Kita 2

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No es que no pudiera dormir, de hecho, sí que podía y solía irme temprano a la cama porque me gustaba sentirme útil por las mañanas. Aquella madrugada, sin embargo, no podía dormir.

Me levanté y salí a nuestro pequeño jardín, en el cual había dos butacas de mimbre frente al muro que rodeaba la casa. Llevé conmigo una infusión que me ayudaría a conciliar el sueño y un denso libro que sería capaz de aburrir a cualquiera. Era un libro de historia, grueso y con muchas páginas de texto. Admito que a mí tampoco me divertía, pero su función era ayudarme a dormir y en eso era más que eficaz.

«Todas las cosas tienen un fin –pensé–. Este libro tiene un fin que no es, en principio, el que se le atribuyó. ¿Quién decide, sin embargo, cuál es el fin de las cosas? ¿Lo decide quien lo confecciona? ¿Lo decide la persona a la que el objeto en cuestión va a parar? Probablemente el escritor de esta historiografía se divirtió mucho en su día y fue aclamado por eruditos de la época. Hoy día solo tiene tres funciones vitales: hacer dormir a la gente, servir de rompecabezas a estudiantes y científicos y, probablemente la más infalible, arder en una hoguera y calentar a las personas. ¿Estoy siendo racional? ¿Tiene sentido juzgar la utilidad de un objeto tan banal? ¿Estaré siendo injusto con el escritor? Aunque, si lo miras desde esta perspectiva, ¿cómo se va a ofender quien no puede oírme?»

Le di un sorbo a mi infusión y fruncí el ceño. Observé la tapa del libro y acaricié el título que brillaba a contraluz.

Oí pasos detrás de mí y me giré con tranquilidad. Solo podían ser o mi abuela o mi hermano pequeño y, dadas las horas, Kyosuke estaría durmiendo.

–Shinsuke, ¿qué haces despierto?

Mi abuela se sentó en la otra butaca del jardín, justo a mi lado.

–Me cuesta conciliar el sueño hoy.

–No es habitual en ti.

–Tengo demasiadas cosas en la cabeza, abuela. Exámenes, trabajos, compañeros despreocupados que confían en mí, un torneo... El último torneo, además.

–Tampoco es habitual verte tan enfocado en ese deporte.

–No, pero, ¿sabes? Me gusta. Me gusta de verdad y me lo paso muy bien con mis compañeros. Me da pena irme, abuela, eso es todo.

Le di otro sorbo a la infusión.

–Aún no ha llegado, así que procura disfrutar del tiempo que resta.

–Lo hago, como siempre me has aconsejado, aunque no puedo evitar sentir esto. Es como una nostalgia adelantada –confesé entre risas.

–No merece la pena preocuparse por el futuro, Shinsuke.

–Tiene gracia que eso me lo diga la persona que no deja de presentarme hijas de vecinas con la esperanza de organizar una gran boda –le espeté, aunque sonriendo con dulzura.

Ella emitió una risita.

–Mi deseo como abuela es ver feliz a mis nietos, especialmente cuando para mí también son como mis hijos. Tu hermana me honró mucho el día de su boda y no puedo esperar por verte a ti ataviado con esas ropas, en un altar, de la mano de tu preciado amor. ¿Quizá no te has decidido por ninguna de esas chicas porque... te gustan los chicos? Tu abuela es muy moderna y abierta de pensamiento, ¿sabes?

–Abuela, no saques las cosas de contexto, por favor –reí–. Si no me he decidido por ninguna de esas chicas es porque sencillamente no las conozco. No puedes forzarme a contraer matrimonio con alguien a quien no amo. Debes dejar que sea yo quien se enamore, no tú. Entiendo que es difícil creer en conceptos tan románticos viviendo en una sociedad tan tradicional, pero deja de buscarme un matrimonio concertado.

Mi abuela rió una vez más. Puso su mano sobre la mía y yo entrelacé mis dedos con los suyos.

–Shinsuke, no te preocupes por el torneo ni por el tiempo que te queda con tus compañeros. Recuerda el pasado, piensa en el futuro, pero...

–...vive en el presente –terminé, apretando mi mano contra la suya–. Lo sé, abuela. Lo único que digo es que... me gustaría que el tiempo no pasara tan rápido. Aunque, siguiendo tus enseñanzas, quizá lo más correcto sea decir que me gustaría saber disfrutar mejor del paso del tiempo. No es rápido ni lento, no tiene constancia ni tampoco se detiene. El tiempo es sencillamente una construcción, un pensamiento, una forma de vivir. –La miré a los ojos y asentí–. Intentaré disfrutar de mi vida al máximo.

–Sé que lo harás, Shinsuke. Veo en ti algo especial que no he visto en ningún otro muchacho. Eres fuerte, valiente. Tienes compasión, tienes amor. Conoces la verdad y la mentira, el bien y el mal, la justicia y la injusticia. Eres un ángel que ha venido a este mundo para abrir los ojos de muchos ciegos y, sin lugar a duda, tu voz conseguirá transmitir tu mensaje a muchos sordos.

–¿Has estado leyendo otra vez a Akutagawa? Suenas como si sus libros te hubieran inspirado a decirme todas esas cosas.

–No, cariño, te las digo porque eres mi nieto.

–Entonces, ¿cuánto de verdad hay en las palabras de una abuela que ama a su nieto? ¿Acaso podemos decir que el amor nos hace decir la verdad?

Me sostuvo la barbilla con fuerza y me obligó a mirarla a los ojos. A la luz de la luna y de la lejana farola en la puerta de nuestra casa, con el farolillo del jardín sobre nuestras cabezas, sus ojos reflejaban toda la sabiduría y la experiencia a la que yo aspiraba llegar algún día.

–Yo creo las cosas que te digo, Shinsuke, pero eso no importa; eres tú el que tiene que creerlas. –Se separó de mí y se levantó. Me puso una mano en el hombro–. Vete a descansar, querido, y no pienses tanto. Aunque me gusta mucho filosofar contigo, debe de haber una hora para todo y esta es la hora de dormir. Buenas noches.

Me acaricié el hombro allá donde mi abuela había puesto su delicada y arrugada mano.

–Buenas noches, abuela.

Aun con su consejo reciente en mi mente, tardé unos minutos más en volver a la cama. El cielo de aquella noche se veía más estrellado que nunca y, al otro lado del muro, escuchaba los arrozales agitándose por la brisa nocturna.


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Buenos días, tardes o noches, espero que sigáis todos bien!! Creo que este capítulo, aunque breve, ha sido un poco intenso (?)

Aun así me lo he pasado genial escribiéndolo y ojalá haya sido igual para vosotros.

Tengo un par de capítulos más escritos y los iré subiendo poco a poco. No sé si subiré todos los días, pero os prometo que tendréis uno o dos capítulos por semana.

Eso es todo!! Gracias por leer y que paséis buen día <3

Más allá: InarizakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora