Ella | JC | #1 [EDITANDO]

Capítulo 17 "¿Qué hago?"

"¿Te gustaría salir?" Le escribí.

"¿A donde?" Me contestó.

"¿Cine, tal vez? Yo invito las palomitas"

"En el jardín. En 30"

"Esta bien"

Estaba en mi habitación. Eran las 7 de la noche y el cielo ya era oscuro. Mis padres jamás me dejarían salir.

"¿Qué hago, que hago?" Pensé.

"Di la verdad, pide permiso" dijo una voz en mi mente.

"Cierra la boca" como odiaba esa voz.

Llevaba puesta mi pijama de conejitos, así que me puse una bata del armario y salí al pasillo.

Me asomé desde arriba.

-¿Madre?- grité con discreción.

-Los señores salieron, señorita, ¿Necesita algo?- era Sofía.

Perfecto.

-¿Y mi hermana?

-Tampoco está, señorita.

Dí un brinco de felicidad.

"Tranquilizate, Mónica" me dije.

Me aclaré la garganta.

-Muy bien. Gracias, Sofía. Me siento un poco mal, me voy a la cama. Por favor, que nadie me moleste.

-Muy bien, señorita- me contestó.

Volví a mi habitación en silencio.

Me puse unos pantalones de mezclilla negros, mi suéter blanco favorito, unos botines cafés y una chaqueta negra encima. Luego me recogí el cabello en una coleta.

"¿Ahora que?"

No podía salir por la puerta de enfrente, las cámaras me verían. Pero Sofía, la dama de llaves, me vería si salía por la puerta de la cocina.

Miré el reloj de pared. Ya habían pasado 10 minutos.

-¿Qué hago, que hago?- grité a la habitación vacía.

Necesitaba aire. Salí al balcón de mi habitación y miré hacia la ciudad que se extendía frente a mi.

Entonces se me ocurrió una idea.

-Debes estar jugando- me dije.

Pasé una pierna por la barda y apoye un pie en un pequeño saliente.

"Mónica, estás loca" pensé.

Como pude, comencé a bajar. Unas ramas golpearon mi cabeza, atorandose en mi cabello. Cuando por fin toqué el techo del pórtico de la entrada, volví a respirar.

-¿Y ahora como voy a subir?

Si... No lo había pensado. Me preocuparía de eso después.

Corrí hacia la calle y paré al primer taxi que pasó.

-Hola- dije cuando llegué corriendo y vi a Jos en la entrada.

-Hola- llevaba puesta una chaqueta de cuero negro. Como la mía.

-¡Canela! ¡Me copiaste!

-¡Tu a mi!

Soltamos una carcajada. Luego levantó una ceja.

-¿Qué tienes en el cabello?

-¿Qué? ¿Qué tengo?

Acercó su mano y me quitó algo de la cabeza. Me mostró unas pequeñas hojas de árbol.