Capítulo 32 Natalie: ¡No!...

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Al abrir los ojos me encontré con la mirada azul de Luke, estaba preocupado y al ver que había despertado sonrió.

- Hey… ¿cómo estás, mi Natalie? –preguntó acariciándome la frente…que dolía. Sentía la garganta áspera, gemí o algo similar, Luke dejó de acariciarme- lo siento, estás algo lastimada.

- ¿Qué pasó? –pregunté con voz ronca y rasposa. 

- Te estrellaste contra un muro y justo te encontramos, aunque no sabemos por qué te has estrellado –explicó con el ceño fruncido, pensé en lo que me dijo, y recordé de Sombra y los ángeles. Me asusté y me levanté bruscamente de la cama, pero Luke puso una mano en mi pecho recostándome de nuevo.

- ¡Luke! ¡Los ángeles…! –empecé pero él me calló posando un dedo en mi boca.

- No te preocupes por ellos, Nat, estás segura aquí –dijo tranquilizadoramente. 

- ¿Dónde estamos?

- Debajo del Castillo Santangelo, es un pequeño recinto para resguardarse –respondió en voz baja. Fruncí el ceño ¿Castillo Santangelo? ¿Dónde quedaba eso? Él comprendió que no entendía de lo que hablaba- en Italia, Nat. Al otro lado está el Vaticano.

Abrí los ojos. Oh mierda ¿¡En Italia!? ¿¡Cerca del Vaticano!? Luke volvió a sonreír por mi cara.

- Mierda, Luke –mascullé aterrada- ¿Italia? ¿Enserio?

- Sí, Natalie –dijo riéndose- ¿quieres conocerla? Italia es muy hermosa. 

Asentí atontada, luego Luke chistó como si hubiera recordado algo. Se acercó a un armario y sacó un pequeño vial con un líquido verde césped.

- Tú medicina, Nat, para que se vaya todo tu dolor –anunció acercándose con el líquido verdoso- te curé con mis poderes, pero siempre queda algo, así que…toma –ordenó suavemente ofreciéndomelo. 

Lo tomé vacilante y le quité el tapón, lo olí…olía a menta. Me encogí de hombros mirando a Luke y me lo tomé de una, no estaba nada mal, era delicioso. En cuestión de segundos ya me sentía mejor, mucho mejor. Sonreí.

- Bien, mi hermosa Natalie –susurró Luke encantado, pero con una mirada misteriosa que no podía descifrar- vamos, te llevaré para que te cambies así salimos a que conozcas Roma.

                                                                           ***

Después de cambiarme y prepararme al estilo veraniego, salimos del recinto, pasando por el Castillo Santangelo <que en realidad era un museo, muy hermoso y antiguo> y salimos por el puente Pons Aelius Hadrianus que por debajo corría el río Tíber, en el puente había varias estatuas de ángeles raros, porque no lucían como los verdaderos ángeles. Miré hacia atrás para admirar la vista del castillo…era hermoso, y se podía ver la estatua en la cima de él que representaba al Arcángel Miguel.  Sentí un cosquilleo en mi estómago…

- Nat ¿vienes o te quedarás viendo toda la tarde el castillo? –preguntó Luke con humor. Reí sin ganas y negué con la cabeza caminando hacia él. 

Había algo en ese castillo…algo que me hacía sentir diferente. Ignoré ese sentimiento y dejé que Luke me hiciera la guía turística. 

Comimos pizza, pasta y postres deliciosos; compramos recuerdos y ropa, y luego nos quedamos sentados en una confitería para pasar el tiempo y porque estábamos cansados de tanto caminar. Visitamos todas las fuentes famosas que había, museos y templos legendarios hasta cansarnos; y eso que todavía faltaban lugares por visitar.

- Cuando terminemos con los rituales visitaremos toda Italia, y luego escoges un lugar al que quieras ir –repuso Luke comiendo una media luna. Pensé un rato.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora