Capitulo 34

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JACOB

Y ahí estaba mi preciosa Oli, iluminada por los rayos del Sol y más irresistible que nunca. La falda color vino hasta los pies era tan vaporosa que se adaptaba a sus formas en cada paso que daba acariciando su piel y el colgante con forma de mariposa se balanceaba sobre su pecho hipnotizandome por completo. Su pelo alborotado dorado de movía con gracia. Hoy estaba especialmente guapa a pesar de las enormes gafas de sol que cubrían gran parte de su rostro. Ella no solía llevarlas.

Subió las escaleras más deprisa que de costumbre, casi dando pequeños brinquitos.

Había algo raro en ella, no sabía que había cambiado pero una sensación de frío extremo me recorrió la columna y tensó mi cuerpo.

"Gira Oli... Búscame..." Deseó el yo más egoísta.

La perdería de vista en sólo unos segundos y ella no giraba.

" Por favor ..."

Aguanté la respiración sintiendo mi corazón bombear cada vez más lento, siguiendo cada uno de sus pasos sin pestañear para finalmente verla desaparecer sin darse la vuelta.

" No... No... Oli..."

No se había girado. No me había buscado.

Me costaba tanto llevar oxígeno a mis pulmones que la cabeza comenzó a dar vueltas como si estuviera subido en una noria infinita.

Me oculté de nuevo tras la pared y me dejé caer sobre el suelo.

" Me había olvidado... ¿Era eso?...o quizás... Quizás... ¿Había alguien nuevo en su vida?... ¿Se había enamorado?...mi Oli..."

Cerré los ojos y aguanté una arcada seca, agradeciendo no haber desayunado aún.

Nunca pensé en esa posibilidad. Quería que volviera a su vida y retomara sus estudios, pero no pensé que eso también supondría conocer a alguien y volver a enamorarse.

"Es tan lógico que me siento estúpido por no verlo antes. Que yo no pueda olvidarla ni un segundo, ni dormido ni despierto, no significa que para ella sea igual... Al fin y al cabo yo deseaba verla feliz... Pero ¡mierda! ¡¡Mierda y mil veces mierda!!"

Me puse en pie con las piernas agarrotadas y me sacudí el vaquero queriendo deshacerme de mucho más que de polvo.

Dispuesto a comenzar el largo camino al trabajo pero antes si quiera de dar el primer paso, el brillo de una melena rubia en movimiento llamó mi atención.

Era ella.

Corría a toda velocidad hacia una de las puertas secundarias del campus con la falda agarrada con una mano y la otra sujetando el bolso en su hombro.

"Pero que..."

Sin pensarlo un segundo, empecé a seguirla a paso rápido y dejando una distancia prudencial.

Salió del recinto y dejó de correr para caminar por la acera a un paso más normal.

Mi mente no paraba de dar vueltas buscando alguna razón lógica y mis piernas se movían por inercia andando los mismos pasos que ella daba unos segundos antes.

" ¿Y si hubiera quedado con él?... ¿Y si va a un encuentro furtivo con su nuevo novio?..."

Las arcadas secas eran continuas y debía estar poniéndome de color verde porque sentía la mirada extraña de varias personas al cruzar su ojos con los míos.

Una parte de mi quería parar y marcharse, pero otra parte más guerrera y masoquista pugnaba a mis piernas por seguir el paso. Necesitaba verlo con mis propios ojos, necesitaba verle la cara al otro tío, saber quien me había robado a mi Oli.

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