Volvimos al hotel. Por suerte, Daniela se despidió de nosotros en cuanto llegamos. Aunque también estaba hospedada en el mismo hotel con su padre.
La noche continuó. Vimos películas, jugamos videojuegos. Y cuando alguno se quedaba dormido... bueno, Bryan fue la primera víctima.
Un cubetazo de agua fría puede despertar a cualquiera.
Cuando por fin nos acostamos, miré de nuevo el dibujo en mi palma. Ya estaba más claro, borrándose. Me levanté, busque papel y lápiz, y lo dibujé lo mejor que pude. Aún no me decía nada.
Suponía que el dibujo me diría donde me podía encontrar con Mónica... ¿O no? Me parecía una medusa... ¿Tal vez un acuario? Pero... ¿Por qué la medusa tenía un tumor? ¿Era un hospital acuario?
Mientras más lo pensaba más tontas eran mis suposiciones así que decidí ir a dormirme y descubrirlo mañana.
-¿Y si vamos al parque de diversiones? Hace mucho que no vamos a uno...
-¿Te refieres a desde que nos corrieron de uno?
-Es igual... ¿Tu que opinas, Jos?
-Suena genial.
Mis amigos me miraron. Luego continuaron con la discusión. Yo no podía dejar de pensar de el extraño dibujo y en Mónica. ¿Cómo iba a resolver eso? ¿Cuanto tiempo tenía para resolverlo?
Ya era medio día y nosotros acabábamos de levantarnos. Nos arreglamos y bajamos a desayunar al restaurante.
Al final decidimos ir al parque de diversiones que se veía a lo lejos desde el hotel. Tomamos un taxi y le indicamos hacia donde.
-¿No invitaste a Daniela?- me preguntó Alan.
-No, lo olvide...
-Es una lástima.
El parque de diversiones era pequeño. Tenía máximo 10 juegos y casi no había gente. Subimos a todos, aun que los padres nos veían raro cuando nos subimos al gusanito. Pero nos estábamos divirtiendo y eso era lo importante. Hubo alguna que otra admiradora con la que nos tomamos fotos y firmamos unos autógrafos.
Eran las tres de la tarde cuando salimos del parque y tomamos otro taxi para ir al hotel.
Íbamos subiendo las escaleras cuando recordé que aun no había resuelto el acertijo que me dio Mónica.
Me detuve.
-¿Saben qué? Me gustaría ir a caminar un rato, ya saben...
-Jos, ¿Te sientes bien?- me preguntó Alonso.
-Si, estoy bien, chicos, sólo me gustaría poder pensar un rato y pasear. Los alcanzo más tarde- les dije.
-¿Estás seguro?- me preguntó Alan.
Asentí.
-De acuerdo.
Camine por la calle. Parejas, familias y niños estaban en el parque, como una tarde de verano normal. Saqué de mi bolsillo trasero el papel donde hice el dibujo. Aún no tenía ningún sentido.
Me senté en una banca frente a un montón de puestos y locales. Miré fijamente el papel.
No sabía que significaba. Eché la cabeza para atrás y entonces noté algo.
El local frente a mi era un café. El café de Lucy, se llamaba. Una enorme taza de café humeante descansaba sobre el techo del lugar.
Me fijé de nuevo en la taza. El dibujo. La taza. El dibujo.
Y entonces tuve una idea. Le di al papel del dibujo de Mónica una vuelta de 180 grados.
Entonces ambos fueron iguales. Dos tazas de café humeantes. Ninguna medusa con tumores.
Una enorme felicidad llenó mi pecho. Me levanté y crucé la calle para llegar al café de Lucy.
El lugar estaba casi vacío así que no fue difícil darme cuenta de que Ella no estaba ahí. Me acerqué al mostrador donde una señora de unos cincuenta años servia café en la barra.
No sabía que hacer. Irme y esperar a que Mónica llegara o preguntar. Tal vez ya se había ido.
Cuando por fin se desocupo la señora, me acerqué e intenté llamar su atención.
-Disculpe, esto podría soñar extraño pero ¿no habrá estado por aquí una chica, algo bajita, con el cabello oscuro y unos bonitos ojos?
La mujer me sonrió con simpatía.
-Tu debes ser Jos. Hola, yo soy Lucy. Si, estuvo aquí.
Mónica debió darle mi nombre.
-¿Está aquí aún?
-No, querido. Ya no.
Me sentí muy decepcionado.
Lucy se agachó y cuando volvió a levantarse tenía un papel doblado en la mano.
-Dejó esto. Me pidió que te lo diera- me tendió el papelito.
Lo tomé y lo abrí.
"Nos vemos AHÍ a la hora de los gritos -M"
Genial. Otro acertijo.
-Lucy, de casualidad, sabrás ¿a que hora es la hora de los gritos?
Lucy frunció en ceño.
-Jamás había oído algo parecido.
-Gracias de todas formas. Por todo.
-De nada, cielo.
Salí del lugar. Volví a leer la nota.
"Nos vemos AHÍ a la hora de los gritos -M"
Al parecer, el destino no quería que nos encontráramos. No tenía idea de que significaba ese mensaje.
Recargué mis codos en las rodillas y metí la cabeza entre ellas. Cerré los ojos. ¿La hora de los gritos era media noche? ¿Qué significaba AHÍ?
Intenté vaciar mi mente. Pero por alguna razón había demasiado ruido. Abrí los ojos y busque el origen del sonido.
Parecía como si un ejército de bebés estuvieran soltando chillidos al mismo tiempo.
Venía de los árboles.
Eran los pájaros. Todos se habían unido para gritar.
Gritar.
La hora de los gritos.
Acababa de descifrar la primera pista.
Los gritos no paraban.
"Nos vemos AHÍ a la hora de los gritos -M"
La hora de los gritos era en ese momento. Pero AHÍ...
El jardín. El Jardín de Peter Pan. Donde no había podido llegar hace un año.
Eché a correr.
No iba a volver a pasar.
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Ella | JC | #1 [EDITANDO]
Romance«La fama no lo es todo. Ella lo es.» La historia está inspirada en la banda mexicana, CD9. Los demás personajes los inventé yo. Podrán darse cuenta de que las personalidades no son exactamente como son las de ellos, pero tuve que cambiarlas un poco...