𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

t r e i n t a y s e i s

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Todo parecía un sueño.

La música flotaba en el aire mientras dos siluetas se movían en medio de la pista, él sostenía firmemente su cintura mientras la joven pelinegra sonreía ampliamente. Era de noche, la atmósfera de la fiesta había avanzado a pasos agigantados hasta el desenlace, la música lenta marcaba un ritmo íntimo ideal para la comodidad de ambos jóvenes.

Seokjin sostenía Jisoo cerca de él, intentando no delatarse sonriendo demasiado. Era el momento, sabía que podía decir en voz alta lo que sentía sin arrepentirse de nada. Jisoo lo observaba con calidez, no había forma en que aquello saliera mal.

— Jisoo, tengo algo que decirte — murmuró él.

— ¿Qué sucede?

Con un nudo en la garganta, Seokjin suspiro y acto seguido detuvo sus pasos obligando a Jisoo a hacer lo mismo. La música sonaba lejana en ese momento, siendo opacada con los latidos de su propio corazón. Iba a hacerlo, le diría a su amiga que gustaba de ella – si un infarto no lo alcanzaba antes –. Reuniendo su valor, tomo las manos de la joven y la miro directo a los ojos, buscando su propia voz.

— Yo, quiero decirte algo... — dijo Seokjin.

Jisoo lo miro con curiosidad, parecía completamente cómoda con la cercanía y el hecho de que Seokjin le tomaba las manos. Ese hecho solo le dio más valor, por lo que decidido a ser claro, dejo que las palabras escaparan de su boca. Nada de palabrería, ni mucho menos rodeos innecesarios.

— Jisoo, me gustas.

Justo cuando el rubio dijo aquello la música se detuvo, todos alrededor se detuvieron y observaron atentamente a los dos jóvenes que permanecían en medio de la pista. Seokjin no pudo evitar sentirse nervioso, Jisoo abrió los ojos sorprendida pero no decía palabra alguna.

— Creo que me has gustado desde hace tanto...

Pero entonces Jisoo retiro sus manos del agarre del joven, su ceño se fruncía lentamente mientras observaba a Seokjin. Todos comenzaron a murmurar mientras Jisoo tomaba un paso atrás, alejándose de él. Seokjin intento acercarse, pero antes de poder hacerlo la pelinegra se dio la vuelta.

— Jisoo, espera...

Cuando el joven intento ir detrás de ella las personas lo rodearon, impidiendo que él siguiera la dirección que Jisoo había tomado. Las miradas duras teñidas de reproche cayeron sobre Seokjin, como quien miraba al culpable de un crimen. La oscuridad rodeó todo, el sonido de voces murmurando "pobrecito", "tonto", e "iluso" lo envolvieron hasta que Seokjin cerró los ojos con fuerza.

Todo comenzó a moverse de forma agresiva, hasta que algo similar a un golpe lo envió al piso.

No era un sueño, era una pesadilla.

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Un golpe seco resonó en la habitación, Seokjin abrió los ojos lentamente cuando sintió el frió del suelo contra su mejilla. Parpadeo múltiples veces hasta que reconoció las paredes de su habitación.

Había sido una pesadilla.

Adolorido, Seokjin se levantó y estiro sus músculos buscando aliviar el dolor del golpe. Al parecer se había caído de la cama, misma que ahora estaba llena de ropa. Y es que desde que había llegado a casa había estado revolviendo su armario con la intención de buscar algo que usar para la fiesta en el hotel de los padres de Jennie.

Horas antes las prendas volaban de un lado a otro mientras un nervioso Seokjin se movía frenéticamente mientras se revolvía el cabello y daba vueltas dejando que el pánico se apoderara de él. A esas alturas ya había revisado su armario tantas veces que sentía podría memorizar las líneas sobre la madera.