Capítulo XVI

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Capítulo XVI

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Capítulo XVI

Stephanie miró hacia el punto donde Aelyanna había desaparecido y respiró entrecortadamente, sin ser capaz de comprender lo que acababa de pasar. Todo el equipo había quedado paralizado, en un shock total. Ni siquiera podía alegrarse porque se habían encargado de la amenaza y la población circundante estaba a salvo. Wanda sollozaba en silencio, observando a la nada. Clint había muerto, no estaba. Y había sido por salvarla a ella. Sus hijos ya no tendrían a su padre, su esposa ya no tendría a su pareja, ellos ya no tendrían a su compañero y todo era su culpa. Bucky, pese al dolor de las heridas y a la pérdida de sangre, se puso de pie y cojeó hacia ella, dejándose caer de rodillas a su lado. Sin sentirse capaz de decirle nada, la rodeó con un brazo y apoyó su frente contra su sien, intentando contenerla, sostenerla... pese a que sabía que, con ello, no conseguiría mucho.

Nate, de rodillas en el suelo, sostenía su mano contra su pecho, consciente por fin del dolor que le nublaba la vista. Steve, junto a él, se puso de pie, intentando mantener la calma, pese al latido acelerado de su corazón. Tenían que hacer algo, él tenía que hacer algo...pero, ¿qué? El sollozo de Natasha lo sacó de su trance. Repasó con la mirada a sus compañeros, detallando las heridas de Bucky, los rostros desencajados, las lágrimas incesantes. Él mismo se sorprendió, al notar la humedad de sus mejillas. La espía alzó sus ojos hacia él y Steve dejó caer los hombros, sintiendo su corazón romperse al ver la tristeza de su mirada. Pero, ella reaccionó rápidamente. Natasha se secó las lágrimas con un manotazo y se acercó a Aisha, conteniendo un sollozo sin mucho éxito.

⸺ Tráelo de vuelta⸺ pidió, con las lágrimas corriendo por sus mejillas⸺ Haz lo que hiciste conmigo, tráelo de regreso...⸺ la diosa la miró con tristeza y negó suavemente, con un delicado gesto de su cabeza.

⸺ Lo siento tanto, Natasha... pero, no puedo hacerlo. Para poder traer a alguien de regreso, necesito un cuerpo. Sin eso... sin eso, no puedo hacer nada⸺ los ojos de Aisha también brillaban por las lágrimas contenidas.

Sus lindos ojos verdes, tan profundos y vibrantes, se pasearon por los rostros de sus, ahora, compañeros y vio en todos ellos la misma expresión de desolación y desesperanza que tenía Natasha. Ella les había fallado y, aunque nadie lo decía en voz alta, ella podía verlo claramente en sus ojos. Por unos momentos que parecieron eternos, nadie se movió ni dijo nada. La diosa dejó caer la graciosa cabeza y suspiró, ladeando suavemente el rostro para que nadie viera el rastro de lágrimas que surcaban sus delicadas mejillas. El peso de una mano en su hombro la sobresaltó.

⸺ Aisha, escúchame⸺ pidió Steve, con expresión serena, pero la voz temblorosa. Era verdad que él estaba destrozado, que sentía que podrían haber hecho más, que Clint se le había escapado de las manos, pero, tenía que ponerse en pie y seguir. Y para ello, necesitaba a su equipo entero. A todos ellos⸺ No te culpes. Nuestro trabajo es salvar a cuantos podamos... a veces... a veces eso significa que no podremos salvar a todos. Tenemos que aprender a vivir con ello. Si no, llegará un momento en el que no podremos salvar a nadie. Y eso no nos lo podemos permitir⸺ sentenció finalmente y Tony se puso a su lado, asintiendo.

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