Capítulo 4.3.

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—¡Maldición!—grité mientras me paraba de un brinco de la cama.
Había llegado San Valentín y lo había olvidado por completo, en verdad por completo. Si no hubiera sido por el mensaje que Mary me mandó minutos antes no me habría dado cuenta y habría faltado a mi día con Taylor.
Salí de la ducha dando brinquitos, el piso estaba muy frío. Me puse unas pantuflas y fui por un pantalón y una sudadera. Taylor comenzó a tocar a la puerta anunciándome que ya debíamos de irnos a mi escuela.  Salí de la casa con Taylor a mi lado, y entonces él comenzó a desencadenar a Betty.
—No nos iremos en eso, ¿verdad?—le dije con el ceño fruncido.
Taylor suspiró dejando que vapor saliera de su boca y de su nariz roja y fría.
—Nos iremos en ella.
—Vámonos en la camioneta de Taran. Muero de frío—le dije mientras me apretaba aún más el abrigo al cuerpo.
Él rodó los ojos, volvió a ponerle el candado a Betty y fue por las llaves del coche de Taran.
—Ayer habló Lake—me dijo mi primo mientras giraba por tercera vez hacia la derecha en el estacionamiento, tratando de encontrar un lugar.
Lo miré y levanté una ceja.
—Guau. ¿Habló a la casa?
—No, a tu celular.
—¿Y contestaste?—dije en un gemido de exasperación.
—Cálmate, Valerie, no le dije nada, sólo le dije que no te encontrabas y ya.
—¿Yo donde estaba?
—En el baño—hizo una pausa—. Le dije que hoy estarías conmigo.
Lo miré por un momento y luego dirigí otra vez mi mirada al estacionamiento. Taylor aparcó justo en la entrada de la preparatoria y me abrió la puerta para bajar. Se colgó mi mochila al hombro y yo enrosqué mi brazo con el de él. Pasamos por el campus en el que estaban comenzando a caer gotitas blancas de nieve y el piso se convirtió en una pista de patinaje. Taylor me agarró con fuerza para no caerme mientras cruzábamos. Caminamos a la cafetería, subimos los tres escalones y, cuando iba a abrir la puerta, grité llevándome los dedos a la boca.
—¿Qué te pasa?—dijo él.
—La puerta está muy fría.
El se rio y abrió la puerta con el codo, dejándome el suficiente espacio para pasar. Estaba en la fila de ensaladas cuando mi primo puso sus manos sobre mis hombros y comenzó a sobarlos.  Tomé unos cubiertos de plástico y me dirigí con Taylor hasta la mesa en la que estaban Mary y Page.
—Hola, Taylor—dijo Page, sonriéndole a mi primo.
—Hola, pequeña Page… Mary—dijo mientras la miraba.
—¿Qué hay?—dijo ella ignorando la mirada de todos y concentrada en uno de sus libros de álgebra.
Coloqué la charola frente a mí y le encajé el diente del tenedor a una hoja de lechuga acompañada de arándano, jitomate y aderezo. Taylor alargó la mano y me robó el bocado. Le pegué un codazo.
—¿Siempre tienes que hacer eso?—dije entre dientes agarrando otra hoja de lechuga.
—Sí.
—¿Por qué no pediste una ensalada?
—Porque la puedo compartir contigo, ¿no?—me dijo y agarro un arándano del plato.
Page levantó las cejas.
—Eres como el novio tóxico que Vali jamás ha tenido.
Taylor volteó a verla y la apuntó con su dedo.
—No me provoques, pequeña Paige.
Ella empezó a reír.
—Hoy iremos a la feria, Vali. ¿Quieres venir?
Me encogí de hombros.
—Lo siento, iré con Taylor a una fiesta de su instituto.
Mary clavó su mirada en mí.
—Entonces, ¿Te irás temprano? Sabes que las clases acaban cuando la banda llega.
—Me iré después de que toquen—apreté los labios.
Salí de la cafetería y el viento helado me golpeó en la cara. Taylor pasó su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar por el mojado y frío pasto hasta llegar a las escaleras del edificio C. En el camino nos encontramos con Reny y Mark, Taylor y yo los ignoramos. Pensé que ellos harían lo mismo pero no, Reny me miró con una sonrisa triste y Mark con un gesto de dolor.
No comprendía qué le pasaba.
—Él te extraña—me dijo mi primo como si hubiera leído mis pensamientos—. Le importas.
—¿Mark?
—Sí.
—Claro que no.
—Claro que sí. Me he dado cuenta. La forma en que te mira o cómo se comporta cuando tú pasas y estás con él.
Me giré a verlo.
—No creo, si le importara no hubiera hecho lo que hizo.
Él me miró por el rabillo del ojo.
—Me alegra que pienses así, Vali, él sí sería un novio tóxico contigo. Yo soy un novio normal.
—Cállate—le dije riendo.
Taylor reventó su burbuja de goma de mascar y levantó la cabeza mirando al profesor Sharap. Tomó mi cuaderno y una pluma, comenzando a hacer muñequitos enmascarados al igual que yo. Mientras el maestro explicaba yo anotaba las cosas más importantes en mi portátil, dejando notas y ejercicios para resolver.  El profesor estaba por decir otra palabra cuando la puerta se abrió y apareció el maestro Croose.
—Buenas tardes, jóvenes—miró al maestro—. Señor, la banda acaba de llegar y nos solicitan a todos en el auditorio del área B.
El maestro nos indicó que guardáramos todo y saliéramos por la puerta. Taylor se volvió a colgar la mochila a los hombros y me tomó del brazo para caminar por la nieve que comenzaba a formarse otra vez.
  —¿Vino Sharon?—dijo.
—La vi al fondo en la cafetería—sonreí—. Hoy lo harás, ¿verdad? Chasqueó la lengua.
—Ella me importa, claro que lo haré. Sabes que no soy de novias pero por ella lo haré. 
Íbamos a pasar frente a la cafetería cuando una rubia se nos puso en frente mirando a Taylor esperanzada. —Hola—dijo con una sonrisa tan estúpida que daba risa.
Me mordí el labio para no reír y entonces me aferré más al brazo de Taylor.
—Hola—dijo él y sonrió.
—Disculpa.—Comenzó la chica—. Una banda vino hoy y quería preguntarte si gustas escucharla conmigo. ¿Qué te parece?
Me fue imposible no lanzar una sonrisita ridícula al ver cómo aquella rubia movía su cadera hacía la derecha y miraba deseosa a mi primo.
Taylor sonrió otra vez pero negó con la cabeza.
—Lo siento, nena, pero mi novia me espera.
La rodeamos y seguimos caminando, dejando a la rubia totalmente sola.
Comencé a reír.
—¡Dios, hubieras visto la cara que puso cuando dijiste novia!
Él sonrió.
—Le dije la verdad.
—Eres tan malote—sonreí y me abracé a él.
Llegamos al auditorio y Taylor me puso frente a él y rodeándome con los brazos para que no me empujaran o lastimaran. Todos comenzamos a caminar hacía la entrada. El aire ahí adentro olía a desinfectante y era calientito. Me llevé de la mano a Taylor casi al frente del escenario, donde un par de chicos y una chica comenzaban a poner los amplificadores.
—La chica está guapa—me dijo Taylor.
Le pegué en el brazo.
—Acuérdate que tienes novia, aparte, ella es novia de uno de los de tercero, que amigo de Mark.
Él puso los ojos en blanco e ignoró mi comentario.
Al cabo de un rato llegaron Mary y Page a mi lado. Sharon llegó junto con sus amigos, incluidos Mark y Reny, y se sentaron un par de lugares atrás.  Un chico alto, delgado, de piel bronceada y pelo castaño, entró corriendo por la puerta. Me le quedé viendo mientras armaba, lo que supuse era su batería. Él era lindo, muy lindo. Taylor me codeó al darse cuenta de mi atracción hacia el chico y nos empezamos a reír.
Ellos cantaron una lista de 7 canciones.
Wild child of mine de Guns and Roses.
Asleep de The Smiths.
Viva la vida de Coldplay.
Reptilia de The strokes.
The beatles de And I love her.
Angels de The XX.
Welcome to the jungle de Guns and Roses.
La chica en verdad, en verdad cantaba hermoso. Su melodiosa voz me acarició el resto del tiempo que duró la tocada. Era como una suave servilleta de seda que podías pasar una y otra vez por tus oídos y nunca te cansarías de su suavidad.
Cuando terminaron la última canción, la chica sonrió a todo el público y clavó su vista en mí. Le devolví la sonrisa, ella era Michelle, la novia de Víctor, uno de los mejores amigos de Reny. El bajista y el guitarrista se enderezaron y agradecieron al público con una reverencia, todos nos paramos y comenzamos a aplaudir más. Al final el chico de la batería se levantó, dejó sus baquetas y agradeció de igual manera al público.
Me le quedé viendo. En verdad él era hermoso.

Gracias por todo,votos/comentarios me harían la más feliz del universo

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