Jacob
Me pasé la tarde aguantándome las ganas de ir de nuevo a su habitación. Mirando la hora cada pocos minutos esperando el momento de subir su cena.
Tenía ganas de preguntarla cómo es que me conocía y estaba totalmente decidido preguntarselo. Y aunque cada dos por tres me venía a la cabeza la palabra LOCURA, la descartaba corriendo. No quería pensar en mañana, no quería pensar en qué pasaría si Miguel o H. supieran que nuestro plan podía irse al carajo en cualquier momento y mucho menos en qué pasaría cuando el padre de Olivia pagara el rescate... De pronto todos los planes que habíamos hecho mi hermano y yo de futuro se me hacían horribles porque no volvería a verla.Después de hacer mis ejercicios, me duché corriendo y bajé a preparar la cena. Contaba con que esos dos no volverían hasta tarde y tener un rato para hablar con ella.
Pocos minutos más tarde estaba en su puerta intentando disimular la alegría de no tener que ponerme el odioso pasamontañas.
- Hola- dije en la puerta con la bandeja en las manos.
- Hola- su sonrisa era tímida.
- Te traigo la cena- dije después de un silencio incomodo
- Gracias... tengo hambre.
Caminé hasta la cama y la ofrecí la bandeja para que la cogiera.
-¿Tu no cenas?
- eh...si claro. Lo tengo abajo.
- Si quieres puedes cenar aquí conmigo
Sorprendido, tarde unos segundos en reaccionar. Miré el reloj nervioso calculando que tenía casi una hora desde que Miguel me había mandado el mensaje para decirme que habían salido de la ciudad
- Prometo no decirselo a tu amigo el neardental- dijo guiñandome un ojo. No pude evitar reirme, acababa de hacer una broma?- Está bien...dame un momento
Salí de la habitación y puse uno de los cerrojos. Me sentía nervioso, cómo esa primera vez que haces novillos en el colegio o cuando le decía a mis padres que me quedaba a dormir en casa de un amigo y nos pasabamos la noche de fiesta, sabiendo que podían pillarte, pero la ganas por hacerlo eran mayores que el miedo al castigo.
En menos de un minuto estaba de vuelta en la habitación con mi bandeja en la mano.
- ¿Puedo sentarme?
- Si claro- dijo moviendose unos centimetros para dejarme sitio.
Me senté como ella lo hacía, con la espalda en el cabecero y mirando hacia la puerta que había dejado abierta, con la esperanza de oír la puerta de la calle en caso de que llegaran antes de lo calculado.
Podía sentir el roce de su brazo en el mío y el calor empezó a ser más que evidente.
- Que aproveche- dije levantando mi sandwich
- Igualmente
Y empezamos a cenar, manteniendo el silencio. No me sentía incomodo, es más, estaba agusto con ella ahí a mi lado cenando y pensé que podía acostumbrarme a eso.
- No te he preguntado si necesitas algo más en la habitación -
- Bueno... lo cierto es que me gustaría algún libro más para leer....y no se si es posible pero necesito lavar algunas cosas.- dijo como avergonzada.
- ¡Vaya! claro...claro. No hay problema. - asentí sintiéndome estúpido por no haber caido en algo tan obvio- ahora si quieres me das la ropa que quieras lavar y yo me encargo.
- Te lo agradezco
Mantuvimos la mirada unos segundos en los que mentalmente calculé que estaba a treinta centímetros escasos de esa boca rosada.
Olivia pareció leer mis pensamientos, porque con las mejillas encendidas volvió la vista a su bandeja.
- Perdona por no haber caído en eso
Empecé a dar cuenta nuevamente de mi cena y pensé que tenía que preguntarla de una vez por todas eso que necesitaba saber
- Olivia.. ¿cómo sabes quién soy?- suelto sin más.
La veo dejar soltar el sandwich despacio y volver a clavar sus ojos en los míos, pero no dice nada. Nervioso sigo hablando.- Veras... por más vueltas que le he dado no tengo ni idea de como sabías mi nombre y mucho menos porqué no pareces estar enfadada conmigo a pesar de esto- digo rodando mis ojos por la habitación.
Es precisamente eso lo que más me está volviendo loco, porque entendería que me odiara y que tuviera ganas de pegarme y gritarme. En cambio, siento que me quiere aquí, juntó a ella.
Y yo no deseo nada más en el mundo que permanecer aquí en este preciso momento.
Olivia
Tomo aire y me limpio la boca con la servilleta. Parece que necesito tiempo para responderle y no estoy segura de si debo contarle... pero parece como si el necesitara saberlo de verdad.
- Yo te ví aquel día- lo veo fruncir el ceño confundido- te ví aquel día con tu padre en el edificio de mi padre- Su expresión cambia y veo su confusión en sus ojos mirandome de hito a hito- Jacob lo siento mucho...siento mucho lo que sucedió aquel día... he odiado a mi padre por aquello. - No sé que más decir pero lo veo tan callado mirando ahora la bandeja que tiene sobre sus piernas....que parece que no puedo parar de hablar. - y siento mucho lo de tu padre. - digo recordando la tercera vez que oí el nombre de Luis Martín. Silencio.
- Ya... - vuelve a mirarme y más silencio - no sabía que tú estabas allí.
- Estaba esperando a mi padre en la sala de al lado y cuando pasó... lo vi todo. Sólo quería que supieras que siento lo que pasó y que ojalá yo hubiera podido hacer algo.
- Tú tan sólo tenías 13 años...no podías hacer nada
- ¿Cuantos años tenías tú?
- 15 - y entonces cálculo mentalmente que ahora tiene 20 años.
- Bueno...pues ojalá hubiera podido. Y no puedo estar enfadada contigo...Le he dado muchas vueltas desde que estoy aquí...He tenido mucho tiempo ¿sabes?- digo esperando que entienda la broma y veo para mi alivio, que el sonrie con un poco de desgana- y creo que entiendo que estes haciendo esto. Mi padre puede llegar a ser un tirano...- y siento la rabia en mi propia voz.
- Tú padre destrozó mi vida y mi familia- Agarra fuerte la bandeja y se pone en pie, pero no se mueve. Su mirada está fija en el suelo.
Me he quedado muda con eso último. Tengo un nudo en la garganta y siento mis ojos llenarse de agua. Y sólo deseo abrazarlo...necesito abrazarlo... y justo cuando mis musculos empiezan a reaccionar a mi deseo para ponerse en pie y hacerlo, el momento pasa y pierdo mi oportunidad.
- Dame lo que tengas que lavar y me encargo de traertelo mañana- Vuelve a mirarme a los ojos y parece más sereno. Yo siento el nudo bajar por mi garganta hasta mi estomago.
- Sí, claro- Voy hasta el baño y tomo la ropa que he dejado en el suelo. Pensé en lavarlo a mano en la ducha como estaba haciendo con la ropa interior, pero finalmente no me ha apetecido hacerlo. Siento rabia por haber perdido ese momento y hago un guruño con la ropa ahogando mi enfado conmigo misma.
- Buenas noches Olivia- dice caminando hacia la puerta con la ropa debajo de un brazo y con las dos bandejas, una encima de otra, en la mano del otro brazo.
- Buenas noches Jacob- y cierra la puerta.
Me tumbo en la cama boca arriba y apago la luz. Ahora sé que no tenía que haberselo contado, pero no puedo hacer nada para cambiarlo.
Pienso en lo que ha dicho sobre que mi padre destrozó su vida y su familia y vuelven mis ganas de llorar. Había dado por sentado que había hechado a perder la mia con sus estupidos planes para mi y casi lo había asumido...pero de pronto me di cuenta de lo realmente enfadada que estaba con mi padre por haberselo hecho a él.
Intenté relajarme y pensar en otra cosa, si seguía dandole vueltas me iba a ser imposible dormir... "¡ Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!...¿cómo he estado tan tonta? En el montón de ropa iba mi ropa interior" Con el enfado conmigo misma ni me di cuenta de sacarlas del montón. Oficialmente me iba a morir de vergüenza.
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Atrapada
RomanceEl amor es algo vivo que surge cuando se le antoja... No puedes controlarlo, no puedes hacerlo desaparecer. Cuando Olivia es secuestrada cree que todo se solucionará en pocos días en cuanto su rico padre se encargue del rescate. Lo que no sabe es q...