𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

d o s

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Varios días habían pasado y su hogar comenzaba a tomar forma al igual que sus planes. Pronto el primer día de escuela llegó, dando inicio a una nueva etapa en la vida de Jisoo: la universidad. Esa mañana se había despertado extremadamente temprano con la intención de llegar antes al campus. Quería explorar los alrededores y de paso encontrar algún lugar donde conseguir materiales para improvisar un pequeño taller en casa.

Una vez llegó al lugar se vio frente al imponente edificio principal, mismo que parecía abarrotado de distintas personas moviéndose alrededor con miradas expectantes. Jisoo tuvo que pasar por una muchedumbre para encontrar el edifico que le correspondía, mismo que recorrió con su horario en mano, buscando el aula asignada para su primera clase.

La gente iba y venía por todas partes, todas caras desconocidas para la pelinegra. Apenas y había logrado reconocer a alguna persona de la prueba de admisión, pero nadie había hablado con ella demasiado. Sentía sus piernas temblar debido a la emoción, mordía su labio con nerviosismo mientras repasaba los números de las aulas hasta que dio con la numero 24.

<< ¡La encontré! Y sin ayuda >> pensó con orgullo. Con una sonrisa se acercó a la puerta solo para descubrir que aún estaba cerrada. Dio un rápido vistazo a su reloj de pulsera, comprobando que aún tenía que esperar otros 10 minutos. Sin más que hacer suspiro y se permitió sentarse en el pasillo, esperando por qué alguien más llegara.

Era el primer día, por lo que seguramente tendrían que presentarse frente a todos los demás. << Menuda pereza >> pensó suspirando, pero también sentía curiosidad por saber qué clase de compañeros tendría en su carrera. Esperaba poder llevarse bien con los demás, al menos en lo indispensable.

Una campana anunció el inicio del primer periodo, haciendo que un escalofrío recorriera su espalda. << Ya es hora >>. Las puertas cercanas a donde Jisoo se encontraba se abrieron y acto seguido una ola de gente comenzó a moverse en dirección del aula. De repente se sintió cohibida, como quien se pierde en una multitud y no sabe cómo salir. << ¿Cómo se supone que logre sobresalir aquí? >> Su propio ego sería su perdición sino tenía cuidado, porque su propio deseo de ser alguien en aquel mundo podría ser tan grande que podría hundirla.

— Disculpa...

Una voz llamo la atención de la pelinegra, devolviéndola a la realidad. Jisoo se encontró con una chica, que parecía algo pérdida. Tenía una pequeña libreta en sus manos, una mochila al hombro y una mirada curiosa y perspicaz.

— ¿Sabes dónde es la clase de expresión artística? — pregunto la joven.

Cuando Jisoo pudo registrar adecuadamente la pregunta, una pequeña bombilla se encendió en su mente. << ¡Debe ser mi compañera! >> dedujo rápidamente, por lo respondió mientras apuntaba a la puerta.