Capítulo 19 "¡Por fin!"

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-¿Cómo rayos encontraste su dirección?- me susurró Alonso mientras caminábamos por entre los arbustos.

-La seguí- le contesté algo agitado.

El se detuvo.

-Eres un acosador- me dijo con cara de horror.

-Tal vez lo sea- ya me lo había planteado una vez. Pero ya no me importaba.

-¿Qué estamos haciendo aquí, de todas formas?- Alonso me seguía de cerca.

Yo lo ignoré. Estaba concentrado en la enorme casa que se extendía frente a mi. Era blanca, y parecía antigua, pero con algunos toques modernos. Tenía un pórtico en la entrada y sobre el, había un balcón. Muchas otras ventanas llenaban la casa y sólo algunas luces estaban encendidas.

Miré hacia arriba y me encontré con una sombra detrás de unas cortinas blancas. Ahi estaba.

-Es ahi- le dije a Alonso.

El miro hacia arriba.

-Estás loco- movió la cabeza- Tengo que llevarte a un psicólogo...

-Puedes llevarme a donde sea, después de que me ayudes a subir- le dije.

-¿Cómo?

-En tus hombros...

-¿Qué?

-¡Alonso!

-¡Esta bien! ...Sube...Pero que quede claro que estoy en contra de todo esto...- Se puso en cunclillas para que pudiera subir a sus hombros.

-Eres el mejor- le agradecí.

-Tengo que conseguirme nuevos amigos- susurró debajo de mi.

Le dí un empujoncito con mi talón.

-Auch.

Me acomodé sentado en sus hombros. Alcancé la parte de arriba de un sobresaliente de la ventana más cercana y me impulsé con los brazos. Alonso me ayudó empujando mis pies con las manos.

-Aaagghh... ¡Jos! Creo que pisaste un chicle...

No pude evitar sonreir.

De alguna manera, me apoyé de la piedra y me puse de pie en la orilla de la ventana. Me impulsé y salté hacia el techo del portico.

-¿Estás bien?- me susurró Alonso. En la silenciosa noche lo escuché perfectamente.

Segui subiendo y por fin, me topé con la barda del balcón. salté en silencio y recargué las manos en mis rodillas para recuperar el aliento. Luego saqué mi celular.

"Tengo que hablar contigo" le mande a Mónica.

Me contestó casi enseguida.

"Ya hemos hablado"

Leí unas tres veces el corto mensaje. Levanté la vista frente a mi. Eran unas puertas dobles, cubiertas con cortinas color crema. (Me habían parecido blancas, pero que importa)

"No, tu hablaste. Es mi turno" le dije.

"¿Qué estás diciendo?"

Era hora.

"Asomate"

No me contestó. Su rostro apareció frente a mí. Sus ojos se abrieron con asombro.

-¿Acaso estás loco?- me preguntó incredula.

No respondí.

-Tu ya hablaste. Ahora es mi turno- repetí y Ella se cruzó de brazos.

Llevaba el pelo suelto y revuelto sobre los hombros. Traia puesta una bata azul, sobre lo que suponia, era su pijama.

Ella | JC | #1 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora