Segunda Parte.

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“Los ciegos miran al cielo, no sé qué irán a encontrar. Tal vez sea al culpable, de su eterna oscuridad” – Anónimo. 

Capítulo 13

Sam.

Salí a la playa de Río de Janeiro por la noche, sabía que era peligroso andar a solas de noche en una playa, pero no me importaba, era un Oscuro después de todo. Necesitaba respirar, necesitaba estar solo. La luna brillaba en esta magnífica ciudad, los autos pasaban y había unas que otras personas caminando, y en parejas. Me sentía más solo que nunca, más solo que antes de que Natalie llegara a mi vida.

Visualicé una sombra a un costado mío, y al girarme hacia ella, había desaparecido. Seguí caminando por la arena húmeda con más precaución, preparándome para luchar. Porque fuera lo que fuera, no era bueno. Nada en mi mundo era bueno. Miraba de reojo a mis lados pero nada pasaba y nada aparecía. Debe ser mi mente que me estaba jugando un mal juego, me estaba volviendo paranoico…pero no, otra vez vi la sombra. Me volví a la sombra rápidamente antes de que volviera a desaparecer y exclamé:

- ¡Incarcerous!

Y la sombra dejó salir un grito, un grito de hombre, un hombre bastante femenino. El conjuro era para atrapar, y el hombre que estaba tirado en el suelo retorciéndose para escapar tenía una soga invisible que lo mantenía atrapado. Corrí hacia él para descubrir quién era, y por qué me estaba acechando. Cuando llegué a él no lo pude reconocer. Tomé su muñeca derecha para ver si era un Oscuro, y si lo era; su tatuaje tenía la letra “K”.

- ¿Quién eres? –le pregunté al muchacho que tenía unos años más que yo. Sus ojos negros me miraron. No me contestó. Le di una patada en el estómago haciendo que se retorciera- ¡habla!

- Jo…Joe –musitó con una mueca de dolor y con la cara roja.

- Tú apellido, imbécil –le ordené.

- Kramer –respondió.

- ¿Por qué me andabas acechando? ¿Para quién trabajas?

- Para Luke Lancaster –respondió. Sentí ira en mi interior. Seguro que este bastardo sabía dónde estaba Natalie.  

- ¿Dónde está Natalie? –le pregunté molesto tomándole del escote de su remera bruscamente. Él sonrió y por eso, le di un fuerte puñetazo en la cara- contéstame pendejo de mierda –le mascullé furioso.

- En el infierno pudriéndose como se lo merece –habló sonriente mientras lamía su sangre que le salía de la boca. Otro puñetazo más- adelante, mátame.

- No te la dejaré fácil, maldito –siseé levantándolo- tú vienes conmigo.

- Ja, ja, ja. Inténtalo –rió. ¿Qué mierda decía?- ¡Evanescere! –exclamó y se esfumó como el humo. Maldecí pateando la arena furioso.

No me quedaba otra que volver al hotel y contarles a los demás sobre esto. Si él estaba aquí, eso significaba que estábamos cerca de nuestro destino: Natalie. No veía la hora de encontrarla y besarla hasta morir. Solo esperaba encontrarla, viva y sana.

Llegué al hotel en pocos minutos y me encontré solamente con James.

- ¿Dónde están los raros?

- Se han ido a pasear un rato, y de paso para ver si encuentran rastros…

- Ya vale, tengo muchas cosas que decirte –interrumpí apresurado. James me miró con el ceño fruncido.

- ¿No me dirás que estás enamorado de mí, verdad? 

- Si, te amo tanto que tengo ganas de violarte ahora mismo –respondí sarcásticamente- No plumero, esto es serio –mascullé- hay un Oscuro llamado Joe Kramer y me lo encontré en la playa. Y lo que sé es que trabaja para Luke.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora