Capítulo 3.1.

156 14 0
                                    

Salí de computación con una rapidez extraordinaria. Quería estar sola y por eso me había alejado de todos y ellos al parecer me entendieron. Colgué la mochila a mis hombros y me fui al estacionamiento. Ay, era cierto, Taylor no vendría por mí. En cuanto ese pensamiento me invadió sentí una punzada en el pecho; quería arreglar las cosas con él, pero había sido tan patán que ni lo quería perdonar.
Ni modo, a la camioneta de Taran.
Mientras salía del estacionamiento vi pasar la camioneta de Reny, hasta que se paró a un lado de mí. Volteé para ver si me hablaban y Mark sacó su cabeza por la ventana.
—Hola—le dije y le sonreí.
—Vali, ¿Taylor vendrá?
—No.
Él se me quedó viendo.
—¿Pelearon?
—Sí.
—Hoy estás de pocas palabras—me sonrió con encanto.
Sentí que en cualquier momento las piernas me fallarían y caería. Mi subconsciente se retorció un poco al ver a Mark sonreír de esa manera.
—Lo sé.
—¿Quieres venir?—yo no dije nada y él me miró—. ¡Anda, Crawford! ¡Súbete!—me sonrió mostrando sus dientes y yo hice lo mismo.
—No creo. Traigo auto-—acudí las llaves de la camioneta de mi hermano.
—Mm, de acuerdo.
—¿Quieren venir a casa?—le dije.
No quería estar a solas con Taylor durante un buen rato.
—¡Claro! Te seguimos—sonrió y volvió a meter la cabeza.
No demoramos mucho en llegar a mi casa, y me entumecí en verdad cuando vi a Betty en la entrada. Bajé de la camioneta e invité a Reny y a Mark a pasar, tal y como lo había prometido.
—Hola, Betty—le dije a la motocicleta cuando pasé a lado de ella y palmeé su asiento de cuero negro—. ¿Cómo te fue hoy?
—¿Hablas con las motocicletas?—dijo Mark sonriendo burlonamente y poniéndose a un lado de mí mientras yo buscaba la llave.
—Mm, no siempre, pero sí cotidianamente—lo miré y abrí la puerta—. Ella es parte de la familia.
—Bien—dijo—. ¡Hola, Betty! ¡Soy Mark, mucho gusto!
—No te burles de mí.
—Hola, Betty—dijo Reny, imitándome y sacudió su mano.
Mark rio.
Entramos a casa y no había nadie en la sala ni en la cocina. ¿Taylor no estaba? De repente oímos un pequeño traqueteo en el segundo piso. Eran… ¿tacones? El traqueteo al parecer no cesó hasta que vimos a una chica de pelo rubio y ojos azules asomar la melena por la escalera, después sacó todo su cuerpo dejando ver buena parte de sus piernas ya que sólo llevaba una camisa a cuadros y tacones. Oh, mierda. Bajó abrochándose los botones, tenía el rímel corrido y el cabello alborotado.
—Hola—dijo sonriente—. ¿Viven aquí?
—Así es—mascullé.
—Oh, creo que debo de irme—rio un poco y se acercó a la sala para tomar sus pantalones—. Soy Vicky, compañera de la facultad de Taylor—me extendió la mano. Yo la tomé.
—Valerie—le dediqué una tímida estirada de labios—. Ellos son Mark y Reny.
—Hola—sacudió su mano y volvió a sonreír.
Se recargó en la pared y se quitó los grandes y rosados tacones. Metió los pies en el pantalón, y lo deslizó por todas sus piernas hasta abrocharlo en las caderas.
Volvió a ponerse los zapatos.
—Ah, eres Margaret, ¿cierto?
—Sí, soy yo.
—Oh, tu primo me contó de ti, pero dijo que volverías hasta la noche—hizo una pausa—. Perdón si te incomodé, soy una perfecta extraña en tu casa.
—No te preocupes. Todo está bien.
Vicky fue a la cocina a hacer quién sabe qué. Mark, Reny y yo nos quedamos en el mismo lugar. De repente Taylor apareció al final del pasillo abrochándose el pantalón y comenzó a bajar las escaleras sin mirar al frente. No nos había visto.
Vicky salió de la cocina con un vaso de agua y miró a Taylor.
—Oye, mira quién llegó—la rubia apuntó hacia mí con la cabeza y Taylor levantó la mirada.
Creo que en todo el tiempo que había convivido con Taylor, en mi vida lo había visto tan blanco como lo estaba en ese momento. Parecía que el color de su piel y la sangre lo habían abandonado en cuestión de segundos en cuanto me vio. S quedó totalmente anonado en el segundo escalón mientras nos miraba. Oh Dios Santo, ahora si Taylor no pudo encontrar mejor manera de hacerme enojar mucho más.
—Valerie—susurró Taylor, avanzando con cautela.
Yo rápidamente viré mi mirada a la barra de la cocina donde estaban las llaves de Betty. Caminé rápido hasta ellas y me giré para abrir rápido la puerta y salir de ahí. Reny y Mark me siguieron fuera de la casa.
—¿Qué haces?—dijo Reny.
—Voy a arreglar algo. ¿Los veo mañana?—dije con lágrimas en los ojos. El nudo en mi garganta era tan grande e incómodo que me costaba hablar.
Reny se me acercó y tomó mi cuello para abrazarme. Aun así no me solté a llorar, fui fuerte.
—Lo siento, Margaret—dijo el pelirrojo.
Yo levanté la mirada confundida por cómo me llamó.
—No te preocupes, Ren. Todo es culpa de Taylor.
—¿Quieres que nos quedemos?
—No, Mark. Así está bien.
—Cualquier cosa llámanos—dijo Reny y se fue acercando a la camioneta.
—Lo lamento, Val, esto fue extraño y… duro—torció la boca y de un momento a otro me tomó de la cintura y me abrazó.
Guau. Por un momento me olvidé de todo lo que estaba a nuestro alrededor y pasé mis brazos por el cuello de Mark. Podía sentir se respiración en mi cuello. Me sentía bien, segura, porque cuando me abrazó las preocupaciones se fueron y comencé a sentirme contenta. No quería que ese abrazo acabara. Enterré la cara en el hueco de su cuello y hombro y él me abrazó más fuerte pegándome aún más a él. 
—No se emocionen, mañana se verán—dijo Reny, metiéndose al coche—. ¡Andando, Mark!
Me separé de Mark y me ruboricé como nunca. Él me sonrió, besó mi mejilla y se fue dando saltitos.  Me quedé viendo cómo la negra camioneta de Reny se perdía en el camino hasta que oí la puerta crujir; me giré rápido y era Vicky. Me sonrió con ternura, puso su mano a la altura de su nariz y movió los dedos de su mano en forma de despedida. Yo subí a Betty y partí al único lugar en el que podía olvidar mis penas.

Hola <3 sólo una cosita: lamento si se les está haciendo un poquito lenta la novela, pero como verán en este capítulo (Los amigos de Mark y Reny) todo va a comenzar a cambiar, de verdad <3 no saben lo feliz que me hace que comenten y voten, fktkeosnaqkfhk :3
Gracias

365 días [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora