Capítulo 28 Natalie: Más que rituales, una solución...

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Me sentía incapaz de abrir los ojos, todavía me sentía mal. Con estupor abrí los ojos y la luz incandescente del día me hizo parpadear varias veces, perezosamente me incorporé en la cama algo mareada y con mucha hambre… ¿dónde estaba? ¿Qué pasó? ¿De quién era esta habitación? Las preguntas llegaron a mí como una enorme y tormentosa ola dejándome más confundida y perdida que antes. No era la habitación que compartía con Luke… ¿dónde estaba él? Saqué de encima el pesado enredón que me cubría y con piernas temblorosas salí de la cama, el frío del piso penetró en mí haciéndome temblar completa…la puerta de la habitación se abrió y entró… ¿Joe Kramer? Sus ojos negros me miraban mientras sus labios se dibujaban una ligera y torcida sonrisa, me preguntaba por qué me miraba de esa forma y por qué sonreía picarón... ¡Joder! estaba en ropa interior y yo ni cuenta me había dado, sentí calor en mi cara por la vergüenza. Me crucé de brazos ignorando que eso hacía que mis pechos se levantaran y lo miré impacientemente molesta.

- ¿Qué miras? –le lancé enojada. Él sonrió con los ojos llenos de lujuria y mordiéndose el labio- ¿Qué es lo que quieres? ¡Habla y deja de mirarme así!

- Nada, bonita –respondió riéndose y seguía sin quitarme los ojos de encima. Fruncí el ceño molesta y él, empezó a caminar lentamente hacia mí con una mirada pervertida. Solté mis brazos, incómoda con su presencia y su acercamiento.

- ¿Dónde está Luke? Quisiera hablar con él –hablé para cambiar de tema, pero no pude ocultar mis nervios. Él seguía acercándose a pasos lentos y sigilosos con su penetrante mirada en mí- Joe ¿podrías decirme dónde está Luke? –pregunté nuevamente remarcando cada palabra con cierta ferocidad. Él soltó una risa gutural.

- Demasiado lejos como para escucharte –respondió con voz ronca, tragué duramente, me sentía indefensa y débil. Empecé a retroceder hasta chocar contra la pared porque Joe ya estaba demasiado cerca, lo suficiente para oler su aliento a menta.

- Joe, ¿Qué estás haciendo? –pregunté con voz temblorosa.

- ¿Tienes miedo? –me preguntó burlón. Negué con la cabeza, pero creía que sí, que sí tenía miedo. Él se detuvo frente a mí muy cerca y me miraba con cierto recelo y deseo-eres muy hermosa, Natalie.

Levantó una mano y suavemente me acarició la mejilla. Ahogué un gemido ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso estaba enamorado de mí? Su mano era cálida pero no me apetecía sus caricias, como no dije nada empezó a acercar su cara a la mía para besarme; no quería que lo hiciera. Un segundo antes que sus labios tocaran los míos, recuperé mi valor y tomé la mano con la que me acariciaba y la torcí sobre mi hombro, lo derribé al suelo en un seco golpe que lo hizo soltar un gruñido de dolor. 

Jadeé y tomé algunas prendas que estaba ahí en un perchero y me encerré en el baño. Intenté vestirme lo más rápido posible antes que Joe pudiera pillarme, sin embargo él ya estaba golpeando la puerta para romperla en pedazos y entrar. ¿Qué le pasaba a este gil? Si Luke se enterara…no, él no está aquí y debía arreglármelas yo sola. Claro, era poderosa pero no sé por qué me sentía tan…débil y miedosa. Quemé el interruptor de la luz confiando en la oscuridad para ocultarme y atacar cuando sea el momento indicado, si es que había uno. Y lo peor de todo, era que seguía estando en ropa interior. Joder.

La puerta se despedazó tras los fuertes y constantes golpes de Joe, y éste entró con rabia y diversión. Intentó prender la luz, pero había quemado la perilla para que no lo hiciera.

- ¿Dónde estás linda? ¿Te gusta jugar a las escondidas? –preguntó con cierta diversión. Rodeé los ojos porque pensaba que estaba drogado o algo así, él normalmente no haría esto o ni idea. Caminaba despacio por el espacioso baño simulando estar jugando a las escondidas- te pillaré, linda, sé que lo haré.

Pesadillas Reales La Transformación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora