*Narra Vanesa.
Mire a Miriam a los ojos, tras despedirme de ella y apuntar su telefono móvil en mi agenda, salí de aquel baño mirando hacia la puerta y observando como se metía las manos en los bolsillos tras haberselas lavado en el lavabo de aquel minúsculo baño.
Iba caminando por los pasillos del hospital, concretamente me seguia encontrando en la misma planta en la que se encontraba Malú, dude si entrar de nuevo en la habitación y pedirle perdón por lo sucedido, cuando vi salir a una joven, rápidamente me fije en su tarjeta de identificación en la cual solo pude leer: Jennifer Martinez, ginecóloga. Y al final de largo por la habitación de Malú la puerta se encontraba cerrada y al ver salir a la joven pensé que le estarían realizando pruebas, mire el reloj y resople iba muy tarde hasta mi puesto de trabajo, probablemente alguna de las jefas de planta estarían bastante cabreadas con mi actitud. Observe al fondo del pasillo el ascensor el cual aún le faltaban algunas plantas para llegar a la mia, me apresuré a llegar a la puerta y pulsar el botón de llamada, en menos de dos segundos las puertas se abrieron con tal mala suerte que dentro de él, se encontraba la jefa de enfermeras.
-vaya pensé que te había pasado...- Se quedo callada de repente pudiendo observar aquel pequeño moraron e hinchazon del ojo...
-¿que te ha pasado?. - Me señaló el moratón que tenía, yo no sabía que hacer ni que decir, no quería que esto transcendiense más, tenía miedo de lo pudiesen decir, de la reacción de mi familia y un sin fin de sensaciones que estaban en mi cabeza.
-eh esto... Una caída en la ducha caí de rodillas y di.. Ya sabes-. Definitivamente no era buena actriz la presión me podía.
-¿y esa es la razón por la que llegas hoy tan tarde?-. La mire y abrí los ojos como platos, me acababa de servir en bandeja la excusa perfecta, y respiré mirándola...
-Yo si, fue eso me daba vergüenza admitir que fue por esa tontería... - En ese momento el ascensor se paro en la planta de pediatria y ambas nos bajamos y caminemos hasta el control de enfermería.
-Oye, Vanesa si alguna vez llegas tarde hazmelo saber, y si te hace falta cualquier cosa no dudes que estare ahí para echarte una mano-.
Me dirigí hacia ella y simplemente la abracé, traté de reprimir las lagrimas pero uff no pude y ambas cayeron por mi rostro.
Al parecer si que en el trabajo estaban notando que en casa pasaba algo y obviamente en el hospital se han tratado tantísimos casos de maltrato que se saben las excusas, los gestos, la manera de mirar, ¿Por que me había enamorado del hombre equivocado? ¿Por qué si era la persona mas dulce del mundo? Había tantos porqués desde que había tenido aquella charla con Miriam en el baño resonando en mi cabeza. Me separe de mi compañera quitando rápidamente las lagrimas y amas llegamos al control de enfermería. Me apresuré a situarme en la zona donde teníamos las planillas del día y eché un vistazo a la mia, me habían cubierto las espaldas la primera hora de la mañana y ya habían hecho la ronda en las habitaciones, así que solo me quedaba encontrar aquel ángel que me había salvado el culo y mi puesto de trabajo, pero no di con ella o con él, me dirigí hacia el frigorífico y busqué mi botella de agua, esa que ponía mi nombre y las iniciales de apellidos, aquí o le ponías nombres a las cosas o desaparecían sin que te dieses cuenta aunque fuese una simple botella de agua. Le di un trago y la volví a dejar alli, a no ser que me llamasen de una habitación, me dedique a organizarme para lo que me quedaba de mañana y a preparar quizas la siguiente planilla de mañana. Me puse a revisar las hojas de evolución de algunos de los pacientes ingresados en la planta, todos de cero a doce años, la mayoría se sometían a alguna operación, habia una chica de once años que padecía anorexia, se le habia metido en la cabeza que, debía estar delgada o mas bien esbelta, que queria seguir una dieta como las modelos, y ser una de ellas, y queria serlo desde bien pequeña, llevarle la comida o la medicación era entrar en un debate con la menor, debíamos tenerla vigilada cada vez que comia algo e incluso cerrarle con llave la puerta del baño, tambien estaba otro pequeño ingresado desde hace dos días el pobre jugando al fútbol se cayó y se fracturó el pie derecho, pese a su lesión el pequeño decía que quería ser jugador del Málaga de mayor y que metería muchos goles. Yo veía la vida de esos niños y me decía a mi misma que porque no volver a mi infancia donde jugaba con mis muñecas e incluso con mis hermanos a ser doctora, siempre me había gustado el mundo en el que me muevo ahora, me viene a la memoria la vez en la era día de reyes, porque en casa se celebraba por todo lo alto yo tenía cuatro añitos y les había dicho en mi carta con una letra ilegible que queria un maletin de médicos para jugar, y allí se encontraba bajo aquel arbol de navidad iluminado mi ansiado maletin, cuando lo abrí me puse super contenta, ahora podría curar a mamá a papá y al hermanito, abrí la caja y estuve todo la mañana jugando, también mis tíos me regalaron erase una vez el cuerpo humano para que lo viese en video, y así fue como a día de hoy trabajo como enfermera gracias a mis familiares que de pequeña me alentaron a conseguir mis metas y mis sueños.
El sonido el móvil el cual no le había quitado me bajo rápidamente de aquellos recuerdos en los que estaba absorta, era Malú en un mensaje de WhatsApp me escribía lo siguiente:
Hola siento haberla cagado, siento haberte hablado así pero... Esas situaciones me pueden y temo que pueda pasarte algo. Si no quieres contestar si no quieres hablarme lo entenderé, pero es inevitable ya que somos compañeras de trabajo y vecinas. Prometo respetar tu vida de puertas para fuera del hospital pero... No me pidas que si en casa escucho algo no intervenga.
ESTÁS LEYENDO
Encadenada a él -Parte 1-
FanfictionVanesa es una enfermera que se enamora inocentemente de un chico que la sabe manejar a su antojo, pero la relación no es tan bonita como aparentan cuando están con amigos y familiares. Cuando peor lo están pasando aparece Malú compañera de trabajo...