La luz de la luna atravesaba el delgado techo de la casa de campaña.
Los chicos dormían tranquila y ruidosamente a mi alrededor, en sus propios SleepingBag...
Había sido un buen fin de semana: Estuve con mis mejores amigos, mis nuevas amigas... y con Ella.
Sobre todo por Ella.
Comencé a recordar los sucesos del día. Todo había sido muy divertido.
Volví a mirar el techo. ¿Por qué no podía dormir...?
Bryan soltó un ronquido. Yo me reí bajito.
Carlos estaba también con nosotros. Las cosas se habían puesto algo tensas desde que Mónica y yo volvimos del paseo. Me miraba de reojo y luego la miraba a Ella; estaba callado y no dejaba de murmurar entre dientes. Una de esas muchas veces alcance a escuchar "... su fama... "
¿Cómo es que el simpático "Charlie" pudiera cambiar en un dos por tres? Hasta dormido parecía nervioso...
No podía más. El mar se escuchaba afuera y yo estaba encerrado en una casa de campaña, con un montón de chicos roncando, sin poder dormir.
Salí de mi SleepingBag, me lo puse sobre el hombro y con cuidado de no pisar ninguna mano o pie, salí de la casa.
Una fresca brisa me llenó el rostro. Así estaba mejor.
Frente a mi estaban los restos de la fogata que hicimos, donde asamos salchichas y bombones... donde Mónica no dejaba de sonreirme... donde no podía dejar de mirarla...
Acomodé mi SleepingBag a un lado y me acosté sobre el, sin meterme.
Las estrellas brillaban en mi cabeza, no había ningún lugar mejor que la playa para poder admirarlas...
Un leve sonido metálico llegó a mis oídos desde atrás. Instintivamente levanté la cabeza y ví que provenía de la casa de campaña de las chicas. El pequeño cierre de la puerta se movía. Cuando estuvo hasta la mitad, el rostro de Mónica estuvo frente a mí.
-Hola- susurró.
-Hola- estaba feliz de verla- ¿Te desperté?
-La verdad es que si...
Había intentado ser silencioso ¿Enserio me había oído?
-¿Tan ruidoso soy?- le pregunté con una sonrisa.
-No, no fue eso. Es sólo que... lo supe.
Ok...
-¿Qué haces tan tarde despierto?- alzó un poco las cejas.
-No podía dormir... Y las estrellas están grandiosas- le respondí.
Ella alzó la vista al cielo. Sonrió.
-Si, tienes razón...
-¿Quieres venir aquí?- le dije dando unas palmaditas junto a mi en la bolsa.
Sonrió.
-Es pequeña.
Me levanté y jale el cierre del SleepingBag para que se abriera completamente, formando una colchoneta.
-Ta-tan... - dije con una reverencia, mientras me acostaba poniendo las manos detrás de la nuca.
Mónica volteó los ojos. Se acercó y se sentó a mi lado.
-¿Te gustan las estrellas?
-¿A quién no le gustan las estrellas?
Estaba recargada en una mano mirando el cielo en silencio. Luego, pareció cansarse y se acostó. Su cabeza rozaba ligeramente mi codo.
El mar se movía frente a nosotros. Ninguna luz estaba encendida.
-Cuando era niña, solía acostarme en el jardín de casa a ver el cielo nocturno. A veces, sentía que éramos sólo las estrellas y yo... - su voz era un suave susurro- ¿Ves esas de ahí?
Levantó la mano y apuntó con su dedo índice dos solitarias estrellas.
-Ajá... - No sabía lo que estaba viendo...
-Nunca Jamás. La segunda estrella a la derecha...
-Debí suponerlo... ¿Debo preocuparme de ese tal Peter Pan?
Ella soltó una carcajada.
-No, por supuesto que no, Orégano... Él sólo se lleva niños...
-Pero se llevó a Wendy...
-Esa es otra historia...
Yo sonreí.
-Muy bien.
Hubo un cómodo silencio. No necesitábamos decir nada.
Bajé mis brazos y los puse a mis costados. Ella acomodó su cabeza, recargandola en mi hombro. Una leve electricidad corrió por mi cuerpo.
-¿Cómo lo supiste?- le pregunté de pronto.
-¿Qué?
-Que estaba aquí afuera...
-Lo sentí... o eso creo...
-¿Qué sentiste?- ¿Tal vez Ella sentía lo mismo que yo?
Puso su mano sobre la mía. Electricidad.
-¿Lo sientes?- me dijo con los lentes en la punta de la nariz.
Claro que lo sentía. Lo sentía desde el momento en que la miraba. Desde el momento en que se acercaba a mi. Pero cuando me tocaba, la energía crecía.
¿Cómo sería para Ella?
No se cuanto tiempo estuve callado, pero sus ojos no se apartaron de los míos.
Me acerqué un poco más, y pronto, sus labios estaban sobre los míos. Fue un beso dulce, sincero, sin ninguna otra cosa a nuestro alrededor.
Sólo Nosotros y el mar.
Con una exagerada discreción, pasé un brazo alrededor de sus hombros y Ella lo usó como almohada.
Yo hubiera querido que ese momento se congelara.
-Mañana volvemos- comentó.
-No quiero irme...- ahí todo era mejor.
-Debemos irnos, no podemos quitarle al mundo sus super estrellas...
-Lo sé- le dije.
Ella me dio un manotazo juguetón y ambos nos reímos.
Luego de un rato, escuchamos el ruido de una rama rompiéndose en el silencio. Nos paremos alarmados y miramos a todos lados buscando la fuente del ruido.
Nada.
-Creo que es hora de volver con las chicas- me dijo Mónica mientras se levantaba y pasaba una mano entre su cabello suelto.
-Supongo- agregué.
Se puso de pie. Yo la seguí.
Cerramos el SleepingBag y nuestras manos se tocaron cuando intentamos cerrarlo al mismo tiempo. Ella apartó su mano y yo lo hice. Lo doblé y lo puse sobre mi brazo.
-Hasta mañana, Orégano.
-Hasta mañana.
Se acercó, se puso de puntillas y me dio un beso en los labios. Luego echó a correr a la casa de campaña de las chicas.
-Gracias- les dije a las Estrellas.
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Ella | JC | #1 [EDITANDO]
Romance«La fama no lo es todo. Ella lo es.» La historia está inspirada en la banda mexicana, CD9. Los demás personajes los inventé yo. Podrán darse cuenta de que las personalidades no son exactamente como son las de ellos, pero tuve que cambiarlas un poco...