Capítulo 7.3.

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Los días pasaron y me di cuenta de que, después de todo, todos tenían razón.
Taylor no me hablaba, creo que ni siquiera por las mañanas me miraba. Había ido a hablar con Rose para beber un poco y saber cómo estaba Taylor. Lo triste es que él parecía estar mejor sin mí.
En la escuela los chismes no podían ser peores, porque habían inventado que andaba con Darnell, con Rider y con Mark al mismo tiempo. Ya no sólo me insultaban en Ask, sino que incluso una tipa quiso pegarme porque, según ella, yo no valoraba a Mark lo suficiente y no lo merecía.
Gente de mierda.
Mary estaba muy molesta conmigo por lo del problema de Charles, así que creí nuevamente en que ella seguía enamorada de él porque, si no fuera así, quizá hubiera seguido hablándome y no le hubiera dicho a Britanny que quería pegarme en la cara una buena cachetada para que dejara de estar de mamona y de zorra con todos.
Ni mi mejor amiga me ayudaba.
Con Mark las cosas iban bastante bien. Algunas veces se ponía celoso y llegaba al grado de desesperarme, pero trataba de conservar la calma porque sabía que él estaría ahí en mis momento difíciles y que, después de todo, no la había pasado tan bien en su vida como todos creían.
Cuando Mark nació su vida parecía que iba a ser la mejor de todas, pero luego las cosas empeoraron. No en casa. No en la escuela. No en las calles. En él. Conforme fue haciéndose adolescente comenzó a verle el sentido negro a la vida, en todo, en verdad. No me dijo el por qué, pero lo que sí dijo fue que le respondía muy mal a sus padres, e incluso, llegó a golpear a uno de sus primos por una bobería de adolescentes. Él no le encontraba sentido a la vida, en nada. Quería desaparecer y no saber de toda la gente que le apuñalaba y después le preguntaba por qué sangraba.
Había ido a terapia y había cambiado, sin embargo no entendí muy bien que tenía, pero era algo relacionado con el carácter y la personalidad. Al parecer era de un carácter muy explosivo y poco tolerante.

Durante las últimas semanas las había estado pasando con Darnell y con Rider. Resultó que los dos se metieron a clase de música conmigo, por lo que estábamos juntos los tres y Anthony, dos horas seguidas tres veces a la semana.
Darnell era un excelente chico y Rider también. Al parecer, Darnell se había vuelto mi mejor amigo, y Rider... él se había vuelto muy especial para mí. También había conocido a tres chicas en verdad adorables: Kerry, Dandi y Nate. Las tres eran de tercero y las razones por las que las había conocido eran en verdad extrañísimas.
Un día fui al baño y me encontré con Dandi, ella comenzó a hablarme y nos llevamos bien; así duró varios días y entonces, en un descanso estando nosotras juntas, me confesó que yo le gustaba muchísimo a Kerry y que ella quería andar conmigo. No sé si al principio me dio miedo o quise reírme, ya que a mí nunca me habían parecido algo malo las personas con preferencias sexuales diferentes, todo lo contrario, los defendía con uñas y dientes cuando los insultaban porque eran seres humanos igual que otros y el hecho de que tuvieran diferentes preferencias respecto a lo sexual no los hacía ni fenómenos ni monstros ni objetivo de cualquier idiota racista. Días después Kerry habló conmigo y me confesó todo. Tuve que explicarle que eso no se iba a poder porque yo no tenía ese tipo de preferencias sexuales. Ella lo entendió, pero logré desanimarla, cosa que no quería. La relación entre nosotras no cambió mucho, sólo que se quedó en un estado platónico. La vida siguió normal y después conocí a la mejor amiga de Kerry, Nate, que también había comenzado a platicar conmigo por lo mismo de que yo le gustaba a Kerry. La cosa no pasó ni a más ni se complicó en absoluto. Me llevaba bien con ellas, me llevaba bien con mi novio y con mis dos mejores amigos que sabían tocar la batería y la guitarra eléctrica.
Habían intentado pegarme, me insultaban, me acosaban. Lina decía que parecía una celebridad de la escuela y que Mark y yo éramos el príncipe y la princesa de la primavera.
De niña lo quería ser. Ahora no.

Mark acunó mi cara entre sus manos y pegó sus labios con los míos.
—Han sido los mejores dos meses de mi vida—me dijo, con una sonrisa idiota.
Sonreí por igual.
—También los míos.
—¿Puedes creerlo? ¡Ya dos meses de que somos novios! Mis amigos me molestan con que rompí el récord.
Reí tontamente.
—Dime, ¿cómo cuánto solías durar con tus novias anteriores?
—Menos de un mes—torció la boca, entrelazó sus dedos con los míos y me besó en los labios—. Vamos a clase, cariño.

365 días [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora