J.
Subo las escaleras para ir a mi habitación. La primera puerta del pasillo es la habitación de M., está cerrada y acerco mi oreja sin llegar a pegarla a la madera pero no escucho nada...o bien se ha vuelto a la cama o se ha marchado sin decir nada. Me duele que las cosas estén así entre nosotros.
La siguiente puerta es mi habitación... pero paso de largo y sigo andando casi de puntillas hasta la puerta al final del pasillo: la habitación de Olivia.
Me acerco despacio y me inclino sobre la mirilla intentando no apoyarme en la madera para no hacer ruido. Ella está sentada en la cama justo en frente abrazándose las rodillas con ambos brazos y mirando fijamente al circulo de cristal con los labios apretados.
Me alejo de golpe..." ella no puede verme" me recuerdo y después de normalizar de nuevo mi respiración me inclino nuevamente para volver a mirarla.
Recuerdo el primer día que decidí entrar en la biblioteca en vez de quedarme esperando en el aparcamiento junto a mi moto.
Recorrí la sala central con la mirada buscándola sin éxito; había varias mesas grandes con sillas bordeándolas, también había algunas mesas más pequeñas con ordenadores portátiles. Al no verla allí, empecé a avanzar por el pasillo desde el que salían los distintos pasillos laterales. Al principio de cada uno colgaba un cartel del techo informando del tipo de literatura que contenía. Pasé de largo por el de Poesía, el de Historia, el de Geografía, el de Filosofía...Empezaba a ponerme nervioso al seguir pasando pasillos y más pasillos sin encontrarla. Era imposible que hubiera salido sin que la hubiera visto. "Había unas escaleras cerca de la entrada... quizás está en el piso de arriba".
Giré en el siguiente pasillo y me di de bruces con ella además de que por poco la piso. Con un "perdona" fugaz avancé casi flotando hasta el final y giré a la derecha para quedarme quieto y soltar la respiración. -"¿Cómo he sido tan torpe?"- pensé
Asomé la cabeza despacio de nuevo al pasillo y la vi sentada en el suelo con las piernas flexionadas y la espalda apoyada en la librería. Creo que ni se percató de mi presencia. Enrollaba y desenrollaba un mechón de pelo entre uno de sus dedos de forma inconsciente y tenía la mirada fija en el libro abierto apoyado en sus piernas...sus piernas...la falda verde militar le caía a los lados y dejaba ver más de un palmo de su muslo... Se veía tan suave y cálido que por un segundo me imaginé como sería pasar mis manos por ellos...Sacudí la cabeza y volví a esconderme. Miré hacía arriba, el cartel que colgaba: Literatura juvenil.
Me retiro de la puerta..."¿Cómo no se me había ocurrido?. ..¡Libros! Tengo que conseguirla libros" - pienso a la vez que camino rápido hacia mi habitación.
Abro la puerta y voy derecho a la estantería. Hay varios libros... Creo que hace años que no los toco. Hay dos guías de viaje: Nueva York y París. El primero me lo compré con 17 años, cuando mi sueño era viajar allí. El segundo creo que se lo regalaron a M y no se como ha llegado a mi habitación. Hay unos cuantos de mecánica... Un libro de poesía que está claro que no es mío... Entonces veo 2 libros pequeños de edición de bolsillo que tuve que leer en el instituto: El señor de las moscas y Romeo y Julieta. Tomo los dos y los dejo encima de la mesa. Me pongo la sudadera que está tirada en la silla y saco el pasamontañas del bolsillo para ponérmelo. Es una de las cosas que dejaron claro H y mi hermano desde el principio: Olivia no debía vernos nunca la cara.
Vuelvo a coger los libros y salgo de la habitación.
Miro por la mirilla al tiempo que empiezo a quitar los cierres... Sigue sentada en la cama con la cabeza agachada y se levanta de golpe cuando oye la puerta. Abro despacio y veo la bandeja del desayuno con el brick vacío justo a mis pies. "¡Bien! al menos ha comido" - pienso.
Alzo la vista y la veo en la esquina de la habitación junto a la estantería. Está aterrada. Tiene los ojos muy abiertos y veo su pecho y sus hombros subir y bajar a trompicones. Aún así me mira desafiante, cómo si se debatiera entre saltarme encima y estrangularme o pegarme una patada en la mandíbula como hizo con H anoche.
Me agacho a coger la bandeja sin perder de vista sus ojos y dejó los libros. Me mira fijamente, me aguanta la mirada. Creo que es la primera vez que nos miramos directamente y me doy cuenta de que me encantan sus ojos verdes, que podría perderme gustoso en ellos. Son del color del mar en calma. Nunca he pensado que el mar fuera azul por muchas canciones y poesías que así lo relaten. Siempre me ha parecido de un tono verdoso, cálido y profundo, que te invita a con su paz y su grandeza a entender la complejidad de tu alma. Un paseo por la orilla del mar, puede ayudarte a encontrar el camino a casa, a tomar una decisión clave en tu vida, a cerrar un capítulo de tu vida... a encontrarte a ti mismo. Ahora mismo, al mirar esos ojos del color del mar siento exactamente lo mismo.
Me tragó las ganas de decirla algo y cierro la puerta volviendo a poner los 3 cierres. Espero un momento sin moverme y vuelvo a mirar por la mirilla. Sigue de pie en el mismo sitio, no se ha movido.
Me separo y bajo a dejar la bandeja a la cocina... "Me muero por hablar con ella, decirla que no voy a dejar que la pase nada"
Me arde la garganta y el estomago. La culpa vuelve a aplastarme como si fuera un insignificante bichito. No quiero hacerle esto a ella... pero no quiero defraudar a mi hermano, otra vez.
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Atrapada
RomanceEl amor es algo vivo que surge cuando se le antoja... No puedes controlarlo, no puedes hacerlo desaparecer. Cuando Olivia es secuestrada cree que todo se solucionará en pocos días en cuanto su rico padre se encargue del rescate. Lo que no sabe es q...