BRUJA DE TIERRAS LEJANAS

una ninfa en el río

En las entrañas de una montaña, en lo profundo de una caverna despierta el antiguo dragón, la gran serpiente única sobreviviente en el mundo, siglos y siglos durmió esperando el momento de emerger.

Al ser traicionado por sus aliados, aquellos hechiceros infieles que se unieron a sus enemigos, dando muerte a cada dragón que habitaba en la tierra, en su furia quemó cada villa que crecían bajo su protección, él era abundancia, poder transmutado a las manos de sus protegidos, aquellos que pertenecieron a la orden creada para ascender al poder en todos los ámbitos y a su vez proteger a la serpiente de esos ejércitos y sus armas de hierro que amenazaban su existencia; todo intento terminó en fracaso.

En lo más alto de la luna llena se llevó a cabo un sortilegio poderoso, casi en la agonía Malek preparó su magia con el que creyó su último aliento; conjura a la luna, a las estrellas, a la muerte y al destino, en la tierra blanda del bosque donde llegó después de la batalla final contra el hombre; tomó la sangre que borboteaba de esa lanza de hierro incrustada en su costado, casi llegando a su corazón, en la misma copa de oro donde tiempo atrás conjuró también al cosmos para dar su poder y alma a los primeros miembros de la orden del dragón, ahora hace otro para revertir su error, confió demasiado en un ser que no es capaz de conocerse a sí mismo y que siempre tendrá un precio material, olvidando el deber místico hacia las estrellas; mirando a las constelaciones donde su religión tiene su base y fundamento; todo es polvo estelar, todos somos semillas estelares, el dragón, el hombre, la tierra es polvo estelar y retornará en forma de estallido de energía a las mismas, su alma trascenderá dejando despojos materiales sin mayor importancia; vida, muerte, construcción y destrucción son ciclos infinitos de creación y Malek lo sabe, su momento debe terminar, el dominio de su especie llegó a su fin y él mismo selló el destino de su legado.

"generaciones pasaran, reencontrándose una y otra vez los hombres y mujeres descendientes de la extinguida orden, entre ellos se unirán con nadie más podrán procrear y solo entre ellos existirán hijos de la orden, será sucesivo hasta quedar el último hombre y la última mujer con el alma y poder del dragón en su sangre; ellos procrearan un hijo que me entregaran en ofrenda para terminar nuestro concilio, la ofrenda de la sangre del último miembro de la orden concluirá el acuerdo... este sortilegio es inevitable... despertaré cuando ellos nazcan"

Malek vacío su sangre mezclada con tierra dentro de esa copa, la removió conjurando palabras indescifrables, un conjuro tan antiguo como la tierra, vertió al viento la sangre que se pulverizó en partículas infinitas de polvo, viajando por todos los rincones del mundo, el viento fue su aliado, el fuego su testigo, la tierra su castigo y el agua de lluvia que comenzó a caer en ese instante, la purificación de su error; pasaron doscientas generaciones, donde un hombre y una mujer del orden se encontraron procrearon un hijo, solo para repetir el ciclo nuevamente hasta llegar a los últimos.

En las entrañas de la montaña despertó, lo hizo hace veintiocho años, volvió a dormir para despertar hace veintitrés, y después para hacerlo dos años antes, cuando Astrid murió...

Ahora Malek despierta y solo debe esperar y cuenta con la ayuda obligada de un último aliado.

*

Con una gran patada en el culo, Pavis es expulsado del hostal donde se alojaba, cayendo en el lodo y suciedad, su deuda creció y sin intención de pago se cobraron con Sombra, ha perdido a Kylo, a Sombra y si acaso la tuvo, su dignidad, se levanta sobando sus nalgas, no todo está perdido, su laúd continua a su lado, su botija y su mugrosa bolsa multiusos; mira hacia atrás nada le quita su humor y disposición a lo positivo, sonríe prometiendo frente a la puerta del hostal -volveré por ti amigo, Rencito vendrá por ti- grita hacia dentro; se lleva el laúd a su hombro y comienza a caminar hacia el centro de la plaza de Tréveris, necesita trovar mucho para buscar donde alojarse y no ser echado nuevamente -un hijo del dragón no es fácil de matar... esperaré lo necesario Rencito- camina lentamente masticando un trozo de queso añejo cortesía de su bolso, cuando nuevamente esa voz penetra en lo profundo de su mente, hasta hace poco creyó que eran delirios resultado de su necesidad de beber vino para olvidar un poco la realidad, hace tanto que no sucedía, fue dos años atrás cuando lo escuchó, y cuando... bueno, cuando su destino cambio y tomó el camino del arte y la vida errante, aventurera e incierta.