Alonso tenía razón. Eso lo sabía. Llevaba un día en esa ciudad, ¿cómo iba a sentir una conexión? Ahora me parecía ridículo.
Iba caminando detrás de los chicos, en silencio, con las manos en los bolsillos. Habíamos salido del hotel a dar un paseo por la ciudad. Yo lo aprovechaba para repasar el día.
La chica debajo del árbol seguía llegando a mi cabeza.
—¿Jos?
Alonso se detuvo para mirarme. Alan, Freddy y Bryan continuaron caminando sin inmutarse.
—Sigue— le dije —. Necesito estar solo un momento...
El asintió con la cabeza y siguió a los chicos. Había oscurecido hace ya rato y las calles estaban casi desiertas.
Caminé como un zombie sumido en mis pensamientos mientras escuchaba a mis amigos reírse y bromear. Un suave aire golpeaba mi cara, enfriando mis ideas.
Nos disponíamos a cruzar la calle, cuando distinguí a lo lejos un auto acercarse por la calle.
Apresuré el paso, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. Tenía algo de hambre, cuando regresaramos al hotel...
Una luz blanca atravesó rápidamente mis ojos, mi cabeza dio contra el concreto, la vista se me nubló. Sentía un agudo dolor en las costillas.
¿Qué había pasado?
Intenté volver. La calle aún resultaba borrosa, pero logré enfocar a mis amigos unos cuantos pasos adelante de mí. Alan me daba la espalda mientras, con un silbido sordo en los oídos, lo escuchaba enfrascado en lo que parecía una discusión.
—¿Pero qué rayos te sucede?— escuché una voz aguda— ¿Por qué no te fijas?
—¿Él? ¡Tú fuiste la que lo arroyó!— escuché a lo lejos la voz de Alan, como si estuviera en un túnel.
—¡Él se interpuso en mi camino! ¡No miró a ambos lados antes de cruzar!
—¿Acaso no conoces los frenos?— dijo Alan.
—¿Acaso no conocen el paso peatonal? Además, mi campanilla sonó...— respondió la voz.
Sentía el estómago caliente. Como si me lo hubieran llenado de agua hirviendo. Las palabras a mi alrededor entraban por mis oídos, pero sólo algunas cuantos se quedaban.
—¿Estás bien?
Me sobresalté. Aún no me había movido, y mis ojos apenas de acostumbraban de nuevo a la penumbra.
—¿Mmmm?? Eh...— fue lo único que salió de mi boca.
—Jos, Jos, contesta ¿Estás bien?
Escuché mi nombre y seguí el sonido de la voz. Era Freddy. Al menos ahora podía ver.
Junto a el estaba Bryan, a mis pies Alonso tenía cara de no saber que hacer. Alan se encontraba sobre mi cabeza, junto con otra persona que mi cerebro no ubicaba. Supe de inmediato que era una chica por su pelo largo en ondas y su considerable baja estatura.
Pero de pronto, como provocado por un instinto, mi cuerpo se tensó; casi sentí como mi corazón de detenía en mi pecho.
Era Ella.
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Ella | JC | #1 [EDITANDO]
Romance«La fama no lo es todo. Ella lo es.» La historia está inspirada en la banda mexicana, CD9. Los demás personajes los inventé yo. Podrán darse cuenta de que las personalidades no son exactamente como son las de ellos, pero tuve que cambiarlas un poco...