Capítulo 2 Natalie : Dolor y Oscuridad...

29 5 0
                                    

No sé dónde estaba, pero sabía que me estaban arrastrando por un suelo rocoso que raspaba mis rodillas haciéndolas sangrar De vuelta me habían raptado, y no tenía ni idea de cómo escapar. Estaba débil y confundida. ¿De vuelta me torturarán? ¿Me harán lo mismo que hace dos años? Tenía miedo, aunque tenía poderes para escapar como la última vez cuando me tenían en Argentina. Me preguntaba dónde estaré en este momento ¿África? ¿México? ¿Dubái? Preferiría París. En fin, me preocupaba mi familia, mi novio, mis amigas…Sophie. El dolor nuevamente me chocó al pecho. Hace horas había estado llorando desconsoladamente por su muerte, obviamente después de que haya despertado de mi inconsciencia, y nuevamente el dolor y la culpa regresaban a mí destruyéndome por dentro. Podía haberlo prevenido, podía haberlo detenido, pero no, no lo hice. Solamente perdí la cabeza y ataqué a Luke estúpidamente, sabiendo que hacía lo incorrecto, pero en ese momento no podía pensar ¡había asesinado a mi amiga! ¡A Sophie! La furia estaba calentando mi piel en este preciso momento, pero antes de actuar o hacer algo, me inyectaron algo que me tranquilizó en instantes. Ellos <los que me tenían> estaban pendientes de mí por las dudas me recuperase y atacara, que obviamente lo haría. Sin pensarlo dos veces.

Toda la ira y energía nuevamente se esfumaron, dejándome tan flácida como una muñeca de trapo. A pasar los segundos, al fin me dejaron en un lugar frío y maloliente y me quitaron la venda de los ojos…mierda ¡era el mismo lugar en donde me retuvieron hace dos años! ¡Odiaba este lugar! Excepto que esta vez estaba más limpio y la puerta que antes eran rejas, ahora era una enorme puerta de puro acero sólido con una pequeña rendija para observar. Y las paredes estaban revestidas con láminas de acero. Qué ingeniosos. Ahora sí que no podré escapar, o tal vez sí, solo si recuperaba mis fuerzas.

Miré mis rodillas que parecían haber pasado por un rayador de queso, sangraban y ardían. Gemí. Débilmente intenté levantarme para poder inspeccionar la celda y buscar una manera de escapar. No había ninguna, ni un pequeño orificio. Me senté en el frío suelo y me recosté contra la pared de acero cerrando los ojos y pidiendo ayuda al cielo para que me ayudara…James, su conexión se había disminuido bastante y ya no podía hablarle mentalmente…un siseo hizo que abriera los ojos de golpe. Miré frenéticamente por todos lados esperando a que apareciera el demonio.

- Vaya, vaya, vaya. Mira a quién tenemos aquí nuevamente –habló una voz semimetálica conocida. Chimerius- ¡pero si es la hermosa Natalie! Bueno, no tan hermosa ahora.

- ¿Qué quieres, demonio?

- Nada, me he enterado que te tienen nuevamente aquí y me pasé a visitarte –respondió indiferente. No lucía como un demonio, si no, como un apuesto hombre. Alto, cabello negro y ojos verdes hinoptizantes- ¿quién mejor que yo sería mejor visitante? Soy tu antiguo amigo ¿recuerdas?

Me reí sin humor.

- Claro –respondí cerrando nuevamente los ojos. Ni me preocupaba si me iba a atacar, no lo haría sin una orden- vienes a molestarme –abrí los ojos y lo miré. Estaba sentado en una cama mirándome expectante- te sugiero que no lo hagas, no estoy de buen humor.

Él rió. Una risa metálica. Mi cuerpo vibró con mala energía.

- Y no estás en forma para amenazar, querida –burló. Se levantó y empezó a caminar sigilosamente por la celda. Era verdad, ni podía mantenerme de pie- por eso vengo. Vengo para ayudarte –terminó serio. Bufé ¿él? ¿ayudarme? ¿Qué clase de broma era esta?

- ¿En serio? ¿Un demonio ayudando a su víctima? No me hagas reír que me duele –comenté malhumorada.

- Sí, es verdad. Pero no lo hago por ti, lo hago por mí –replicó él. Lo miré curiosa- ambos queremos ver muerto a Luke ¿no?

- ¿Qué? –pregunté inesperadamente. ¿Es correcto de lo que acababa de hablar?- ¿quieres a Luke muerto?

- Obvio, no es lindo que te de órdenes cuando se le dé las ganas. No quiero ser su maldito esclavo –respondió molesto. Sus ojos verdes pasaron ser rojos llameantes- estoy apegado a él desde que ha nacido. Lucifer me puso a su lado, pero ya me harté de eso. Lo quiero muerto. No será tan fácil pero te ayudaré.

- ¿Y luego qué? ¿Me matarás?

- No, no lo haré. Puedes confiar en mí.

- Sí claro, confiar en ti –reí sin humor alguno-eres un demonio. No se puede confiar en tu raza.

- Lo sé, pero yo te juro por el infierno en que no te traicionaré –confesó Chimerius. Lo miré incrédula. Parpadeé confundida  y lo miré nuevamente- ¿qué? ¿Sorprendida?

- ¿En serio vas ayudarme? –pregunté sorprendida.

- No por caridad –respondió escogiéndose de hombros. Hice lo mismo.

- Bueno, trato hecho –acepté. No me quedaba otra. Chimerius sonrió tenebrosamente.

- Bien, Natalie. Al fin haces algo bien.

                                                                                 ***

Cuando Chimerius se largó de mi celda, me quedé nuevamente sola. Pero antes de largarse, él, me curó algunas de mis heridas y me devolvió algo de fuerza ¡hasta me dio pizza con doble queso! Creo que subestimé a la bestia, al menos que haya envenenado el queso.

No me sentía bien por haber hecho un trato con un demonio, pero si él también quería derrocar a Luke, entonces bienvenido sea. Aún seguía pensando que era una especie de trampa o un juego, pero al pensarlo dos veces en cómo lo dijo, me di cuenta de que no era un juego o trampa, era verdad. Un demonio, Chimerius, me iba ayudar a salir de aquí y matar a Luke. Qué loco.

Solo esperaba salir de aquí y acabar con él, acabar con todas sus oscuras vidas. Quería regresar a casa, quería regresar con Sam. ¿Qué estará haciendo? ¿Me estará buscando? ¿Está bien?

Esperaba que estuviese bien, todos ellos, incluidos los padres de Sophie. Punzada en el pecho. Vengaré su muerte, vengaré a todos a los que haya matado. ¿Podré hacerlo?

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora