𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

v e i n t i c u a t r o (II)

🎄

Habían sido pocos días para demasiadas cosas al parecer del joven castaño, que ahora permanecía frente al espejo preparándose para un inesperado cambio en sus propios planes.

El casting había sido apenas dos días antes, de nuevo se había llevado acabo en la sentía por lo que se reencontró con Taehyung. Los habían reunido para la selección de modelos masculinos para un catálogo de una tienda en línea, aunque sonaba como algo relajado. Ambos conversaron mientras el tiempo pasaba, hasta que Taehyung comenzó a hablar animadamente de cómo su abuela había invitado a su familia a pasar Navidad en su casa en la ciudad. Jin no buscaba causar pena ni nada parecido, pero cuando el castaño mencionó que no saldría de la ciudad Taehyung no dudó en invitar al mayor a su propia casa para celebrar noche buena.

Ahora, Jin revisaba que su apariencia fuera aceptable como para presentarse en una casa ajena en una fecha tan importante. Y si, se sentía terriblemente incómodo, pero además había un atisbo de alegria auténtica en su pecho. Gracias a la amabilidad de Taehyung no tendría que pasar la noche ahogándose en su propia miseria.

Eran casi las ocho de la noche por lo que pronto tendría que ir hacia la casa de su amigo para ir juntos a donde su abuela vivía. Había dado vuelta a todo su armario, y finalmente se había decidido por una camisa azul pálido y sobre está un suéter negro. Jeans simples y sus zapatillas deportivas blancas. Aunque no estaba seguro de estar adecuadamente vestido para la ocasión no luchó más por arreglarse y fue a por un abrigo.

Esa misma mañana había pasado el tiempo haciendo limpieza en el cuarto y había ido en un viaje rápido al supermercado buscando algo que pudiera llevar a casa de la familia de Taehyung. Había elegido una botella de vino rosado para cooperar de alguna forma, además de una caja de dulces de arroz que una empleada del lugar le había ofrecido a probar. Ya con sus regalos en una pequeña bolsa de papel y una apariencia aceptable Jin se decidió por emprender el cambio no a la casa de Taehyung.

Su móvil en su bolsillo, una bufanda sobre su cuello y su billetera además de la bolsa de papel, estaba listo para salir. Salió de la habitación y fue hacia las escaleras para ir a la entrada principal del humilde edifico. Pudo ver a la señora Lee que permanecía organizando algo en los casilleros del correo, donde las cartas de los inquilinos eran entregadas. La mujer mayor vio al castaño, sonriéndole instantáneamente.

— Buenas noches, señora Lee — saludó Jin.

— Buenas noches, cariño. ¿Saldrás a celebrar?

— Algo así — respondió Jin mientras se encogía de hombros.

— Bueno, entonces déjame darte tu regalo antes de que te vayas — dijo la mujer.

Aquello tomó por sorpresa a Jin, quien parpadeó confundido mientras veía a la señora Lee ir a una pequeña puerta que según podía recordar llevaba al cuarto de mantenimiento. Espero apenas dos minutos cuando la mujer salió con dos cajas de distintos tamaños en sus manos, ambas con dibujos navideños decorando el exterior. Jin pudo reconocer ese empaque, era como esas cajas de galletas que solían vender en esa temporada.

— Había elegido galletas para los inquilinos nuevos y té artesanal para los que han vivido aquí por más tiempo. Pero creí que ambas cosas te gustarían así que aquí tienes. — le tendió las cajas a Jin y sonrió con calidez mientras observaba al sorprendido joven — Considéralo trato especial — dijo la mujer mientras le guiñaba un ojo.

El castaño sintió un nudo en la garganta mientras recibía los regalos, casi se tiraba a llorar al sentir esa calidez en su pecho ante un detalle así. La señora Lee se había convertido en una bendición, siempre cuidando de él desde que había llegado a ese pequeño edificio buscando un techo para vivir. Sin duda alguna agradecía a los cielos por haber puesto a una mujer tan bondadosa en su camino, y Jin se prometió pagarle de alguna forma todas las cosas que había hecho por él hasta ese momento.