Capitulo 6

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Olivia.

- No puede ser...- susurro mientras se me escapa otro sollozo.

Me desperté hace un par de horas, al menos eso me ha parecido... "Yo y mi manía de no usar reloj" pienso.

He revisado la habitación de arriba a abajo... la puerta debe de estar cerrada con llave, la única ventana que hay en la habitación, que está junto a la cama, está tapiada y solo entra luz por unas rendijas entre el cemento que une los ladrillos...pero no consigo ver nada más allá de unas hojas secas colgando fragilmente de unas ramas.

En la habitación solo hay una cama grande justo frente a la puerta con un edredón blanco bastante viejo de flores. En la pared de la izquierda hay una estantería de madera con unos montones de ropa doblada : una sudadera gris con la palabra "FREE" en letras negras... "que ironía... supongo que lo han hecho a drede" ... unos vaqueros desgastados, un pantalón deportivo gris, una camisa de pana granate....todo es ropa de hombre, aunque es una talla pequeña, como de adolescente. Y para mi sorpresa, hay un paquete de plástico transparente precintado con ropa interior femenina de algodón blanco. En el estante de abajo hay una toalla azul marino desgastada y otra blanca.

Sigo el recorrido con mis ojos por la habitación para ver que en la otra pared  hay un pequeño cuarto de baño con una puerta sin manillar ni cerrojo. 

He revisado cada centímetro buscando algo que pudiera usar... pero no hay nada, ni un espejo que romper ni apliques que pueda intentar arrancar y usar como arma... " De algo tienen que servir los libros que leo, la imaginación es un arma poderosa...". Sólo un wc sin tapa, un plato de ducha sin cortina y un lavabo. Encima de este hay un cepillo de dientes precintado, un dentífrico, un rollo de papel higiénico y una pastilla de jabón.

Siento un gruñido en mi estomago pero no estoy segura de si es por hambre o por la total desolación que me asedia... voy hasta la cama dejándome caer y no puedo evitar echarme a llorar. Lloro por rabia, por miedo, por ser tan débil y no haber podido huir cuando abrieron la puerta de la furgoneta y lloro por estar llorando desconsolada y sorbiendo por la nariz como una niña pequeña.

"Por lo menos el gigantón tendrá dolor de mandíbula unos días" me digo, pero no me consuela.

Oigo pasos que se acercan hasta la puerta y alguien se detiene detrás de esta. Todo mi cuerpo se tensa y siento que el pánico vuelve a invadirme al pensar en el gigante con los ojos tan oscuros como dos pozos sin fondo. Por primera vez soy consciente de que hay una pequeña mirilla empotrada en la madera de la puerta y siento que alguien está mirando a través de ella. Se me eriza hasta el pelo de la nuca.

Oigo un cerrojo abrirse...me levanto de un salto, ¡no se donde meterme!...corro al baño...un segundo cerrojo se abre... cierro la puerta del baño y me apoyo en ella de espaldas haciendo fuerza con las piernas... tercer cerrojo se abre y la puerta chirría...Mi corazón parece un caballo de carreras desbocado... "Si piensa entrar aquí... voy a defenderme con uñas y dientes"

J.

Abro la puerta despacio y miro hacia la puerta del baño que está cerrada. Camino hasta la cama y dejo la bandeja con un brick de zumo de naranja individual y un sanwich de queso sin perder de vista la puerta del baño.

Dudo un segundo, la he visto salir despavorida y encerrarse...doy unos pasos en dirección a la puerta del baño...
"No puedes hablar con ella" me recuerdo, "sólo para decirla que todo está bien...que no voy a dejar que la pase nada... que yo.."

Doy la vuelta de un salto casi ridículo espantado por mi razonamiento y salgo rápido de la habitación echando de nuevo los 3 cerrojos. Me arranco el pasamontañas de la cabeza y lo aprieto en un puño.

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora