Capítulo 3.7.

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Quería desplomarme ahí mismo y llorar hasta más no poder. No podía ser… ¿Mark?
—Pero, ¿por qué él?—dije en un suspiro entrecortado.
—Se supone que tú le gustabas a Mark—comenzó Demien—. Pero cuando supo que le gustabas a Joan se puso loco y te escribió todo eso él mismo. Bueno, eso fue lo que me explicó Joan. 
—¡Eso no es cierto!—dijo Mary ya harta. Me miró—. Valerie, está claro, todas las piezas encajan ahora. Ayer que tú no aceptaste ir con ellos, ellos se fueron a alguna de sus casas; como estaban en problemas amistosos decidieron jugarte una broma mandándote esos horribles mensajes—suspiró—. Así recuperaron su amistad y te afectaron a ti, la causa de sus problemas. Está más que claro.
Los ojos me ardieron y el nudo en la garganta se me hizo insoportable. Sólo quería irme de ahí y no saber nada.
—¡Waitzman, Uselton!—gritó nuestra maestra—. ¡Andando, mujeres!
—Lo siento, Vali. Nos vamos—Page y Mary besaron mis mejillas y se fueron.
Demien me miró.
—Lo siento, Vale.
—No, no te apures—dejé que las lágrimas acumuladas cayeran y las sequé con rapidez.
—¿Tú eres Crawford?—dijo la secretaría asomando la cabeza por la puerta.
—Sí, soy yo—mascullé.
—El director te espera.
—Toma asiento—dijo el director Shell señalándome el asiento.
—Claro—me senté y puse mi mochila en el piso.
—Bien. El coordinador Gabriel me comentó que hace un rato tu mamá vino con una copia de la conversación que tuviste con ese chico, ¿voy bien?—arrugó la frente. Yo asentí con la cabeza—. Bien. Gabriel me comentó que tu madre le mostró todo. El profesor me comentó a mí y yo quiero platicar contigo sobre eso, ¿está bien?—volví a asentir con la cabeza—.¡Frilia!—gritó.
La señora regordeta que me atendió antes asomó la cabeza por la puerta.
—¿Me haces el favor de llamar a Patty?, quiero que esté aquí.
—Sí, señor—dijo y desapareció.
El director volvió a centrar su atención en mí.
—Escúchame, Valerie, quiero que tú y yo platiquemos abiertamente. Nada de director a alumno. No, no quiero eso. Háblame como si fuera de tu confianza. Dime, ¿cómo conociste a este hombre?
—Yo… lo conocí por una red social llamada Facebook. Le mandé solicitud porque era amigo de uno de mis amigos, comenzamos a platicar y a llevarnos bien.
—¿En anteriores ocasiones se ofendieron? ¿Tú te llevabas así con el muchacho?
—Para nada, señor—dije, observando cómo Patty se sentaba a mi lado con el celular en la mano—. Nos llevábamos estupendo.
—¿Desde hace cuánto lo conoces?—cuestionó Patty.
—Desde hace como tres o cuatro semanas—mascullé.
—¿Habían hablado en persona?
—No mucho—miré las cosas de su escritorio.
—¿Quieres decirme su nombre?—cuestionó el director.
—Se llama Joan Marcos Preizer. Va en tercer grado—miré al director.
—Patty.—El director la miró—. Tráeme a este chico, ¿sí?
—Sí, señor—se levantó y se marchó.
—Bien—el director se giró a verme—. Lo que haremos ahora será traer a este chico Joan. Tú te irás a la otra habitación y nosotros platicaremos con él, escucharemos su historia, ¿sale?—sonrió—. Mira, Valerie, sé que esto es difícil para ti, que te ofendan no es nada agradable, pero debes de aprender a darte tu lugar y a ignorar los comentarios negativos—se inclinó en su escritorio—. ¿Te digo algo?, a mí casi diario me llegan llamadas de amenazas de desconocidos y padres de familia por asuntos de la escuela. ¡Y yo los controlo! No me voy a quedar en casa llorando, sólo los ignoro. Fin—hizo un gesto con las manos—. Así que tú tranquila. Yo ya vi la conversación, y fue duro lo que te dijo y por eso recibirá una sanción fuerte. Aun así, los prefectos y los policías te estarán checando para que no se te acerque, ¿okey?
