𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

t r e s

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Pasadas un par semanas, el trabajo en la cafetería iba bastante bien para Seokjin. Excepto por la fatiga y la enorme carga de trabajo, no podía quejarse. Había logrado pagar la renta de su pequeño cuarto, y ahora lograba llevar algo de cenar a su mesa con más frecuencia.

Había comenzado con labores simples: lavar platos y tazas, pisos y algunas veces los baños de hombres. Ahora comenzaba a preparar café y asistir a sus compañeras siendo mesero, aunque esta última le resultaba al chico algo más complicada. Llevar muchas bebidas podía ser peligroso, le preocupaba derramar algo y hacer que el dueño lo despidiera.

Esa mañana, todo parecía estar tranquilo. Jin recién terminaba de ordenar algunos paquetes llenos de granos de café en el enorme almacén en la trastienda. Después de eso tendría que ordenar las mesas y preparar las máquinas para comenzar con el café de ese día. Así que se apresuró a colocar el último costal en la pila y limpio el sudor de su frente. Entonces una voz llamó su atención; Hyerin le observaba desde la puerta del almacén con un semblante preocupado y sus brazos cruzados sobre su pecho.

— ¿Qué pasa? — preguntó Jin.

— Hani no podrá venir hoy — explicó ella — parece que su madre está enferma y debe llevarla al hospital.

Seokjin sabía que Hani y Hyerin eran quienes atendían a los clientes y la caja, a su vez Jin preparaba bebidas y se encargaba de los platos sucios. Pero si Hani se ausentaba, eso significaba que él tendría que ayudar a Hyerin siendo mesero. Cuando entendió aquel hecho una mueca se formó en su rostro. No era gran cosa, pero sus nervios siempre le jugaban una mala pasada, se creía capaz de armar un desastre con la primera mesa que intentará atender.

— Tranquilo — le dijo Hyerin— Solo será un día. Lo harás bien.

Seokjin se limitó a asentir cuando ella le entrego un delantal con el logo de la cafetería estampado en el centro. Debía darse prisa y ayudarle a ordenar las mesas, la hora de abrir se acercaba y al parecer un día largo le esperaba.