𝑺𝒐𝒇𝒕 ✩ k.seokjin • k.jisoo

v e i n t i t r é s

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El paisaje parecía moverse frenético a través del cristal de la ventana junto al asiento de Jisoo, mientras movía los dedos con parsimonia a través de las páginas de un libro. Su trayecto se había extendido una hora más debido a las paradas del tren y el constante cambio de pasajeros.

La pelinegra permanecía sentada sin acompañante, con su bolso y pertenencias sobre la mesa en medio de los cuatro asientos de ese espacio. Hasta el momento el viaje había sido bastante tranquilo, Jisoo no era fanática de dormir sentada así que había resistido despierta, aunque sabía que al llegar a casa iría directo a la cama. Ahora se mantenía leyendo y dando uno que otro vistazo al exterior, era fácil perderse en el paisaje después de haber estado tantos meses rodeada de edificios enormes y cientos de muros de concreto por todas partes.

Ciertamente era agradable dar un respiro sin pensar en que tendría que hacer el da siguiente, aunque sabía de sobra que no pasarían más de dos días para que se sintiera abrumada por el aburrimiento. Suspiró antes de cerrar el libro y guardarlo en su bolso, no quería terminarlo en el tren, así que sin más que hacer paso las páginas de la revista que había comprado antes de salir y se perdió entre fotografías de las nuevas tendencias y reseñas sobre desfiles.

Los minutos pasaron entre letras e imágenes que Jisoo encantada observaba y buscaba interpretar. La voz automatizada a través de las bocinas anuncio la estación final, así que dentro de poco llegaría a su destino. Guardo las pocas cosas que había sacado de su bolso, hasta que sus dedos se toparon con un pequeño paquete rojo.

Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras observaba el regalo de Jin dentro de su bolso, escondido para abrirlo una vez llegara a su casa. Fue inevitable recordar la forma en que el castaño la había sorprendido en la estación antes de irse, y ese calor que se extendió por todo su pecho haciéndola sonreír cuando recibió el detalle.

— Ábrelo cuando sea Navidad — había dicho Jin cuando se habían separado de aquel abrazo — así será como si estuviéramos celebrando juntos.

Guardo el pequeño paquete al fondo del bolso, ya lo guardaría en su habitación para evitar que alguien pensara que era un regalo para otra persona.

Finalmente el tren llego a la estación de Gyeonggi, donde este se detuvo y después de apenas dos segundos las personas comenzaron a moverse hasta la salida. Ya con su bolso al hombro tomo una a una sus valijas del compartimento sobre su asiento, camino por el pasillo vacío hasta la salida del tren. Un hombre uniformado le dedico una reverencia de despedida y después salió a la zona donde los nuevos pasajeros esperaban.

El sol se estaba ocultando, de acuerdo al enorme reloj en la entrada principal eran casi las 8 y Jisoo aun debía salir y tomar un taxi que la llevara a casa. Su teléfono había decidido que era un buen momento para morir así que no podría llamarle aunque quisiera.

Apenas podía escuchar algo además de los constantes pasos de las personas resonando alrededor y las maletas siendo llevadas con prisa por todos lados. Las voces que anunciaban las salidas de los siguientes trenes junto a su destino y las multitudes moviéndose alrededor en busca de sus familias quienes los recibían en la sala de espera.

Era notorio ya como todos volvían a casa con sus respectivas familias para las fiestas, además de los que salían de la pequeña ciudad con el mismo propósito. Con calma salió de la estación y se detuvo en el andador principal de la calle para que algún taxi se detuviera para ir directo a casa.

No tuvo que esperar demasiado para que un auto se detuviera, incluso el hombre le ayudo con sus valijas para colocarlas en el porta equipaje del automóvil. Amablemente el hombre la llevó por las calles de la ya conocida ciudad, permitiendo que la sensación hogareña se apoderara de su pecho.