Capítulo IX

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Capítulo IX

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Capítulo IX

Nathaniel y Stephanie corrieron a través de los pasillos rodeados de enormes tuberías, siguiendo el mapa que se proyectaba desde el brazalete de Stephanie. Habían intentado comunicarse con Steve, pero todo había sido imposible. Al parecer, algo impedía que la señal lo alcanzara y eso sólo los preocupaba aún más. Apresuraron el paso y giraron en una esquina, topándose de frente con una batalla encarnizada. Steve se encontraba en la sala de válvulas y estaba rodeado de enemigos, peleando sin respiro mientras que Danchev se las arreglaba para llegar a las válvulas que le darían acceso a la red de agua de la ciudad.

Steph reaccionó rápido. Lanzó su escudo en una parábola perfecta y le dio en la espalda al hombre, haciéndolo caer al piso con un bufido de dolor. Recuperó el arma con rapidez, corriendo al encuentro de su compañero mientras que Nathaniel le cubría las espaldas, disparando sin cesar. A sabiendas de que tenía las espaldas cubiertas, Stephanie se barrió en el piso y derribó a dos hombres en su camino para atrapar a Danchev. Éste se había puesto en pie una vez más y tras lanzarse una mirada de odio asesino, volvió a la carga, trepando por las escalerillas que llevaban al contenedor con la fiera determinación que le otorgaba su mente perturbada.

Nathaniel, ya sin municiones, desplegó uno de sus bastones extensibles y dejó rápidamente fuera de combate a los mercenarios que atacaban la retaguardia del capitán mientras que su esposa se apresuraba a capturar al criminal que intentaba abrir las compuertas del agua para deshacerse de la mujer que no lo dejaba avanzar. De pronto, alguien disparó frente a Stephanie, impidiéndole avanzar. Steph alzó la vista y se encontró con un francotirador que no habían visto antes. El hombre estaba dándole el paso libre a Danchev para que llegara a las válvulas nuevamente y ella no podía permitirlo.

La capitana arrojó su escudo con fuerza y le dio a la barandilla metálica que sostenía al tirador, haciéndola caer. El hombre se precipitó al vacío, pero logró sostenerse a duras penas del metal restante y gritaba, pidiendo ayuda. Stephanie se debatió en ese momento, decidiendo si ayudarlo o detener a Danchev. Desde esa distancia, probablemente la caída lo mataría y no era eso lo que ella había pretendido. Nathaniel, que la vio vacilar, se le acercó corriendo y la jaló hacia él.

⸺ ¡Ve por Danchev, yo me encargo de él! ⸺ le ordenó y ella asintió, corriendo tras el científico.

El búlgaro ya había abierto la primera compuerta y un potente chorro de agua se escapaba de una de las tuberías, impidiéndole trabajar. Luchando contra el agua, el hombre se aprestaba a dejar caer su preparado en el contenedor cuando una mano firme lo agarró por el cuello de la camisa y lo jaló hacia atrás con un tirón brutal que lo hizo soltar la botella con veneno. Stephanie lo arrojó lejos y se apresuró a coger la botella, lanzándose hacia ella con desesperación. Extendió el brazo hacia ella y la cogió apenas un centímetro antes de que se estrellara contra el suelo... en cuanto lo tuvo en la seguridad de su mano, suspiró y se dejó caer contra el suelo mojado, respirando con alivio.

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