Capítulo 9 "Reencuentros" ✔

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Creí que me había desmayado.

Genial.

Pero entonces, poco a poco, volví a ver a todo. Las personas, las luces.

Pero...

Ella ya no estaba.

Alonso se puso de pie y yo lo imité, mareado. Las luces debieron confundirme un poco. Salimos por la parte de atrás, con los gritos de las chicas a lo lejos.

¿Por qué? ¿Por que tenía de pasarme eso? Todo había estado tranquilo en mucho tiempo. Y ahora Ella, sólo se presentaba y ponía mi mundo de cabeza.

Cuando bajamos del avión su nombre y su rostro pasaron por mi cabeza. Esa era la ciudad. Yo lo sabía. Pero había querido ignorarlo.

Bien. No funcionó.

Cuando salimos, nuestra camioneta negra ya nos estaba esperando. Los guardias habían puesto cintas para separar a la gente y que pudiéramos pasar. Intenté olvidar por un momento todo y solo guiarme por el cariño hacia todos ellos.

Sonreí y me acerqué.

Pasaron unos 5 minutos hasta que pude abrir la puerta del auto. Entramos rápidamente. Mario ya estaba adentro.

-Sorpresa, sorpresa...

-¡Jos!- y entonces alguien me rodeó el cuello con los brazos.

Lo primero que ví fue el cabello rubio que caía sobre sus hombros en pequeñas ondas. Luego, se separó un poco de mi y pude ver sus ojos azules.

—Daniela... —comencé. Pero antes de que pudiera decir otra cosa, Daniela se acercó y me plantó un beso.

—Cielos— escuché que decía alguien con voz burlona. El coche había comenzado a moverse.

Por fin, Daniela se separó, pero no me soltó completamente.

—Te extrañé mucho...

—Yo también...—dije lentamente.

Daniela no era mi novia. Si. Más o menos. No. No lo sé. Pero desde hace ya unos meses habíamos estado saliendo (A petición de Mario) y una de esas veces, nos habían fotografiado. Salimos en una revista con "Las parejas del momento". Y al parecer eso eramos.

No estaba mintiendo cuando dije que la extrañaba, hace 4 meses que no nos veíamos. Le tenía un... cariño especial.

El viaje hacia el hotel continuó y ella no me soltó la mano. Yo sólo recargué la cabeza en el cristal con los ojos cerrados, escuchando las risas de los chicos.

Normalmente, era yo el que los hacia reír con mis bromas, pero hoy no estaba de humor. Y ellos creían que estaba dormido. Lo cual significaba...

Sentí como me daban una cachetada juguetona. Más risas. Abrí los ojos y me lancé contra mis amigos. Ahora todos no estábamos riendo.

Pero yo estaba en otro lugar. Con una chica que apenas conocía...

Y a la que no había podido olvidar.

Ella | JC | #1 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora