d i e c i n u e v e

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Era sábado por la mañana, el reloj marcaba las 8:30 a.m y Jin no podía evitar sentirse extraño al estar aún en cama en lugar de encontrarse preparando la cafetería para recibir a los clientes. Se había reportado como enfermo, aunque la idea de mentir le resultaba demasiado incómoda.

Ahora permanecía en su cama envuelto en sábanas y edredones tratando de luchar con el gélido ambiente. Diciembre avanzaba a pasos agigantados y ahora la ciudad estaba sumida en un frío invierno. Aún con el sentimiento de culpa en su subconsciente no podía evitar sentirse cómodo en aquel lugar. Hacia tanto tiempo que no descansaba así que se permitió disfrutarlo.

La sesión se llevaría a cabo en un edificio de la ciudad, tenia que presentarse ahí a las 3 en punto así que aún tenía tiempo para comer y quizá ejercitarse. Dejó que el reloj avanzara hasta que pronto dieron las 9, entonces se deshizo de las sábanas que lo cubrían y se decidió por hacer algo de desayunar.

Debía asegurarse de comer bien ya que según le había explicado Julianne, e incluso Jisoo, la sesión podía demandar horas hasta terminar. Seguramente habría más modelos ahí pero Jin debía permanecer en el lugar hasta que se le indicara por lo que quizá no podría comer hasta más tarde.

Comenzó a preparar todo en la pequeña barra junto a la estufa, algún vecino tenía la música a máximo volumen por lo que Jin comenzó a cantar en voz apenas apenas audible.

Terminó con su comida y fue hasta la pequeña mesa y dejó los platos sobre esta. Ahí mismo permanecían las revistas que Jisoo le había dado con la intención de ayudarle, mismas que había leído y repasado la noche anterior. Había posado frente al espejo tratando de imitar algunas posiciones, aunque aún luchaba con el reflejo de reír y cubrirse el rostro.

Jin comenzó a comer mientras observaba las revistas apiladas una sobre otra. Dio el primer bocado mientras apoyaba su barbilla sobre su mano y pensaba en las notas que Jisoo le había dejado. Era su primera sesión y podía sentir como sus manos temblaban ante el simple pensamiento. Pero sabía que debía mantener la calma si quería que todo resultara bien.
¡Ni siquiera estaba disfrutando su desayuno! El nudo en su estómago no dejaba que saboreara la fruta cortada en pedazos o el sándwich de pavo.

El castaño dejó su comida a medias para suspirar y cubrir su rostro con ambas manos. ¿Por qué tenía que ser tan inseguro? Bufó molesto consigo mismo mientras se revolvía el cabello, tratando de encontrar algo que observar o mirar por horas para que su mente no pensara en sus propios nervios.

Entonces algo captó su atención.

Justo bajo un par de revistas y sobres de cartas que había guardado para un vecino que permanecía de viaje. Una pequeña cubierta rosa se asomaba apenas lo suficiente para resaltar entre los papeles blancos y las páginas impresas de la revista. Los ojos de Jin se abrieron como platos cuando noto lo que era aquello.

¡La libreta de Jisoo!

Había olvidado por completo que planeaba devolvérsela. La había colocado ahí la primera vez que se encontraron en el centro comercial, pero al salir deprisa se olvidó de llevarla consigo. Pensaba dársela cuando la viera de nuevo pero al no esperar la sorpresa de cumpleaños que la pelinegra le organizó no había tenido oportunidad.

Jin se prometió a sí mismo devolverla pronto, y además tendría que disculparse por haber sido tam distraído. ¡Pero es que habían pasado tantas cosas! Apenas después de encontrarla ambos se habían reencontrado en un evento, después aquella fiesta y su encuentro en el centro comercial... y su cumpleaños.

Sin haberse dado cuenta aquella joven había creado momentos que sin duda eran importantes. Aún podía seguir sonriendo cuando recordaba esa tarde en casa de Jisoo, donde después de aquel abrazo se dedicaron a comer el pastel y hablar de trivialidades. Era como si estar cerca de ella fuera tan... fácil.

𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora