𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

c u a r e n t a y u n o

"Tengo miedo porque, cuando él está cerca, ya no tengo miedo. Me siento a salvo. Como si estar cerca de él fuera la cosa más natural del mundo".
—S.L. Jennings

Jisoo tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para no gritar.

Su cerebro registro las palabras de Seokjin, repitiéndolas una y otra vez hasta que no tuvo duda alguna de que había escuchado correctamente.

Seokjin se iría.

La pelinegra resistió el impulso de hacer alguna mueca, decidida a no demostrar una emoción negativa. En cambio, sonrió y exclamó con los brazos al aire.

— ¡Jin, eso es genial!

Sin embargo, Seokjin parecía más asustado que emocionado, lo que sólo confundió las a Jisoo. Bajo los brazos lentamente, intentando mantenerse serena aún si la siguiente pregunta le provocaba ansiedad.

— ¿Te irás?

Seokjin se encogió de hombros, para después mirar a Jisoo.

— Aún no aceptó formalmente, pero parece que ellos pagarán todo, desde el hospedaje hasta comida y lo necesario para vivir allá por meses.

¡Meses! Cada palabra calzaba en el pecho de Jisoo, quien temía a lo que podría pasar si Seokjin realmente se iba. Pero ella no deseaba ser egoísta, mucho menos con su mejor amigo. Era una oportunidad única, misma que Seokjin no podía dejar pasar si en realidad deseaba llegar lejos en su carrera.

Jisoo se obligó a sonreír, para después acercarse a Jin y dedicarle una sonrisa.

— Estoy muy orgullosa, Jin. Realmente te lo mereces.

Seokjin sonrió, la afirmación provocó estragos en su interior.

— Gracias... Aunque, si soy sincero, me asusta un poco la idea.

Preocupada por la expresión en el rostro de Seokjin, Jisoo se acercó a él, intentando mantenerse tranquila.

—¿Qué te preocupa?

—No lo sé, ¿todo? – rio de forma ironica— Recién comenzaba a encontrar algo de estabilidad aquí, y si me voy tendré que retrasar aún más el regresar a la escuela, y eso sin mencionar que tendré que renunciar en la cafetería y dejar el departamento en el edifico...

Conforme iba hablando, la voz de Jin se volvía más rápida, además de mostrarse más y más preocupado. El joven había pensado en cada una de esas probabilidades durante todo el trayecto hasta la casa de Jisoo.

Jisoo no soportaba ver a Seokjin tan abrumado, menos aún si se suponía que era algo bueno. Tanto así, que Jisoo tomó toda su preocupación, ansiedad y tristeza, y lo oculto en lo más profundo de su interior. Se acercó al preocupado joven y puso su mano en su hombro en señal de consuelo.