• Capítulo 2.2 •

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Cada quién subió a su respectiva habitación a alistarse. Dios, a veces Taylor era muy extrovertido. Sabía que era la persona a la que más le tenía confianza, pero simplemente no me gustaba comentar esa parte de mi vida. No me gustaba simplemente.

Me metí a bañar y cuando salí ya eran las siete con dos. Saqué ropa casual y una chaqueta, ya que en la noche seguro haría frío. Me cambié, me puse un poco de maquillaje que quedara de forma discreta y dejé que mi largo cabello levemente ondulado cayera por mi espalda y mis pechos. No llevé bolso, no era de esas chicas que no podía salir si no llevaba un bolso que cargar. Yo llevaba mochila, pero ese día no. Sería una noche interesante. Cuando terminé, ya eran cuarto para las ocho así que fui al cuarto de Taylor para ver si ya estaba listo. Él vestía un pantalón de mezclilla, botas negras todo terreno, una camiseta blanca y una sudadera gris.

En lo que Reny y Mark llegaban nos pusimos a jugar videojuegos.

-Bien. ¿Irás en la motocicleta?-le pregunté a Taylor mientras hundía mi cuello en la chaqueta y metía las manos en los bolsillos.

¡Caray! Sí que hacía frío.

-Sí. Tú ve con Reny.

-De acuerdo-me giré hacía Reny, que pasó su brazo por mis hombros y me sonrió.

-Iremos siguiéndote desde la camioneta -dijo Mark.

-Sí. Los espero ahí. En la parte de atrás del edificio.

-Entendido.

Taylor se alejó hasta llegar a Betty, subió en ella y prendió el motor. En cambio Mark, Reny y yo subimos a la camioneta. Era una camioneta de carga ya que llevaba atrás una gran caja para subir y transportar cosas.
Yo subí en medio y durante el viaje anduve jugando con Reny y con Mark, más con Mark, ya que Reny iba manejando. Íbamos cantando tontería y media que salía en la radio y si no la sabíamos sólo tarareábamos y comenzábamos a reír. Me sentía tan bien a su lado, nunca pensé que ese momento llegaría a pasar ¡Mark me hablaba y se llevaba bien conmigo! Era como un sueño.

Durante toda la tarde anduve pellizcándome y rezando porque no fuera un maldito sueño como siempre y en cualquier momento despertase y Mark ni me dirigiera la palabra. Pero no, él me hablaba, y estaba ahí conmigo, jugando, cantando y hablando como si fuéramos muy amigos. Era mi sueño hecho realidad, el momento no podría ser más perfecto, simplemente no.
Llegamos a la parte de atrás de unos edificios viejos y grises y bajamos de la camioneta. El lugar estaba infestado de coches, como si hubiera una gran fiesta dentro del edificio. Taylor llegó segundos antes que nosotros y bajó de Betty, se dirigió a una puerta trasera y tocó tres veces.

Tardó un poco en abrirse la puerta y mostrar una silueta rechoncha, que después se convirtió en un chico de pelo chino y lentes cuadrados. Vio a Taylor, después a nosotros y nos dio el paso para ingresar al edificio.
Cuando entramos, el chico cerró tras de sí y pidió que lo siguiéramos. Me adelanté y tomé de la mano a Taylor ya que el lugar estaba terriblemente oscuro. Nos guió por varios pasillos durante minutos hasta que logramos ver una tenue luz a lo lejos, acompañado de algunos gritos.

-¿Por qué hay tanto ruido?-dijo Taylor.

-Varios de la facultad se enteraron que pelearías y no se lo quisieron perder.

-Se supone que no debería haber tanta gente-dijo Taylor entre dientes.

Llegamos a una puerta y el chico de lentes la abrió, dejando que el fuerte ruido entrara a nuestros oídos con rapidez y sin permiso. Había alrededor de quince chicos ahí, y muchos de ellos se emocionaron al ver a Taylor. Me sentía sumamente extraña, como si hubiera sido arrebatada de la realidad y puesta en el sótano de El club de la pelea.

365 días [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora