pero el miedo se apoderaba de mí y tomaba el control, era muy frustrante sentirse así pero me resignaba.
-¿hay alguien ahí?. -, logre escuchar desde el otro lado desde la puerta, segui sollozando y volvieron a golpear la puerta una segunda vez.
-eh venga ábreme y me cuentas o por lo menos deja libre el baño. -
Me resigne y abrí la puerta y allí se encontraba una mujer mucho más joven que yo, me atrevería decir que de unos veintitrés años, de pelo rizado y rubio, su acento no era andaluz más bien del norte pero no sabría acertar bien de que parte era,; se acerco a mi cuidadosamente me fijé en su credencial se llamaba Míriam y era auxiliar de enfermería, me seco las lágrimas y se agachó hasta ponerse a mi altura, retirando mi flequillo y ofreciéndome un cleenex para que me secase las lágrimas, simplemente me observo y se quedó ahí por si necesitaba hablar y lo hice...
-Mi marido es mi marido mi relación no es buena es un... Posesivo es celoso y... Cuando bebe.. Pierde el control es imparable, solo quiere que le de un hijo y que y que le haga las tareas del hogar, estoy en un maldito infierno del que no puedo salir, nadie sabe esto, nadie salvo tu y otra chica pero... Pero no... No me comprende no puedo denunciar, no puedo es capaz de matarme o hacerle algo a mi familia o amigos. - Me derrumbe en aquel baño con aquella chica que era totalmente desconocida para mí que me transmitía seguridad y bienestar, no había nadie más solo yo ella y un vater frío, agarre el cleenex y me seque las lágrimas, ambas nos levantamos a la vez y Miriam, se abrazo a mi; fue un abrazo largo y confortable, sentía como si ese miedo poco a poco se disipaba o por lo menos esa inseguridad que tenía en mi. Me cogió de las dos manos después de adecentarme un poco.
-venga coge aire por la nariz y exhala por la boca. - Ella hizo exactamente lo mismo y ambas lo repetimos unas diez veces lentamente.
Ambas nos miramos a los ojos, y volvió abrazarme de nuevo fue un abrazo igual que de antes largo pude comprobar como, sus manos estaban calientes y su cuerpo transmitía una sensacion hacia mi que me calmaba.
-Oye... Muchas gracias, estoy muchísimo mejor, no se como lo has... Conseguido... - Me aparte de ella y me quede justo en frente apoyándome en el lavabo del baño.
-Toma apunta mi teléfono, cuando necesites algo llámame, o quien sabe si sea yo quien te llame, yo no te voy a dar mi opinión pero si yo fuera tu me liberaría de esas cadenas que llevas arrastrando y que tanto pesan-. De momento has dado un gran paso hablándolo conmigo y reconociendo lo que te pasa, tampoco voy a ir a denunciar a una comisaría, pero créeme no es bueno que sigas así, tus ojos están tristes y tu alma también-.
-Tengo tanto miedo, no lo conoces es...-
Cuando pienses eso... Hazte esta pregunta... -¿prefieres estar así? ¿Eres feliz siendo su criada y recibiendo golpes por parte de él?. -
Agaché la cabeza. Ella cogió mi barbilla subiéndomela a su altura mirándome fijamente a los ojos.
-Ahí tienes la respuesta a la pregunta. -.
-Yo... Yo debo marcharme llevo un rato desaparecida nadie sabe donde estoy, luego te escribo. - y le sonreí.
-suelo venír aquí porque es donde me evado, casi nadie para en este baño por que siempre pone averiado, así que si quieres evadirte compartiremos sitio, nos vemos riquiña.
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Encadenada a él -Parte 1-
FanfictionVanesa es una enfermera que se enamora inocentemente de un chico que la sabe manejar a su antojo, pero la relación no es tan bonita como aparentan cuando están con amigos y familiares. Cuando peor lo están pasando aparece Malú compañera de trabajo...