t r e i n t a

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Una mañana tranquila se abría paso entre las nubes de un cielo despejado en la ciudad, el comienzo perfecto para un ansiado fin de semana libre de clases y responsabilidades. Se trataba de un fin de semana largo debido a las actividades de algunos profesores, por lo que Jisoo podría disfrutar de un día más para descansar y dedicarse a estar en casa.

Justo en ese momento la pelinegra se encontraba perdida entre colores y distintos pinceles mientras trazaba líneas sobre el papel que reposaba sobre la mesa. La luz que inundaba la habitación era suave, adecuada para poder apreciar en su totalidad los colores de las acuarelas. Jisoo había estado envuelta en sus deberes desde el mismo viernes, y afortunadamente no tenía demasiado por delante. Los últimos días habían pasado rápidamente, y ella seguía intentando mantenerse a la cabeza con sus proyectos.

Sin duda alguna el semestre no era sencillo, tanto así que Jisoo no podía evitar contar los días que faltaban para las vacaciones de verano. Pero al final del día la joven era feliz de estar justo donde ella deseaba estarlo, por lo que solo ponía más empeño a las cosas.

Por ahora, permanecía cubierta solo por un pijama sencillo y una bata afelpada, su cabello sujeto en un moño desenfadado y la única compañía de la música en su departamento. El ritmo pegajoso y animado de Maroon 5 mantenía a Jisoo moviéndose en su asiento mientras Sugar se reproducía en el equipo de sonido. Esos eran los momentos donde Jisoo podía olvidarse de todo lo que existía afuera de su apartamento, cuando era solamente ella con un poco de música y sus propias manos plasmando de alguna manera sus propios sueños.

Desayuno completo sin prisa alguna, la comodidad de su pijama y la privacidad de su apartamento: la mañana perfecta.

Un par de horas después, con sus deberes listos y el resto del día para hacer lo que deseara, Jisoo se levantó de donde permanecía dibujando y se dirigió a su habitación con la intención de ducharse. Los deberes estaban hechos, pero aún debía ir a buscar algunos materiales al centro. Pensó en la posibilidad de pasear con Jennie o Jungyeon, después de todo Jin tenía trabajo y no deseaba molestarlo mientras tanto. Había hablado con el rubio apenas el día anterior, y Seokjin le había contado la forma tan curiosa en que ahora muchas personas buscaban contratarlo con su nueva apariencia.

A Jisoo le resultaba demasiado cómico, pero era normal considerando que las marcas importantes siempre parecían optar por rasgos más bien europeos. Y siendo sincera, Seokjin lucía realmente bien con aquel nuevo color en su cabello.

Inconscientemente, eran más frecuentes las veces que Jisoo se encontraba pensando en Seokjin. Hablaban con la misma regularidad de antes, pero en ocasiones ambos solo usaban excusas mínimas para mantenerse en contacto. Cada vez era más usual para Jisoo encontrarse con Seokjin al terminar las clases, encontrarse en el apartamento de Jisoo e incluso visitarlo en la cafetería esperando a que el turno del rubio terminara.

Desde el día en que ella le había contado a Seokjin lo que podría ser su más íntima vivencia, ella sentía que podía confiar plenamente en el joven. La forma en que su amigo cuidaba de ella la había conmovido hasta el fondo de su corazón, por lo que encontraba su compañía aún más agradable y satisfactoria.

Ella ignoraba completamente el significado de aquello. Tal vez, esa parte de sí misma prefería mantenerse dormida; a salvo de cualquier cosa que pudiera dañarla de nuevo.

Así, Jisoo detuvo sus pensamientos casi de forma automática y siguió con su pequeña rutina. Se decidió por llamar Jungyeon, un poco de compañía de su amiga y un paseo por el centro parecía un buen plan para comenzar su fin de semana largo.



𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora