Las tejas comienzan a tomar nuevamente su lugar, Kylo calcula que en tres días terminara esa labor de reparar el tejado, ha revisado cada parte que necesita reparación en la choza así evitara pensar en ella dentro del río, en su piel perlada por el agua; es una forma de retribución ya que su protectora se negó a recibir una paga, esa es la forma en que compensara un poco lo recibido; cuando Rey regresa del rió, es antes de mediodía, su sonrisa puede verla desde la altura cuando ella camina sobre el sendero, es cuando lo ve y llama -Kylo baja- él obedece sin oponer objeción, evita mirarla a los ojos para ocultar su sonrojo y reprimir el recuerdo -¿Qué haces?- pregunta curiosa mirando hacia arriba.
-reparando las goteras- mira a sus pies, después al costado mientras ella le busca la mirada.
-no es necesario que lo hagas- vuelve a mirar al tejado, arrugando la nariz, ella sabe que por años esas goteras persisten así que resta importancia -estoy acostumbrada- vuelve a mirar a Kylo, nuevamente buscando su mirada que captura; él ya no puede evadirla ahora los dos se miran, la observa con el cabello suelto y húmedo, la piel limpia y el aroma perfumado a tierra del agua del rio, mira en su rostro las pecas provocadas por la exposición al sol; la piel de una campesina muy alejada de la palidez elegante de las damas nobles, se considera un asunto de fealdad la piel bronceada sin embargo para él es un aspecto atractivo lejos de los adornos artificiales de los vestidos de finas telas, la opulencia de las joyas que adornan una belleza fabricada, le gusta su piel bronceada porque la imagina sudorosa con la piel perlada así como la vio con las gotas de agua hace solo una hora; por minutos la mirada no se rompe hasta que vuelve a retomar la cordura dejando de lado ese fresco recuerdo.
-aun lo haré... así no tienes que esquivar las goteras para ubicar tu cama- ella sonríe, vuelven a callar y los ojos de ambos permanecen en ese letargo que los sumerge observarse; los sonidos desaparecen de su entorno, deja de existir todo en ese instante; Rey se sonroja con timidez porque hace un día cometió la imprudencia de besarlo, acarició su rostro y le hablo como a un amor consagrado, pero ahora verlo despierto hace el efecto contrario, si él supiera su secreto no soportaría enfrentar esa clase de vergüenza, mas al saber que es un noble que desprecia la pobreza y supone que a los pobres y ella lo es. La mirada se suspende en el tiempo y el silencio con los dos ocultando un secreto que los abochorna, que necesitan negar de inmediato a sí mismos, pero que en los ojos contrarios encuentran la sensualidad que los llama urgente, sus respiraciones se tornan densas mientras se miran; hasta escuchar nuevamente una parvada de aves que sobrevuelan cercanas.
-regresa en una hora, preparo algo para comer- se despide para no verlo más, para ocultar el rubor de sus mejillas y el brillo de sus ojos, la mira alejarse de él, moviendo sus caderas en sinuosa cadencia, con su vestido rojo largo hasta los pies con mandil de lino blanco que sostiene en su cintura y la canasta en el brazo, debajo de esa cantidad de tela de lino y algodón ya conoce las curvas exactas y el color de su piel, la mira y también descubre que va descalza sus pasos dejan huellas pequeñas sobre la tierra dibujando su rastro hasta la entrada a su casa.
El resto del día la paso resolviendo el arreglo del tejado, un poco de trabajo como el que hacía en sus tiempos fuera de batalla, cuando personalmente reparaba las cuadras, o algún imperfecto que necesitara atención, es del tipo perfeccionista y si alguien mas no estaba disponible, arremangaba su camisa y lo hacía personalmente; en todo el tiempo que paso sobre el tejado solo podía pensar en una sola cosa; en la ninfa del rio que lo llamaba, así paso el tiempo entre martillazos y tejas hasta que la lluvia comenzó a caer en torrentes bañándolo antes de descender del tejado y antes de terminar su labor; la tarde llega oscura, fría y ahora lluviosa, y con mucho viento.
Al entrar a la choza ella espera con el fuego del hogar encendida, con una infusión caliente y su gran sonrisa; él gotea por la lluvia que lo atrapo; su camisa, pantalón, calzas y botas todo esta mojado, su cabello se aplasta en lacios mechones acuosos; siente el calor que inunda el interior de la choza, tan solo al cerrar la puerta cruza sus brazos para sacarse la camisa mojada, y ella mira embobada, aún tiene el aspecto parco de la agonía pero con más color, definitivamente no es lo mismo mirarlo vivo que moribundo; sigilosamente se acerca llevando la infusión en las manos que ofrece en silencio, tan solo extendiendo su mano, Kylo toma de sus manos la infusión torciendo los labios, no es una sonrisa pero tampoco es un gesto de desagrado; Rey toca las cicatrices que tienen costras secas, pasa sus dedos sobre cada una mirando el área que ella curo.
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BRUJA DE TIERRAS LEJANAS
RomanceReylo AU de fantasía medieval Un destierro voluntario donde el caballero oscuro encontrara un nuevo destino y la razón del origen de su poder, en el paso conoce a la bruja que tomara su corazón. ADVERTENCIAS: relato para mayores de edad, violencia...