—Okey, director, muchas gracias—tomé mi mochila y me levanté para irme a la otra habitación.
En cuanto salí del cuarto y escuché las reclamaciones de Joan, no dudé en huir a la otra pieza.
Había muchos carteles y calendarios; un pequeño escritorio y a un costado una silla negra. Tomé asiento y vi por la ventana opaca. No podía creer que eso estuviera ocurriendo. Esos idiotas me jugaron una broma, de muy mal gusto por cierto. ¡Yo solo intenté ser su amiga y ellos me apuñalaron por la espalda! Quería llorar pero no me lo permití. Ya no más lágrimas por imbéciles que no merecían la pena.
Tragué saliva y saqué el celular para mandarle un mensaje a Taylor sobre todo lo que había pasado, sobre la verdad de las cosas; le di en enviar y apagué el celular guardándolo en el bolsillo. Me quedé totalmente tiesa en cuanto escuché la grave voz de Joan. Por más que me estirara en la silla para pegarme a la puerta sólo escuchaba murmullos y más murmullos. La fuerte voz de Joan se me hacía más fácil de distinguir, pero no las otras. Escuché unos cuantos gritos de Patty y murmullos del director, más quejas de Joan y uno que otro silencio. Duró así como una hora y yo seguía sin saber qué hacer. Estaba totalmente aterrada con la situación. Sentía que no podía. Nunca me había pasado eso, así que ¿por qué ahora? Dejé que el tiempo me llevara lejos de preocupaciones hasta que escuché que la puerta de mi pieza rechinaba. Me levanté de un salto y distinguí a Patty totalmente seria.
—El director te llama, Crawford—se fue y tomé las correas de mi mochila y pasé a la otra habitación.
Joan volteó a verme y yo me senté a su lado. Ambos frente al director.
—Bien, jóvenes—dijo el director mirándonos a ambos.
Joan no me quitaba la mirada de encima.
—La secretaria Patty y yo ya escuchamos cada una de sus historias. Ahora, quiero que ustedes comenten sobre esto—hizo una pausa—.Valerie, Joan me comentó que tú fuiste la primera en mandarle esta solicitud en la red social, ¿fue así?
Me hundí en el asiento.
—Sí, señor—bajé la cabeza.
—Okey. Él fue el primero que te habló, y a pesar de no hablar mucho, se llevaron bien. Fin. Ahora necesito saber, ¿fuiste tú el que envió esos mensajes?—señaló con una mano a Joan—. Porque me dijiste que ayer tuviste una pequeña reunión con tus amigos. ¿Lo hicieron entre todos o sólo fuiste tú?
Joan guardó silencio por un momento con la cabeza agachada. Tomó una bocanada de aire.
—Yo… es que… no sé, director. Yo no fui—levantó la cabeza y lo vio.
—¿Entonces quién fue?
—Es que… yo no supe bien. Estábamos haciendo bromas inocentes hasta que llegamos a ella, no supe bien quién fue. Todos… todos gritaban y…—suspiró—. No lo sé.
El director  inhaló y exhaló profundamente.
—¿Sabes qué, Joan? Vete a tu clase, yo voy a hablar con la señorita y después hablaré contigo. Ya es tarde, así que vete—apuntó con un dedo la puerta de salida.
Joan se levantó y colgó su mochila al hombro. Miró al director, luego a mí y se marchó de la habitación.
—Valerie—dijo en un suspiro el director—. Nosotros ya hablamos con él y sabemos que no está diciendo la verdad. Por lo que veo, tanto él como tú cometieron errores. En primera, como dice Patty, estas redes todavía no son para ustedes y no son para juguetear. Segunda, no tienen por qué aceptar o agregar a quien no conocen. Tercera, no confíes tan fácilmente, no creas que todos son de tu condición—el director me miró de forma paterna—. Los prefectos te estarán cuidando, como yo lo haré, mientras tanto, no te quiero cerca de ellos por nada del mundo. Yo no conozco a estos chicos que me menciona el jovencito, pero de todas formas los investigaré, llegaré el final de esto y recibirán una sanción bastante fuerte.—Hizo una pausa—. Por lo mientras tranquila y coméntale a tu mamá. Vete a clase—señaló la puerta con la cabeza.
—Gracias, director—me levanté y huí como pude.

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