Capitulo 2

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9:30h Lunes


Empezar la semana con clase de Derecho Mercantil debería estar prohibido por ley.

Era incapaz de concentrarme... El Sr. Bilches era el profesor más monótono, aburrido y lineal de todos los profesores que había conocido en mi vida.

Miré por el gran ventanal de madera que había junto a mi mesa y envidié a los pájaros que volaban libres batiendo sus alas iluminadas por el sol. Entonces me imaginé a mi misma con alas de fuego como la mismísima Katniss* volando feliz. Y en el momento que quise desplegar mis alas al máximo, noté que no podía hacerlo, que me encontraba en una diminuta jaula que me oprimía. Al levantar la vista vi a mi padre enseñándome la llave para después guardarla en su bolsillo...

"Srta. Álvarez..."  Vi a mi padre mover los labios ... Pero no era su voz... "¡¡Srta. Álvarez...!!" dijo aumentando la voz.

 Parpadee sin entender y me encontré al Sr. Bilches a un metro de mi y decenas de ojos  observándome . Algunos con una sonrisa estúpida en la cara y otros sencillamente con indiferencia. 

- Srta. Álvarez , ¿puede contestar a mi pregunta? - dijo molesto el orondo ajustándose las gafas.

-... ¿Podría repetirme la pregunta?...- intenté no tartamudear, pero no lo conseguí. 

- ¡¡¡Claro Srta. Álvarez!!!- dijo ya claramente enojado - tenemos todo el tiempo que usted quiera... Y si no, su padre se lo comprará- esto lo dijo suspirando y para su cuello, pero no evitó que lo escuchara- ¿podría decirme cual es la relación entre derecho mercantil y contabilidad? - me miró arqueando una ceja, contaba con que no iba a contestar.

- El derecho mercantil es aquel que regula las actividades de los comerciantes, mientras que la contabilidad mantiene un registro de ...- no pensaba, mis labios iban por libre-...y con ello ayudar a la regulación que mantiene el derecho mercantil- al fin tomé aire y sentí un ligero mareo.

Nunca prestaba atención en clase. Por mucho que me esforzara, terminaba divagando perdida en mi mente o garabateando cosas sin sentidos en la libreta, pero tenía la grandiosa suerte de tener una memoria fotográfica. Recordaba hasta la página donde había leído todo aquello.

El Sr. Bilches bufó como respuesta y volvió a su mesa para seguir con la clase. Mi mente volvió a volar lejos de allí hasta que el timbre me trajo de vuelta de golpe.

Recogí mis cosas y salí por la puerta en dirección a la siguiente clase...

-"parecía tonta la niñata..." Escuche por lo bajo."Se pasa la vida empanada... como se nota que lo tiene todo resuelto"

Me volví y vi a tres chicas mirándome con cara de pocos amigos.

Seguí caminando... Sabía lo que venía después, nunca he sido de las que hace muchas amigas y las pocas que he hecho eran básicamente por interés. No por mi interés... Por interés de mi padre o por interés de los padres de las otras chicas.

Llegué donde estaba Ricardo, mi chofer, con la cara de llevar un palo de escoba metido por cierta zona que una señorita no debería si quiera pensar, tan inexpresivo como siempre y abriéndome la puerta de atrás del coche. " POR EL CULO...¡VAMOS!" 

- Ricardo, no vuelvo a casa contigo, he quedado con una amiga y nos vamos de compras juntas, nos llevará su chofer. Vuelve a casa - dije lo más tranquila como me permitían mis ganas de salir corriendo a mi refugio.

- Srta. Olivia... Su padre quiere que vuelva directamente a casa - dudaba, lo veía en su cara. Tenía que ser más convincente.

En ese momento vi una chica que reconocía por que iba a alguna clase con ella, que caminaba hacia el aparcamiento.

- ¡Hola! Espérame - dije en su dirección. La chica bajita y con gafas me miraba frunciendo el ceño indecisa- puedes irte Ricardo, llegaré antes que mi padre te lo prometo, no tendrás problema. -

Esperé unos segundos a que arrancara el coche y me dirigí a la chica.

-¿Querías algo Olivia?- dijo extrañada

- No.. Esto... - piensa Oli, piensa- Ah, ¿podrías pasarme parte de los apuntes de la clase de hoy de...de marketing y comercio? Tuve un problema con los míos- dije con una sonrisa triunfante. Me sentía temeraria... mentir a Ricardo... mentir a ... a... a esta chica... 

- Mmm si claro, te los paso a tu email de la universidad... Ahora debo irme... Adiós - parecía tener más prisa que yo por cortar la conversación. No tengo mucha don de gentes, eso está claro. 

- Gracias- mi sonrisa era absurda. Pero me sentía exultante por haberlo conseguido.

Y salí corriendo de allí como alma que lleva el diablo, ignorando las miradas de los demás estudiantes...

*Protagonista de "Los juegos del hambre"

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora