Por una calle pedregosa camina para llegar a buena hora al mercado, pero como siempre se detiene frente al torno donde llego hace veinte años en circunstancias diferentes, ligeramente vestida y contra su voluntad, es mas no fue consciente de ello no recuerda como fue, solo sabe que creció ahí rodeada de otros expósitos como ella, a la espera de que la buena fortuna les sonría al dejar el orfanatorio, la esperanza de las niñas es que como mujer el padre de los huérfanos otorgue la dote para conseguir un esposo decente; o se ablande el corazón de algún buen matrimonio que los adopte y los incluya entre sus hijos; ninguno fue el caso de ella, permanece mirando por largos minutos el intrigante aparato, lo toca esperando alguna revelación; se imagina todas las explicaciones para que una mujer deje a su hijo recién nacido dentro de el para ser recogido como expósito por la casa cuna del convento; solo fue una de tantas; suspira resignada es la vida que le toco, algunos recién nacidos no fueron tan afortunados muchos son abandonados en las calles siendo comidos por los perros o las ratas, mueren de frio o aplastados por los caballos, por más que en su mente fabrica motivos para justificar a su madre lo cierto es que nunca lo sabrá en realidad; en ocasiones ha querido tocar y preguntar a las monjas si tienen alguna idea aunque sea mínima de la identidad de su familia; es caso perdido y como cada semana que va al mercado acepta lo que vive ahora y retoma su camino; su pequeño viaje semanal es largo desde las 4 de la madrugada se levanta para preparar sus mercancías que llevará para la aldea y mercara por lo necesario, en su canasta lleva hierbas aromáticas para sazonar carnes, otras para infusiones que pueden curar un catarro o dolores de humor, algunas otras para hacer lavados en heridas simples, también lleva tarros de miel y perfumes que ella prepara; desde niña lleva la misma rutina, de no ser por vieja madre no tuviese tal conocimiento que ahora sabe es valioso -si vieja madre estuviera aquí- murmura cuando llega a su lugar de costumbre donde la vieja bruja también mercaba las mismas mercancías que ahora lleva; acomoda su capa escarlata oscura para cubrirse del frio que el sereno deja ya sentir, ese frio húmedo del amanecer que es el que más cala y te hace añorar permanecer en el cálido lecho, por más humilde que sea es un placer tan barato y reconfortante; así espera hasta que lleguen las personas que compraran, podrá adquirir otras mercancías necesarias para ella, como hilos y alfileres o tal vez podrá tener el pequeño lujo de un lienzo nuevo de algodón o lino y si tiene suerte y persevera quizás uno de terciopelo; suspira nuevamente dentro de sus ensoñaciones cuando ve pasar a la gente sobre todo cuando ve a los esposos; recuerda que vieja madre le prometió conseguir un esposo decente, productivo y que no necesitara de dote porque ninguna de las dos tiene nada valioso para otorgarla, eso esperaba hasta que la bruja vio su futuro.
De no ser por vieja madre ella no sería nada ni nadie, cuando la vieja bruja trascendió le dejo sus pocos bienes, esa choza a mitad del bosque, su lugar en el mercado, su sabiduría ancestral y su reputación como bruja respetada en la aldea, vieja madre siempre vivió como una mujer libre y esa enseñanza lleva, pero si es totalmente sincera ella quiere lo que las demás, un esposo decente pero con esas posibilidades aplastadas sabe que debe vivir con sus propios medios tal como lo hizo vieja madre, ahora debe callar mucho de lo que sabe, se limita a preparar perfumes, ungüentos, pomadas, infusiones para malestares simples, y es partera; vieja madre le enseño tanto, a conocer el poder de la tierra y la luna, a preparar pociones de amor, conoce cómo funciona el cuerpo, el sentido sexual también a pesar de ser célibe, la relación entre sexualidad, amor y los niños, conoce el poder de las hierbas para elevar la energía amatoria, sabe limpiar los entornos de malas energías que provocan discordia entre los habitantes de un hogar, elaborar hechizos de protección, ilusiones para despistar a los intrusos; sabe tanto pero poco puede aplicar abiertamente, un nuevo dogma contradice lo que ella aprendió desde niña; las prohibiciones comienzan a ser más estrictas con el conocimiento de esas viejas brujas como lo fue madre Margery, el miedo a enfrentar al tribunal secular es algo que nadie quiere vivir, lo sabe por las noticias que llegan de otras tierras más allá de las montañas, espera que en su aldea no llegue en mucho tiempo esas delegaciones, espera siempre tener un lugar de reconocimiento, a saber que es de ayuda para los demás; desde siempre supo que manejar magia oscura no es prohibida pero es de cuidado, quien desea el mal a los demás, recibe como pago el mal, ellas son instrumentos de la naturaleza, hijas de la tierra y la luna y lo mejor es no mover energías que viren en contra, por esos motivos vieja madre desde que recuerda se rehusó a hacer trabajos de magia oscura, siempre la llevo a preferir el lado claro de la magia, la sanación, la adivinación, madre Margery era también psíquica y clarividente, don que Rey no tiene, pero la sanación y herbolaria se le dio muy bien además de esas facultades que vieja madre siempre alabo, don del que ella carecía, la facilidad de mover cosas con la mente es un don extraño atribuido solo a unos pocos, según vieja madre decía que solo eran parte de un antiguo culto al viejo dragón una tribu extinta, del que es muy posible que Rey descendiera.
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BRUJA DE TIERRAS LEJANAS
RomanceReylo AU de fantasía medieval Un destierro voluntario donde el caballero oscuro encontrara un nuevo destino y la razón del origen de su poder, en el paso conoce a la bruja que tomara su corazón. ADVERTENCIAS: relato para mayores de edad, violencia...